Para esquivar los efectos nocivos de inhalar el humo de la combustión, son muchos los que han dejado de lado esta forma de consumir cannabis y se han pasado al vapeo. Un método que evita los agentes dañinos para nuestro cuerpo, puesto que el vapor es mucho más saludable. No obstante, antes de dar el paso, han tenido que aclarar sus dudas respecto a este nuevo método de tomar marihuana. Si tú también estás pensando en dar el paso, apunta estas recomendaciones para iniciarte en el ‘vaping’.

En multitud de ocasiones hemos comentado que, si bien todavía son muchos los que piensan que solo se puede consumir cannabis fumando un canuto, existen otras numerosas formas de tomar marihuana sin necesidad de recurrir a estos, desde las cremas y algunos otros productos tópicos hasta las mil y una recetas que podemos elaborar con la marihuana como ingrediente principal. Pero en los últimos tiempos ha emergido una forma que se ha extendido y que hoy cuenta con muchísimos adeptos: el ‘vaping’ o vapeo. Y trae consigo numerosas ventajas.

Tal ha sido la revolución que se ha producido que incluso hay quien se ha iniciado en el cannabis tras conocer que mediante este método se pueden eliminar los aspectos más nocivos de fumar y, de paso, aprovechar los beneficios terapeúticos de la planta. Eso sí, para sacarle el máximo partido debemos tener en cuenta diferentes aspectos.

Sin combustión alguna

Lo primero que debes saber es que los vaporizadores no queman el cannabis, por lo que son más saludables que, por ejemplo, fumar la marihuana. Inhalar humo, ya sea del tabaco o de algún otro producto, es algo que no entraña ningún beneficio para nuestra salud, por lo que evitarlo siempre es lo ideal. Alejarse de los productos con ciertas sustancias químicas que pueden ser cancerígenas es una de las principales ventajas que presenta el vapeo. De hecho, son muchos los que se han iniciado en el ‘vaping’ y no han tardado en notar los efectos tanto en el olfato, captando mejor los olores, como en el gusto, recuperando el sabor.

No todos los vapeadores son iguales. Los hay de conducción (calientan por contacto) y de convección (lo hacen por aire caliente), y también existen distintos modelos en función de si queremos colocar en su interior cannabis picado, aceite de cannabis (BHO) o líquidos concentrados. En el caso de que nos decantemos por los e-liquids, como se conocen los líquidos que se vierten en los cigarrillos electrónicos, el procedimiento será sencillo, pues solo se impregnan con esa sustancia el algodón situado en una resistencia y así se produce el vapor.

Tanto en estos insertos, en la marihuana desmenuzada (pasada por el grinder y bien picada), y en el hachís, lo que se provoca es una liberación de los aceites esenciales del cannabis. Calentándolo a la temperatura adecuada, se produce un vapor de agua con los componente propios de la marihuana.

A la temperatura adecuada

Conocer la temperatura a la que vaporizar el cannabis es de vital importancia, no solo para aprovechar las propiedades de cada una de las variedades, sino también para evitar un viaje que nos deje noqueados. La mayoría de los expertos coinciden en señalar que la temperatura idónea para vaporizar se sitúa entre los 180 ºC y los 210 ºC. A partir de los 154 ºC más o menos ya se empiezan a volatilizar los cannabinoides.

Otro detalle importante es que en torno a los 185 ºC los efectos psicoactivos de la marihuana empezarán a llamar a nuestra puerta. Si superamos los 190 ºC entonces ya habrán entrado en nuestro cerebro y el efecto será más intenso. Si no nos interesa llegar hasta esos niveles, lo aconsejable será bajar la temperatura del vapeador, para así conseguir un efecto más corporal.

Cuidado al elegir los e-liquids

Si te decantas por los vaporizadores que utilizan este tipo de líquidos, deberás saber que al vapear aceite de cannabis se producen altas concentraciones de THC, por lo que podemos encontrarnos con un colocón para el que tendremos que estar preparados. Los más asiduos advierten que cuando se vaporiza BHO su efecto suele ser mucho más fuerte que el del cannabis seco. Solo hay que mirar los porcentajes: si bien la mayoría de las genéticas tienen entre 15 y 20 %, podemos encontrarnos con frascos de BHO de hasta el 60 % de tetrahidrocannabinol. Ahí es nada.

Esto es importante tanto para los vapeadores más novatos como para los más experimentados. Los primeros, porque sabrán que no deberán pasarse con la dosis que viertan, y los segundos porque tendrán garantizado un viaje que, si son fumadores asiduos, no habrán experimentado en mucho tiempo (si consumen cannabis todos los días se aumenta la tolerancia al THC).

También existe una amplia variedad de e-liquids ricos en CBD, el principio activo del cannabis que más de moda está en los últimos tiempos. Por esto mismo, son los más extendidos hoy en el mercado. Con estos no habrá riesgo alguno de que los recién llegados al mundo del vapeo de marihuana acaben noqueados, pues sus propiedades son más relajantes y sirven para paliar ciertas dolencias.

Por todos estos factores, aconsejamos adquirir un vaporizador que se adapte a las necesidades de cada consumidor. Uno ideal es aquel en el que podemos aprovechar los cogollos ya secos y con el que también nos animemos a preparar nuestros propios líquidos. Un 2x1 para sacar más partido a nuestra cosecha y a la inversión realizada.

Sea de una u otra forma, cada vez son más los que recomiendan dar el paso del canuto al vapeador, no solo para evitar volver a pedir el mechero a alguien, sino por todos los beneficios que puede reportar a su salud. ¿Y tú? ¿Te atreverás a dar el paso?