El activista y emprendedor Will Gaudet es el fundador de la web HarvestPlug, una comunidad ‘peer to peer’ formada por usuarios y pequeños cultivadores que pueden intercambiar cannabis de forma libre y gratuita. El principal objetivo de Gaudet es luchar contra la concentración del sector cannábico, en manos de un puñado de grandes empresas.  

Cuando el estado de Washington legalizó la marihuana para uso recreativo hace tres años, su Gobierno puso en marcha un régimen de licencias diseñado, supuestamente, para proteger y apoyar a los pequeños cultivadores. Sin embargo, los datos del mercado del cannabis publicados desde entonces desvelan que la realidad es hoy muy distinta a lo que sus líderes planeaban: la mayor parte del negocio está en manos de unos pocos grandes proveedores, debido sobre todo a la caída de los precios y la adopción de tecnologías caras para aumentar la eficiencia de las plantaciones. Dos circunstancias que disuaden a los cultivadores más modestos.

El sector, no obstante, genera cada vez más dinero. Con la recién estrenada legalización del cannabis recreativo en California —estado que ya lidera el mercado estadounidense de la marihuana medicinal— y las próximas aperturas de dispensarios en Massachusetts y Canadá, los analistas señalan que el sector podría mover alrededor de 20.200 millones de dólares (algo más de 16.700 millones de euros) en 2021.

En vista del intenso crecimiento y el aumento de la competitividad, existe un enorme riesgo de que la industria acabe siendo controlada por un puñado de grandes cultivadores. Un desafortunado escenario, bautizado como ‘big weed’ en inglés, que algunos tratan de evitar a toda costa con iniciativas que impulsen el comercio de marihuana a pequeña escala y brinden a los cultivadores más modestos la oportunidad de entrar y mantenerse en el mercado.

Pero hay quien va incluso un paso más allá y plantea modelos alternativos a los tradicionales: el activista y emprendedor Will Gaudet ha fundado HarvestPlug, una comunidad digital basada en un modelo distribuido en red o ‘peer to peer’ cuyos usuarios pueden intercambiar sus productos cannábicos libre y gratuitamente. Gaudet presenta la plataforma como una estrategia para luchar contra la concentración de la industria en manos de unos pocos.

La web es también una herramienta útil para combatir el crecimiento del mercado negro. Sobre todo, en aquellos estados donde la marihuana recreativa es legal pero aún no existen establecimientos habilitados para su distribución, licencias ni, en resumen, una vía de conseguirla legalmente. Así ocurre en Massachusetts, donde, a pesar de dar luz verde al cannabis en diciembre del 2016, el Gobierno aún castiga a quienes tratan de distribuirlo o descubren con una cantidad que, según las autoridades, rebasa la que podría destinarse a consumo propio.

El tiempo es oro

En HarvestPlug, que funciona bajo el lema “la hierba es libre; el tiempo es dinero”, los usuarios pueden inscribirse, poner un anuncio tanto si buscan como si ofrecen ciertas variedades y añadir una foto e información sobre las características del producto y el área geográfica donde se encuentran. La plataforma deja claro, eso sí, que no podrán acordarse intercambios en ningún territorio donde no se haya legalizado el uso recreativo de la marihuana y que solo puede ser utilizada por mayores de edad.

Gaudet concibió la idea de crear esta web social gracias a su propia experiencia como cultivador y como parte de su labor activista, sobre la que ha dado numerosas charlas en universidades por toda la costa oeste de Estados Unidos. “Creo en diseñar leyes que lleven la equidad social a la industria cannábica”, ha asegurado. “Utilizando HarvestPlug, los activistas están rompiendo las barreras para entrar y, de las cenizas, están construyendo holísticamente un modelo de mercado ‘peer to peer’”.

Si bien las personas que aportan sus plantas reciben una compensación económica, el dinero no es un pago por la marihuana que entregan a otro miembro de la comunidad, sino por el tiempo que ha invertido en cultivarla. Además, los usuarios pueden evaluar las experiencias en la plataforma y a sus integrantes para alertar sobre cualquier tipo de problema al resto del grupo.

“Conectando a los consumidores de cannabis con microcultivadores gracias a una estructura basada en una compensación por el tiempo 100 % legal, HarvestPlug es un sitio seguro para compartir cannabis”, sostiene Gaudet. El fundador de la plataforma defiende también que, aunque se produzca en pequeñas cantidades o con métodos muy artesanos, los cultivos caseros tienen en muchas ocasiones mejor calidad que los intensivos.

Pero a pesar de apoyarse en un modelo que cumple con la legalidad, hay quien aún recela de la plataforma. En Massachusetts, donde siguen empeñados en poner obstáculos a una práctica aprobada por ley, las autoridades vigilan de cerca intercambios que podrían involucrar pagos encubiertos o a través de regalos, pues sostienen que este tipo de prácticas continúan estando fuera de la legalidad.

Este mismo año, uno de los consejeros legales del Departamento de Seguridad Pública advertía al organismo de las supuestas estrategias que estarían siguiendo ciertos individuos o negocios para tratar de saltarse las prohibiciones a la venta de cannabis de uso recreativo. Señalaba entonces al servicio HighSpeed, una ‘startup’ que ofrece zumos a domicilio acompañados con un regalo en forma de cannabis y que hoy sigue funcionando en la ciudad.

Sin embargo, a Gaudet no le amedrentan las suspicacias de las autoridades. Compara su modelo de negocio con el de otras empresas, como Uber o Airbnb, que han revolucionado el mercado con un esquema tan disruptivo como polémico. Su objetivo es redirigir el poder en la creciente industria cannábica de las grandes compañías que controlan los cultivos intensivos a los pequeños cultivadores y emprendedores modestos que plantan en áreas limitadas o, incluso, en su propia casa.

Una alternativa al mercado negro

Según el fundador de HarvestPlug, el creciente sector de la marihuana tal y como funciona actualmente no beneficia a todos los actores, e invita a rediseñarlo. Lejos de querer evadir las leyes o ir en contra de las políticas estatales, el emprendedor presenta la plataforma como una alternativa para luchar contra el mercado negro.

Debido a las barreras legales a la venta de cannabis y a unos precios que no todo el mundo puede permitirse, muchos consumidores se ven obligados a recurrir a vendedores ilícitos que no les dan garantías. En Washington, alrededor del 51 % de los usuarios de marihuana con un salario medio o bajo acuden al mercado negro. En Oregon, la cifra es del 49 %, de acuerdo a los análisis de la firma Arcview Market Research.

Además, Gaudet plantea la posibilidad de incluir en el futuro algún tipo de impuesto aplicable en el caso de que se produjese algún intercambio monetario entre los usuarios o crear una licencia para aquellos que deseen cultivar en casa y distribuir sus plantas entre los miembros de la comunidad.

En la era de la tecnología, parece lógico que Gaudet haya pensado en internet y los nuevos modelos de negocio como una solución para aquellos amantes del cannabis que se encuentran con trabas y obstáculos a la hora de conseguir sus variedades favoritas. Quizá sirva de ejemplo a otros emprendedores y surjan en el futuro nuevas iniciativas similares que allanen el camino a una industria del cannabis más equitativa.