Pocas cosas existen tan reconfortantes para un cultivador que ver cómo su plantación se llena de hermosas “niñas” que luchan por competir en belleza en su momento álgido de plenitud. Plantas femeninas que con la disminución de la luz solar dejan entrever sus enormes y resinosos cogollos, mientras se preparan para la catarsis final que resultará de su cosecha a finales de verano.
En este video realizado por el director Rabdul Fernández se pone de manifiesto que también se pueden romper los límites que separan la femineidad entre el reino animal y el vegetal, proponiendo un baile sensual entre una planta de marihuana a punto de cortar y una mujer amante del cannabis que sueña con hacerla suya. Un encuentro místico y amoroso donde se potencia esta conexión con la expresividad corporal y que armoniza los rasgos de la mujer con la energía que surge de las plantas.
Porque la esencia de lo femenino consiste en ser natural, bella, generosa... y cuando una mujer se conoce y se ama a sí misma, irradia luz hacia el exterior, experimenta la inmensidad de su poder y toma conciencia de lo que es capaz de lograr. Entonces se convierte en una mujer dichosa capaz de conectar con la mismísima Madre Tierra, que hunde las raíces de su energía en ella para destapar su verdadera esencia.
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