Todo cultivador de cannabis en interior o invernadero suele tomar muy en cuenta parámetros ambientales como la temperatura, la luz y la humedad. Pero generalmente se olvidan de un factor muy importante relacionado con todos los anteriores: el déficit de presión de vapor de agua o VPD. Proporcionar a nuestras plantas unos niveles de VPD correctos, aumentará su actividad y potencial en todas las fases de su desarrollo. Os contamos cómo hacerlo.

El déficit de presión de vapor, más comúnmente conocido como VPD, es un concepto agrícola que mide la diferencia de presión entre la humedad de la planta de marihuana y la del ambiente, o la de dentro y fuera de una hoja para ser más claros. Para los cultivadores de cannabis, que también regulan otras condiciones ambientales para maximizar el crecimiento y floración de la plantas, controlar esta métrica les ayuda a producir unas plantas más robustas y saludables.

Proporcionar a nuestras plantas una relación correcta entre temperatura y humedad es la manera más adecuada de obtener el mejor valor VPD posible, un método que permitirá a nuestro cannabis desarrollarse de un modo asombroso. El control de esta variable puede ayudar a la plantas a aumentar la ingesta de agua y nutrientes, lo que se traduce, en optimizar el crecimiento de las plantas. Además de cuidar su salud, unos niveles de VPD adecuados permitirán a los productores regular mejor el entorno del cultivo de marihuana, para mantener a raya tanto a las plagas como a los hongos.

El VPD describe cómo se siente nuestra planta de cannabis, le da un rango y un valor a su comodidad. Para entenderlo mejor, los seres humanos podemos funcionar teóricamente tanto a 0º como a 40º, pero tendemos a ser menos productivos y felices a esas temperaturas, preferimos condiciones ambientales más suaves. Con las plantas ocurre lo mismo, mientras más cómodas estén con su humedad y temperaturas, mejor rendimiento van a lograr.

Se trata, por lo tanto, de mantener una zona de confort ambiental para que nuestra planta se desarrolle de forma saludable. El problema, a veces, es que estas estrategias de VPD pueden parecer demasiado engorrosas para los novatos en el cultivo cannábico. Pero la gran mayoría de productores ya está teniendo en cuenta estas medidas en sus plantaciones, y con un sencillo gráfico y algunas herramientas de control, como los deshumificadores, la tarea se torna fácil a los pocos días de empezar.

Cómo medir el VPD y lo que significa

Para hallar la VPD de nuestro cultivo necesitamos medir la temperatura y la humedad relativa (HR) con herramientas que podemos encontrar fácilmente: un termómetro y un higrómetro (para medir la HR). Una vez tengamos medidas estas dos variables, entonces tocará acercarse a los gráficos VPD, para determinar en qué nivel de presión de vapor de agua nuestro cultivo.

Estos gráficos son una buena referencia para entender el VPD, ya que la mayoría están codificados por colores para indicar cuáles son los niveles de transpiración bajos y altos, saludables y peligrosos. Si nos fijamos en las gráficas, el VPD está inversamente relacionado con la HR, es decir, un cultivo con una humedad relativa baja suele tener un déficit de presión de vapor alto. Por lo que cuando comencemos a trabajar con la VPD, conviene mantener la HR baja, alrededor del 55%, ya que si la humedad crece aumenta el riesgo de que aparezcan hongos o moho.

Regular el VPD según se desarrollan las plantas

Cada variedad de cannabis y modo de cultivo tiene distintas necesidades y límites, y también cada fase de crecimiento de la planta. El VPD es importante en todas las etapas de maduración, pero su nivel óptimo varía en función del momento de la planta. Por ejemplo, al principio conviene tener un VPD bajo para evitar que las plantas se sequen y puedan desarrollar sus sistema radicular. Cuando la planta haya desarrollado bien sus raíces entonces podremos ir aumentando paulatinamente el VPD para fomentar una transpiración más rápida.

Cómo podemos ver el VPD idóneo ayuda a las plantas a transpirar con más velocidad ya que las temperaturas altas hacen que estas liberen más vapor de agua. En realidad, que los niveles de VPD y la transpiración de la planta de cannabis estén correlacionadas debería advertirnos del peligro que tiene este factor ambiental. Si este es demasiado bajo las plantas no podrán transpirar, y si es demasiado alto y transpiran demasiado las plantas pueden estresarse, sufrir y llegar a morir.

Por eso conviene medir el VPD y regularlo a su nivel óptimo, para que las plantas transpiren a un ritmo cómodo y puedan crecer bien. Además, si el aire está demasiado seco, las plantas transpiran demasiado en un intento de mantener un equilibrio en el VPD, algo que podría provocar el riesgo de que se quemasen por exceso de sales nutrientes. También existen riesgos externos al crecimiento de la planta, como la aparición de hongos y moho si los niveles de humedad están muy altos, o de ácaros, si el el aire es demasiado seco.

Por lo tanto, queda claro que el éxito del cultivo depende de un VPD gradual con el crecimiento, y nunca estático. Así que, además de medir la temperatura y la humedad de nuestra plantación, debemos regularlas con distintas herramientas. Para monitorear estos factores ambientales bastará con un termostato y un deshumidificador. Este segundo es importante porque nuestros sistemas de aire acondicionado enfrían el aire pero no eliminan la humedad. Los cultivadores más expertos también optan por agregar CO2 al ambiente del cultivo, aunque para hacer esto debemos tener una sala totalmente optimizada, si no nos servirá de poco.

Por otro lado, si queremos aumentar la temperatura, podemos incorporar al cultivo algún dispositivo de calentamiento, como cables térmicos o calentadores tubulares. Si la humedad relativa aumenta por encima de lo deseado, entonces tocará reducir la ventilación y la extracción, para que esta baje. 

En definitiva, como en cualquier cultivo de interior o invernadero, la gran ventaja es que podremos 'jugar a ser dioses' y controlar los factores ambientales a nuestro placer. Existen distintas opciones en el mercado para lograr modular la humedad y la temperatura de nuestro espacio de cultivo, y así satisfacer las necesidades de comodidad ambiental de la plantación con el nivel de VPD óptimo. Tus plantas agradecerán tanta dedicación hacia su confort con una cosecha de lo más próspera.