A menudo se asume que cultivar cannabis a partir de semillas regulares es más difícil que trabajar con feminizadas. En realidad, sin embargo, este simplemente no es el caso. Los cultivadores de todos los niveles, incluidos los principiantes, pueden lograr cosas increíbles con las semillas regulares. Pero antes de comprar semillas de marihuana de un tipo u otro, es importante comprender la diferencia entre ellas.

Hace veinticinco años, las semillas regulares eran la única opción para cultivar variedades de marihuana. A finales de los 90 se introdujeron las semillas feminizadas y desde entonces conquistaron a los cultivadores. Y es que, por supuesto, es una ventaja significativa obtener de una semilla solo plantas femeninas, pues de esta manera se puede aprovechar al máximo el espacio de cultivo. Pero si eres un criador al que le encanta cultivar su propio stock de genéticas, las semillas regulares son muy importantes.

Por tanto uno no debe de ninguna manera despreciar las semillas de cannabis regulares. De hecho, siguen siendo muy valiosas hoy en día, a pesar de que el mercado europeo de semillas en la actualidad está compuesto por un 95% de cultivadores que emplean semillas feminizadas.

El motivo de esta cuota de mercado es bastante obvio: la mayoría de los cultivadores de cannabis no están interesados ​​en la hibridación y su único objetivo es producir grandes cantidades de marihuana de primera calidad. Esto significa que el objetivo final es cultivar solo plantas de cannabis femeninas. Pero con un enfoque comercial tan grande en las semillas feminizadas, es fácil olvidarse de que las semillas regulares son vitales para la creación y conservación de los diversos patrimonios genéticos del cannabis.

¿Cuál es la diferencia entre semillas de marihuana regulares y feminizadas?

Así, las semillas de cannabis regulares producen, como dicta la madre naturaleza, plantas masculinas y femeninas en una proporción ideal de 50/50. Esto no es exacto; a veces puede encontrarse con un 70% de hembras y un 30% de machos, o viceversa. Es imposible garantizar en qué dirección irá la división, ya que todas las semillas de cannabis tienen el mismo aspecto.

Para saber cuál es cuál, todas las semillas de cannabis tienen que ser germinadas y cultivadas hasta que "tengan sexo" o comiencen a mostrar signos de ser hembras (pre-flores) o machos (pre-sacos de polen). Las plantas de cannabis masculinas se pueden descartar si lo que buscas es producir flores; o utilizarse para conseguir polen de cara a la reproducción.

Ventajas de las semillas de marihuana regulares

Son varias las virtudes de cultivar marihuana a partir de semillas regulares, como por ejemplo:

1. Las plantas tienden a ser menos sensibles al estrés

Una ventaja de estas semillas de cannabis es que, una vez que las plantas masculinas se retiran del cultivo, las hembras restantes serán fuertes y muy resistentes al estrés. Entonces, si está buscando plantas de marihuana con más vigor, las plantas de cannabis cultivadas a partir de semillas regulares suelen ser lo suficientemente resistentes como para aguantar cualquier fluctuación en el entorno de cultivo (un cambio repentino de fotoperíodo, falta de agua, fertilización excesiva) sin exhibir rasgos masculinos (hermafroditismo). Particularmente para los cultivadores de cannabis sin experiencia, las semillas regulares pueden ser fáciles de trabajar, pues tienden a ser más indulgentes en general.

2. Son ideales para hacer plantas madre y tomar esquejes

También puedes hacer esquejes de marihuana con mucho éxito. Algunos criadores pueden mantener una planta madre a partir de una semilla regular durante décadas. Sin embargo, la creencia generalizada de que las semillas regulares producen mejores resultados cuando se trata de plantas madre no es estrictamente cierta, por lo que también podría usarse semillas feminizadas.

3. Te aseguras de que la planta exprese su linaje completo

Cuando se producen semillas feminizadas, se elige un fenotipo y se usa el polen revertido para conservar la nueva generación de plantas. Con las semillas regulares, se puede encontrar un fenotipo genéticamente intacto, que sea completamente diferente y una planta que merezca la pena mantener en tu cuarto de cultivo. Cada una tendrá sus propios rasgos, patrón de crecimiento, desarrollo de hojas y tallos, aroma, rendimientos, resistencia a las plagas, perfil de terpenos, ratio de THC y CBD…. El cultivador elegirá cuáles quiere conservar en un estado vegetativo (planta madre) y tomar clones para mantener las características que le gustan más.

4. Se pueden combinar las mejores genéticas y crear híbridos

Una cosa es cultivar tu propia planta, pero ¿qué tal si creas tus propias variedades únicas desde cero? En los días previos a las semillas feminizadas, los cultivadores cruzaban rutinariamente diferentes cepas regulares y veían qué sucedía. En algunos casos, esto ha llevado a la creación de las variedades híbridas más espectaculares que jamás hayan existido. Trabajando con semillas regulares la satisfacción de crear tu propia variedad única puede ser inmejorable.

5. Te brindan acceso a genéticas antiguas

Otra razón para cultivar semillas regulares es que algunas de las mejores variedades de la vieja escuela nunca llegaron al mercado feminizado, por lo que con el tiempo han caído en el olvido. Existen ciertas joyas anteriores a los 90 que no están disponibles en versión feminizada, ya que muchas genéticas que existieron durante los últimos 50 años a menudo se conservan en forma de semilla regular. Por tanto, cultivar semillas regulares también te permite hacer un viaje en el tiempo a genéticas que son inéditas en tu cuarto de cultivo.

Y recuerda: experimentar con semillas de marihuana regulares puede ser especialmente gratificante. También es la mejor forma de conocer las diferencias entre los sexos de las plantas de cannabis, los conceptos básicos de la hibridación, etc. Todo se reduce a lo que esperas obtener de la experiencia, ¡pero no cometas el error de pasar por alto los beneficios de las semillas regulares!