En el mundo del cultivo de marihuana conocer qué debemos hacer con los cogollos una vez recogidos será tan importante o más que todo el proceso de desarrollo de la planta. Es un momento clave donde si no tomamos las precauciones necesarias todo el esfuerzo que hayamos puesto para cultivarla se habrá ido al traste. Con esta guía descubrirás los mejores métodos para secar, curar y luego almacenar el cannabis en los envases más adecuados para potenciar todas sus propiedades organolépticas.
Muchos cultivadores principiantes creen que las preocupaciones han llegado a su fin en cuanto cosechan la marihuana. Sin embargo, el cuidado no acaba con su recogida. Su conservación es primordial para preservar todos los matices de olor y sabor y así disfrutarla en todo su esplendor de la calidad de un buen cannabis. Aunque mantenerlo en buen estado no nos llevará tanto tiempo como el cultivo, sí que será necesario prestarle atención, sobre todo a la hora de elegir el envase y el lugar donde se guardará.
En esta etapa también será fundamental tener en cuenta tres factores: la luz, el aire y la humedad. Obviarlos puede hacer que nuestros hermosos cogollos se conviertan en un montón de polvo marrón y seco del que no será posible aprovechar casi nada.
Empezamos por el secado
Cuando se haya cumplido el tiempo de floración y los tricomas de nuestras flores comiencen a adquirir un color más oscuro será el momento de comenzar la cosecha. Para saber cuándo están los tricomas en su mejor momento (y por tanto, comenzar a retirar los cogollos), habrá que servirse de una lupa. Llegará un momento en que la mayoría de los tricomas hayan pasado de ser transparentes a lechosos; algunos de ellos incluso mostrarán un tono ámbar. Para algunos cultivadores es precisamente en ese momento cuando hay que proceder al corte. Hay quien habla de una proporción de 30% de tricomas ámbar para comenzar a cosechar. Dicho porcentaje sería, además, el idóneo para luego preparar hachís. Sin embargo, cortar los cogollos no significa que podamos almacenarlos al instante. Primero debemos secarlos.
Este momento es muy importante, ya que mientras la planta pierde el agua de sus tejidos se suceden una serie de reacciones químicas que influyen en la calidad y el sabor del producto. Para hacerlo correctamente elegiremos un lugar bien ventilado, oscuro y seco en el que colgaremos nuestra cosecha. Lo más adecuado es proporcionar aire cálido y seco en los primeros días y luego dejar que el ambiente sea más fresco. Eso sí, nunca deberemos proyectar aire sobre ella.
El tiempo de secado variará entre una a cuatro semanas, dependiendo del clima donde nos encontramos. Normalmente en dos semanas la marihuana ya estará lista, aunque en zonas muy secas podrá ser antes y, en los climas más húmedos, algo después. En cualquier caso, la clave para saber cuándo finalizará el secado es comprobar el estado del cogollo. Si este tiene un tacto crujiente será el momento de comenzar a curarlo.
Cómo curar el cannabis
Aunque hayamos finalizado la etapa de secado, esto no significa que los cogollos hayan perdido toda su humedad. Por eso el curado consistirá en conseguir que su interior se seque por completo, para lo que será necesario hacerlo despacio.
Para ello deberemos elegir un buen recipiente, como un bote de cristal o una caja de madera. Algunos cultivadores aseguran que estas últimas garantizan mejores resultados. Por ejemplo, las cajas de madera de 00 Box están hechas de cedro, una madera noble poco porosa, lo que facilita el curado y aporta una característica fragancia, mejorando a la vez sus cualidades organolépticas. Incluso incorporan un higrómetro para medir la humedad y un humidificador para mantenerla en torno al 60 %.
Estas cajas también te servirán para la extracción de tricomas. A través de una malla en su fondo permite filtrar la glándula más madura de la flor y no dejar restos vegetales cuando se deposita en la parte inferior del recipiente. Este tipo de cajas las podrás encontrar en tres tamaños: grande (de 320 x 466 x 106 mm), mediana (220 x 320 x 106 mm) y pequeña (170 x 240 x 106 mm). También existe una versión más reducida de 00 Box ideal para transportar la hierba de forma cómoda y discreta durante esta etapa.
Desde los primeros días veremos los resultados. Justo al día siguiente de meter los cogollos en la caja veremos que no estarán tan crujientes; esto significa que la humedad de su interior se ha repartido por todo el cogollo. También observaremos cómo va perdiendo poco a poco el color verde intenso: la clorofila se está descomponiendo, lo que provocará que su sabor y olor se potencie. Para acelerar esta oxidación se recomienda abrir la caja una o dos veces al día durante unos cinco minutos.
