Muchos consumidores expertos afirman que el mejor lugar para guardar la marihuana durante largos periodos de tiempo es un recipiente hermético colocado en algún lugar fresco y oscuro, huyendo a toda costa del frigorífico. Pero de acuerdo con los resultados de un nuevo estudio de cuatro años realizado por investigadores italianos, el congelador podría ser un lugar mejor, especialmente si lo que te preocupa es mantener el contenido en THC.

Al igual que se recomienda con los alimentos, la experiencia nos dicta que la mejor forma de almacenar cannabis es en un lugar fresco y alejado de la luz, ya que tanto la luz como la temperatura provocan reacciones químicas que degradan los cannabinoides, lo que acaba restando potencia a los cogollos. De hecho, según un estudio de 1976, la marihuana podría aguantar hasta dos años en perfecto estado si no tiene ningún contacto con los rayos UVA.

Ahora investigadores italianos han querido actualizar esta información e ir más allá a la hora de comprender cómo el tiempo y las diversas condiciones de almacenamiento (que involucran factores como la luz, el oxígeno o la temperatura) afectan a la composición química de la marihuana de alta potencia, sobre todo porque el contenido de THC de las plantas en el mercado actual es "extremadamente diferente" al de años anteriores. Y es que las cifras hablan por sí solas: en los años 80 los registros muestran que el cannabis contaba con índices del 2 al 5 % de THC, mientras que, en la actualidad, encontramos variedades que pueden llegar a alcanzar sin problemas el 20 % de esta sustancia psicoactiva.

¿Cómo se realizó el estudio?

Para la investigación, publicada en la revista Forensic Science International, se emplearon seis productos de cannabis de alta potencia, constituidos tanto por flores como por resina, con diferentes concentraciones iniciales de THC. Con estas muestras, que fueron incautadas por la policía en diversas redadas, los autores del estudio crearon 24 muestras primarias.

Después de recopilar información sobre la cantidad que contenía cada muestra de THC, CBD y CBN (es decir, el cannabinol, otro componente no psicoactivo del cannabis que se produce cuando el THC se degrada con el tiempo), los investigadores las almacenaron en cuatro ambientes controlados durante un período de cuatro años:

A- Con luz (24 h) y temperatura ambiente.
B- Con oscuridad (24 h) y temperatura ambiente.
C- Con oscuridad y refrigeración (4 ° C).
D- Con oscuridad y congelación (−20 ° C).

La concentración de los tres cannabinoides principales se midió aproximadamente cada 100 días a lo largo del estudio de cuatro años, por lo que las muestras se analizaron 14 veces.

Unos resultados que apuntan al congelador

En un hallazgo que probablemente no sorprenda a los más previsores a la hora de guardar su hierba, el estudio determinó que la cantidad de THC disminuyó, aumentando así la cantidad de CBN, en las muestras almacenadas a temperatura ambiente. En los primeros 100 días de recopilación de datos, el THC en la marihuana almacenada en espacios iluminados y oscuros a temperatura ambiente se había degradado en un 13 % y un 11 %, respectivamente. Y casi el 100 % de THC se degradó después de cuatro años a temperatura ambiente, independientemente de las condiciones de iluminación.

Mientras tanto, el cannabis refrigerado mostró cierta disminución en el THC y un aumento en el CBN con el tiempo, aunque no tan pronunciado como las muestras mantenidas a temperatura ambiente.

Sin embargo, el contenido de THC en las muestras almacenadas en condiciones de congelación (-20ºC) no cambió significativamente. Este hallazgo indica, como escriben los autores, "que la congelación es la mejor forma de almacenamiento para evitar la reducción del contenido de cannabinoides con el tiempo". En cuanto al CBD, el estudio encontró que el compuesto se mantuvo "relativamente constante a lo largo del tiempo en todas las muestras consideradas".

Con los datos recopilados, los investigadores pudieron adaptar una función exponencial a la degradación del THC y la formación de CBN, lo que sugiere que estos procesos ocurren con una cinética de primer orden, es decir, que la velocidad de la reacción es directamente proporcional a la concentración de los cannabinoides. Un posterior tratamiento de los datos indicó que la temperatura de almacenamiento y la exposición a la luz tuvieron dos efectos diferentes en la conversión de THC a CBN: la temperatura cambió solo la velocidad, pero la luz cambió tanto la velocidad como la estequiometría (es decir, la medición de los distintos compuestos).

Por último, los investigadores propusieron modelos matemáticos que permiten predecir el tiempo de almacenamiento, si no se conoce, y el contenido inicial de THC (es decir, la concentración de THC en el tiempo de almacenamiento inicial), a partir de la medición del contenido de THC y CBN en cualquier momento bajo las mismas condiciones de almacenamiento. Según los científicos, estos modelos de predicción pueden ser útiles para fines forenses, si es necesario estimar la concentración inicial de THC o la edad aproximada de un material incautado. En un nivel más básico, la investigación también podría ayudar a los consumidores a planificar mejor cómo almacenar su cannabis durante años.

Así que, si eres un cultivador que te planteas cómo guardar una buena cosecha para tiempos difíciles, simplemente has de saber que, de acuerdo con esta investigación, es mejor ir haciendo un hueco en el congelador.