Barato y fácil de ejecutar. Son las dos características principales del riego por inundación, una modalidad que no necesita de mucho equipo ni conocimientos técnicos para que una plantación esté completamente hidratada. Tan solo un buen número de bandejas, que se pueden comprar o fabricar uno mismo. Una vez que las raíces se han extendido por todo el sustrato y que la planta haya alcanzado una cierta altura, ya solo necesitarás regar cada cinco o seis días. Por supuesto, habrá que tener cuidado con los fertilizantes o con que el agua llegue por igual a todas las macetas, pero eso será pan comido con todos nuestros consejos de hoy. 

Una vez cultivadas las semillas de marihuana, hay que mimarlas para que ofrezcan una buena cosecha al final de su ciclo. No se trata solo de conseguir las mejores condiciones de sustrato, iluminación o pesticidas, sino que también hay que tener muy presente el bien más preciado que necesita una planta: el agua. Con un buen riego minimizamos posibles problemas.

Ahora bien, ¿cuál es el mejor método para regar nuestra plantación? Manual, automático, por goteo, por aspersión… Hay muchas opciones, pero, sin lugar a dudas, una buena recomendación es el riego por inundación, un método sencillo y nada caro con el cual tus plantas estarán siempre bien surtidas de H2O.

Con este método, el objetivo es ‘inundar’ el suelo con una buena capa de agua para que poco a poco sea absorbida por el sustrato hasta alcanzar las raíces. Aquellos que practican cultivo de guerrilla (es decir, aquel que se hace oculto en la naturaleza) conocen de sobra este método, pues confían en la lluvia u otras fuentes de agua para que sean ellas la encargada de nutrir sus plantas. 

Esta técnica también destaca por su rapidez. Si todas las plantas están ya sobre una bandeja, solo tenemos que volcar el agua sobre ella: en unos segundos ya las habremos dejado preparadas para que se nutran. Eso sí, no puede haber obstáculos entre el sustrato y la bandeja, con el fin de que el primero reciba toda el agua, a la que se puede añadir algún tipo de nutriente. 

Además, con este método y en cultivo de interior, el agua va directa a la parte interesada de la planta, que son las raíces. Así, estas se mantienen húmedas, mientras que la parte superior se mantiene aireada y con menos peligro de atraer ciertas plagas de la marihuana a las que le gusta el líquido.

Cómo aplicarlo

Si nuestro cultivo es de interior, necesitaremos unas bandejas, que llenaremos de agua y que colocaremos debajo de las macetas. Estas, deberán tener algún tipo de agujero abajo y en los laterales. Poco a poco, la tierra y las raíces absorberán esa agua. Con estos recipientes, solo tendremos que preocuparnos de rellenarlos cada cinco o seis días. Sin embargo, al comienzo de la plantación los riegos deberán ser más continuos, ya que las raíces todavía no están en todo el sustrato y, por tanto, les costará más absorber la cantidad necesaria. 

Es decir, el primer riego por inundación propiamente dicho se hará pasadas varias semanas: si operamos con semillas, en tres o cuatro la planta ya estará lo suficientemente desarrollada como para empezar a ejecutarlo. Si lo hacemos con esquejes, en dos o tres semanas estaría bien.

La mezcla de agua y nutriente debe rondar el diez por ciento del volumen total del sustrato de todas las plantas. Supongamos que solo tenemos una planta, en una maceta de 18 litros. En este caso, en la bandeja no deberíamos volcar más de 1,8 litros cada vez que la rellenemos. Hay quien también propone que por cada metro cuadrado se viertan de 20 a 25 litros de solución; de esta forma, el agua permanecerá un par de días en el recipiente y luego habrá que esperar uno o dos para que el sustrato se seque y volver a empezar. Eso sí, a la hora de añadir fertilizantes líquidos al agua hay que evitar los biológicos, ya que estos tienen una densidad diferente a la del líquido y por lo tanto se separan. Esto hace que el sustrato no los reciba de la misma manera. Además, hay que tener en cuenta la combinación sustrato-fertilizante para elegir la sustancia más adecuada para mejorar la calidad de la tierra y facilitar el crecimiento de las plantas.

Si no tenemos bandejas aptas para colocar la maceta, podemos fabricar una propia con maderas y una lona de plástico que actúe como impermeable. En cualquier caso, las medidas de altura ideales estarían entre los 6 y los 12 centímetros. Tanto si compramos estos recipientes como si improvisamos unos con maderas y lonas, debemos asegurarnos de que el suelo donde los posemos esté nivelado, pues si no unas macetas recibirán más agua que otras. 

Si optamos por el cultivo en exterior, y en concreto el de guerrilla, debemos buscar una fuente de agua natural lo suficientemente buena para que se nutran. La orilla de un río, la desembocadura de una cascada, la lluvia (aunque esto nos puede fallar)... Cultivar de guerrilla implica buscar una buena fuente. También, que en otoño no haya un exceso de humedad ni que en verano se queden secas. O sea, que hay que extremar las precauciones.

Ya en casa, si disponemos de un cultivo exterior en nuestra propiedad, deberemos hacer unos surcos en la tierra; por ellos circulará el agua hasta cubrir todo el espacio deseado, como si se tratara de una huerta de pueblo. La tierra irá chupando poco a poco esa humedad y podrá pasar una cierta cantidad de tiempo hasta el próximo riego. 

El sustrato también es clave

Algunos sustratos son mejores para el riego por inundación. Aunque la tierra es lo suficientemente esponjosa para recibir el agua, también se puede usar el sustrato de coco. Como es muy blando, las raíces se desarrollan con mucha facilidad y, por tanto, la planta crece antes y nos permite comenzar con las inundaciones.

Ventajas e inconvenientes

Como hemos dicho al comienzo, quizá la principal ventaja del riego por inundación es que es el método más barato y cómodo de regar las plantas de marihuana: no necesita de un equipo demasiado caro y las bandejas son fáciles de instalar. Además, no hay que estar todos los días pendientes del sistema de riego o de añadir agua, tan solo cada cinco o seis días una vez que las raíces hayan ‘conquistado’ el sustrato.

Eso sí, este sistema no es recomendable si tienes plantas con necesidades nutricionales distintas. Ante ello, no te quedará otro remedio que tener o diseñar diferentes bandejas y cuidar cada una de ellas con una mezcla de agua y nutrientes diferente. ¡Cuidado con no equivocarte! Si vas a plantar semillas distintas y quieres que las macetas estén situadas sobre el mismo recipiente, procura que todas tengan las mismas necesidades.

Como verás, el riego por inundación es un buen método para no estar pendiente todo el día de las plantas y que todas las macetas reciban la misma cantidad de agua. Apto para cultivadores poco experimentados o para aquellos con más ocupaciones, seguro que tú también caerás rendido a sus efectos... si no lo has hecho ya.