Uno de los mayores y mejores divulgadores científicos del siglo XX consumió cannabis y abogó por él en un ensayo publicado bajo el pseudónimo de Mr. X. En el artículo reconoce que preparó clases y conferencias bajo los influjos de la marihuana y que su percepción del arte y la música se potenciaron gracias a ello.

Carl Sagan, astrónomo, astrofísico y, sobre todo, un fantástico divulgador científico, fue consumidor de marihuana durante toda su vida. Algo que no le impidió, muy al contrario, apoyarse en el método científico y en el pensamiento escéptico para construir su vasta obra. 

Este íntimo pasaje de la vida del científico fue revelado tras su muerte. En 1996, Lester Grispoon, amigo personal de Sagan y editor en 1971 de un libelo titulado 'Marihuana Reconsidered' ('Marihuana Reconsiderada'), reconoció al biógrafo Keay Davidson que el Mr. X que aparecía en su libro no era otro que el mismísimo presentador de 'Cosmos'. Además, la viuda de Sagan, Ann Druyan, se unió a la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes de la Marihuana en Estados Unidos, una fundación que aboga por la despenalización del consumo. 

En 'Marihuana Reconsidered', Mr. X argumenta a favor del uso de la marihuana con la fina ironía científica que caracteriza a Sagan. El autor, que contaba con 35 años cuando lo escribió, llega a reconocer que mientras permanecía bajo los efectos del THC se le ocurrieron pensamientos que luego empleó en clases y artículos. Uno de los pasajes más recordados del escrito es uno en el que explica cómo desarrolló una teoría para deslegitimar el racismo empleando las teorías de Gauss cuando se duchaba, colocado, junto a su mujer. Usó la pared del baño a modo de pizarra y con el jabón pintó en ella las ideas que se le agolpaban en la mente.

Además, Sagan dice que la experiencia con el cannabis ha hecho que mi apreciación por el arte haya aumentado”. Lo mismo reconoce de la música, de la mejora en la percepción de diferentes sonidos y de la técnica del contrapunto que, por ejemplo, era algo que desconocía hasta que comenzó a fumar cannabis. 

Pero donde se pone interesante el asunto es cuando enfrenta las imágenes que dice tener en esos momentos con las del mundo real al día siguiente. Esos flases que, argumenta, tienen que ser comprendidos por alguien que no está en un estado de sensibilidad como el que proporciona la marihuana. 

Sagan afirma que existe un mito acerca de esas revelaciones o pensamientos; se dice “que no aguantan el escrutinio de la mañana siguiente”, pero nada más lejos de la realidad. Para el científico, las ideas que se tienen fumando no son falsas o producto de un pensamiento banal, sino que son tan reales como las que tenemos cuando andamos por la calle camino del trabajo. El problema, para él, es que somos incapaces de ordenar esos pensamientos de manera que al día siguiente podamos recuperarlos. Por ello afirma que uno de los trabajos más duros de su vida ha sido tratar de grabar en cinta o escribir esas ideas o imágenes. Y lamenta que, en ese arduo proceso de escribir una idea propulsada por la marihuana, se le perdieran otras igual de valiosas. 

La religión

Sin considerarse una persona religiosa, Sagan también reconoce un elemento místico en el ‘viaje’ que provoca el consumo de marihuana. Hay conexiones con la infancia e incluso ayuda para examinar la propia conciencia. Al científico no le agrada lo que su cerebro visiona y, sin embargo, explica que gracias al cannabis cree que se pueden alcanzar estados conscientes que sin él no serían posibles. 

El autor solía sentir que esas ideas o pensamientos no aguantarían el juicio de realidad de un científico, pero que para eso no sucediera se dejaba escritas notas del tipo: “¡Escucha atentamente, hijo de perra de la mañana siguiente! ¡Esto es real!”. En el texto se declaraba convencido de que hay estados de percepción perfectamente válidos que solo se alcanzan con el uso del cannabis y que, sin embargo, debido a los defectos de nuestra sociedad o del sistema educativo, no somos capaces de llegar a ellos. 

La importancia de 'Marihuana Reconsidered’' radica en la voz de autoridad de Sagan y en el método crítico que emplea para analizar los efectos de la marihuana. No entra en disquisiciones morales sino que aplica sus propias experiencias para derribar mitos construidos en torno al cannabis. 

Para alguien genial y polifacético como Sagan, la marihuana fue el motor de sus investigaciones alejadas de la astronomía y la astrofísica. El elemento de creatividad necesario para pensar fuera de la caja y seguir persiguiendo la verdad, puesto que, aparte del artículo, Sagan defendió públicamente el uso de la marihuana para fines paliativos y medicinales. Algo que, para un personaje público de la dimensión del estadounidense, no era nada fácil de hacer. Al igual que con sus arriesgadas teorías o con su pronta detección de los resultados del efecto invernadero y del calentamiento global, el tiempo le acabará dando la razón.