La Universidad Estatal de Washington, en el noroeste de Estados Unidos, está desarrollando un estudio sobre THC en sangre y paga más de 25 euros la hora a aquellos que quieran ser sujetos de la muestra. Para ello hay que someterse a unos análisis, adquirir marihuana, consumirla y vuelta a repetir las pruebas. El objetivo final es comprobar si el cannabis puede afectar a nuestras capacidades para conducir, algo que otros estudios han demostrado como falso o difícil de estimar.
Seguro que muchos amantes de la marihuana querrían convertir su afición en un trabajo, o por lo menos ejercer como voluntario para ayudar en la causa que la convierte en una planta de lo más atractiva desde el punto de vista científico. Bien, pues para todos ellos ya hay una opción disponible. Eso sí, para llevarla a cabo hay que desplazarse hasta Estados Unidos. ¿Quién quiere cobrar por consumir marihuana?
Si tienes 21 o más años (esa es la mayoría de edad en Estados Unidos), vives en la ciudad de Pullman (en el estado de Washington, en el noroeste del país) y eres amante de la hierba, estás de enhorabuena: la Universidad Estatal de Washington ha estado buscando voluntarios para un proyecto científico que está desarrollando. En concreto, se trata de un test de uso de la marihuana, y aquel que quiera participar como conejillo de Indias será recompensado con dinero.
Lo único que tendrán que hacer los voluntarios es someterse a un test de sangre y un frotis bucal, así como responder a unas preguntas sobre la comida o bebida que han consumido antes. Tras ello, comprarán la marihuana que prefieran en las tiendas con licencia del estado (en Washington la marihuana medicinal y recreativa está legalizada) y la fumarán en su casa. Los científicos no pueden suministrársela porque la ley federal lo prohíbe. Tras ello, unos taxistas los llevarán al hospital para hacerles nuevos análisis.
La polémica sobre conducción y cannabis
El objetivo de este estudio es crear un detector rápido de THC en el cuerpo humano. Este invento llegaría en un momento clave: el país vive en la arbitrariedad que muchos policías aplican a la hora de detener a alguien que conduce tras haber fumado marihuana. No está claro qué es conducir bajo los efectos de la planta, es decir, cuánta presencia tiene que haber de esta en el cuerpo humano; incluso, ni siquiera está claro si conducir tras haber fumado se tiene algún riesgo de accidente.
Un estudio de 2016 de la American Automobile Association presentó que un límite de THC (el componente psicoactivo del cannabis) es arbitrario y que no se puede comparar con el alcohol, ya que el cuerpo metaboliza ambas sustancias de diferente manera. Por si esto fuera poco, un estudio federal de 2015 concluyó que aquellos conductores con THC en la sangre no tenían más posibilidades de sufrir un accidente de tráfico que aquellos que no fumaban cannabis. Mientras tanto, las propias leyes estatales de Washington recogen que una presencia de 5 nanogramos de THC en sangre ya es suficiente para que un conductor sea juzgado como si estuviera bajo los mismos efectos del alcohol.
En cualquier caso, los voluntarios recibirán 30 dólares (26,8 euros) por su primera hora de participación en el estudio, y otros diez dólares (8,93 euros) por cada 60 minutos adicionales. Una cantidad nada desdeñable, desde luego.
Una vez analizadas las muestras de los participantes, saldrá un nuevo estudio que probablemente arroje más luz sobre el binomio cannabis y conducción. Y si encima a algunos les ha servido para sacarse un sobresueldo, mejor que mejor. Todo sea por ayudar a la investigación científica con esta planta.
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