Además, según se avanza en el curado, las reacciones químicas en la planta se acentúan modificando incluso su efecto. Los cannabinoides, que hasta el momento se encontraban en forma ácida, se vuelven más intensos. El proceso de curado durará de dos a seis semanas, dependiendo también del clima. Podrás comprobar que la marihuana ya está lista para pasar a la fase de envasado cuando los tallos se rompan con un sonoro chasquido en vez de doblarse.
El envasado de la marihuana
Cuando nuestros cogollos estén curados ha llegado el momento de almacenarlos. Para ello hay que elegir un recipiente de calidad que nos garantice que nuestra marihuana está libre del aire y la humedad en su interior.
Una buena opción son los botes herméticos de Tightvac, disponibles en varios tamaños. Estos recipientes cuentan con un sistema de envase al vacío que hace que quede perfectamente sellado sin que las condiciones del exterior influyan en su contenido. Además, está fabricado en PVC, lo que hace que todo aquello que se guarde en su interior sea apto para el consumo alimentario. Así, tu marihuana no solo se mantendrá seca y en óptimas condiciones, sino que cuando quieras disfrutarla conservará intactas sus propiedades.
También existen cultivadores que prefieren conservar el cannabis en tarros de cristal cerrados herméticamente. En estos casos será importante colocarlos en un lugar oscuro y fresco donde no puedan sufrir grandes variaciones de temperatura que perjudiquen su interior.
Cuidado con la humedad
Como ya hemos explicado, a lo largo de todo el proceso de secado y curado hemos eliminado poco a poco la humedad de nuestros cogollos, por lo que evitarla durante la conservación será fundamental. Con los recipientes herméticos no tendremos grandes problemas, pero siempre se puede colar algo si no los hemos cerrado bien o si los mantenemos abiertos más de la cuenta.
Un truco para mantenerla a raya es introducir, junto al cannabis, bolas de papel de cocina que absorban la posible humedad que se genere en su interior. Si lo tenemos en frascos, hay expertos que recomiendan abrir el recipiente una vez a la semana para que se airee durante unos 5 o 10 minutos.
También existen cultivadores a los que no les gusta la marihuana muy madura y optan por congelarla. Aunque resulta algo arriesgado debido a la humedad que se produce en el frigorífico, se aseguran de que sus cualidades no cambien. Eso sí, deberá congelarse en recipientes herméticos para evitar que la condensación pueda dañarla.
¿Cuánto tiempo puedo guardar la marihuana?
Aunque no tiene fecha de caducidad y, como ya hemos explicado, sus propiedades pueden incluso mejorar con el paso del tiempo, los expertos recomiendan consumirla durante los primeros siete meses de conservación. A partir de ese momento dejará de incrementar sus cualidades psicoactivas y es posible que pierda poco a poco el gusto y el aroma que la caracteriza. Sin embargo, no es necesario que tires esos cogollos pasado este tiempo, pues todavía sigue teniendo interesantes propiedades. Por ejemplo, con el tiempo aumenta la concentración de cannabinol (CBN); y si por algo destaca el CBN es por su capacidad para ayudarnos a conciliar el sueño.
Con el CBN pasa algo parecido a lo que sucede con el vino, porque para obtener resultados hay que esperar un tiempo. Este compuesto se produce por la degradación del THC, de manera que cuando el cannabis se corta y almacena, el tetrahidrocannabinol empieza a perder sus propiedades y pasa a convertirse en CBN. Concretamente, este componente psicoactivo expuesto a rayos ultravioleta (o al aire) pierde moléculas de hidrógeno para transformarse primero en CBNA y luego en CBN. Este proceso se puede acelerar mediante calor u oxígeno, así que por norma general la marihuana más añeja y peor almacenada (en condiciones de luz y temperatura) contiene mayor porcentaje de este cannabinoide que unos cogollos guardados en un bote hermético y opaco.
Ya que es habitual encontrar gran cantidad de cannabis que se ha curado de forma inapropiada en cajas de cartón o madera, muchos apartan esta cosecha en un rincón escondido, sin tener en cuenta los múltiples beneficios que la planta puede también traerles. Ahora, la próxima vez que coseches, ten en cuenta todos estos consejos de secado, curado y conservación y así podrás disfrutarla de las mejores propiedades del cannabis durante mucho más tiempo.
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