Los esquejes o clones son fragmentos de una planta madura separados para reproducir las características de la planta madre una vez replantados. Su popular uso, sin embargo, puede dar muchos quebraderos de cabeza a los aficionados principiantes en el cultivo de cannabis. En el siguiente artículo te explicamos las diferencias fundamentales entre plantar clones o plantar semillas de marihuana.

La mayor ventaja para comenzar tu cultivo de marihuana con esquejes radica en que el clon es idéntico a la planta de la que procede, así que conserva sus mismas características. Si viene de una planta hembra podrás estar seguro de que tu esqueje también lo es. Del mismo modo, tendrá los mismos rasgos de crecimiento y producción; y similares capacidades de resistir a plagas y enfermedades. Como resultado, siempre sabrás qué estás cultivando y qué puedes esperar de ella. Además, aquellos clones que ya hayan echado raíz tardarán menos en llegar a la etapa adulta de la planta y la floración.

Sin embargo, aunque parezca que comenzar tus cultivos con clones es más sencillo, nada más lejos de la realidad. El que sus características sean idénticas a las de la madre y que siempre se conozca lo que puede dar de sí (aroma, sabor, efectos esperados...), puede, sin embargo, jugar en tu contra. ¿Por qué? Porque sus debilidades y su tolerancia o resistencia a las plagas también lo serán. Un esqueje, por añadidura, suele ser muy débil en el momento de plantarse y requiere atentos cuidados durante su consolidación como planta. La luz y los nutrientes para aplicar en esta temprana etapa serán fundamentales para su pervivencia.

Otro de los inconvenientes de los clones consiste en que, tras realizar este proceso en generaciones y generaciones de la misma planta, a la larga la potencia de esta se verá reducida. Así, quienes se decantan por este cultivo están obligados de vez en cuando a buscar una nueva planta madre de la que extraerlos si quieren conservar la pureza del resultado.

Si estás pensando en comenzar a cultivar tus propias plantas de marihuana la llegada de la primavera es la época indicada. Antiguamente se decía que a partir de la primera luna llena de marzo comenzaba la temporada de siembra, pero todo dependerá del clima de donde vivas.

Para que las plantas procedentes de semillas germinen correctamente y su crecimiento sea adecuado, es mejor evitar los días fríos que aún pueden llegar en abril y retrasar unas semanas el cultivo. Hay quien lo comienza en mayo. Así evitarás que la planta sufra los rigores meteorológicos y con ello la aparición de enfermedades y plagas. Las horas de luz necesarias para el cultivo en exterior serán fundamentales a la hora de cultivar unas plantas sanas que den los frutos esperados.

Sin embargo con unos esquejes en exterior tenemos que esperar a que los días sean realmente largos, a partir de mediados de mayo, ya que si los plantamos antes comienzan a florecer prematuramente, para después entrar en un proceso de revegetación que frena su desarrollo.

Anteriormente a la aparición en el mercado de las semillas feminizadas, los clones tenían también la ventaja de evitar esperar a que la planta mostrara sus preflores para saber si era macho o hembra. Sin embargo, con la popularización de esta clase de semillas su ventaja competitiva desaparece.

Así, en el momento de tomar la decisión acerca de qué tipo de cultivo comenzar, bien esqueje, bien semilla, se deberá sopesar si el tiempo que podría acortar un clon merece la pena ante los inconvenientes que conllevaría. Y siempre teniendo en cuenta que las plantas procedentes de semilla crecen más rápido que los esquejes, y si a esto le sumamos que con la semilla podemos empezar antes, la diferencia de tamaño de la planta será notable a favor de las semillas. El grosor de la punta principal de una planta de semilla también es mayor que la de los esquejes. En definitiva, si cultivas con semillas la producción será mayor que frente a un cultivo de esquejes.

Las actuales semillas feminizadas aparecieron en el mercado a finales de la década de los 90 y, pese a las reticencias iniciales de los cannabicultores, pronto fueron conscientes de sus ventajas. Actualmente no se pone en duda que una semilla de calidad es una opción económica que ahorra espacio, tiempo y dinero. En primer lugar, porque al no proceder de una planta madre se puede estar seguro de que no contiene plaga alguna: comienza su cultivo limpia. Con las semillas, además, encontramos mayor variedad de tipos de planta que con los esquejes, pues la venta de estos últimos no está permitido, mientras que las semillas son totalmente legales.

La facilidad para la compra de semillas en tiendas especializadas en internet es otro de los puntos a favor de este tipo de cultivo: los bancos de semillas de calidad garantizan que el cannabicultor encuentre el tipo de planta que desea conforme a las cualidades del cannabis que quiere cultivar. Sabor, olor, potencia, efectos… Todas las características de la planta que se desea recolectar pueden ser evaluadas antes de adquirir las semillas.

Si antes decíamos de los clones que en su primera etapa son débiles, con las semillas pasa justamente lo contrario. Al germinar directamente en la tierra, sus raíces son mucho más poderosas y crean una planta más sana y lustrosa gracias a su sistema radicular. Las plantas procedentes de semillas tienen una raíz principal poderosa y capaz de penetrar más profundamente en el sustrato, lo que le dará acceso a la humedad del subsuelo. El esqueje tiene raíces secundarias pero no tiene una raíz principal.

A esto se le añade que las semillas germinan en exterior sin problema alguno, mientras que los clones suelen provenir de plantas de interior y les cuesta aclimatarse a la luz solar, pues no tiene defensas frente a los rayos ultravioleta, con lo cual si no hacemos una aclimatación progresiva perderemos bastantes hojas debido a las quemaduras producidas por la luz solar.

Otra de las razones por las que decantarse a favor de las semillas son los placeres y satisfacciones que estas dan a quien las cultiva. No es lo mismo plantar un esqueje que cultivar algo desde la simiente. Cuidar los retoños que has visto crecer desde una simple semilla es una afición a la que dedicar tiempo y desvelos y que, si se hace correctamente, terminará en una abundante cosecha.

En los meses que dura el proceso hasta la etapa madura de las plantas, los cannabicultores tendrán que luchar contra las posibles plagas u hongos, aportar la luz adecuada, comprobar el sustrato, luchar contra el estrés hídrico… hasta que lo que era un simple grano haya florecido en una planta sana y lustrosa.

Si con los esquejes los cuidados son tantos o más y, como hemos visto, las complicaciones también, la satisfacción de ver crecer una planta desde la semilla y recolectar lo que ha trabajado uno mismo no tiene comparación. Vistas las ventajas y los inconvenientes de cada tipo de cultivo, ahora solo te queda decidir.