Cuantiosas investigaciones señalan que la marihuana ha sido una de esas plantas milenarias que han acompañado al hombre a lo largo de la historia en su camino hacia una vida sana. Diversas tribus y etnias han tenido en cuenta sus propiedades terapéuticas y han utilizado el cannabis para prevenir enfermedades o curarlas. Algunas siguen haciéndolo actualmente. 

Desde hace miles de años el ser humano ha buscado en las plantas antídotos contra sus problemas de salud, remedios naturales con los que hacer frente a enfermedades o incluso prevenirlas. Aunque el origen de estas prácticas se centra en Asia, su uso actual por parte de diversos pueblos ha tenido lugar gracias al intercambio de conocimiento entre etnias a lo largo de la historia.

En África, es relevante el caso de los batwa, una pequeña tribu africana, situada en Uganda, en la que sus integrantes llevan a cabo una curiosa costumbre para no enfermar creen que todas las enfermedades pueden curarse consumiendo continuamente marihuana y teniendo de forma habitual relaciones sexuales. Entre sus miembros no hay casos de sida y, como curiosidad, cuando va a celebrarse un matrimonio, la familia del novio debe dotar a la novia con al menos un kilo de cannabis.

También es conocido el caso de los aka, otro pueblo pigmeo de cazadores y recolectores que pueblan la cuenca del Congo. Recientemente, investigadores de la Universidad Estatal de Washington han estudiado cómo sus gentes consumen cannabis como una forma de prevenir los parásitos intestinales.

Después de entrevistar a 400 de sus miembros adultos y de hacer análisis para cuantificar la presencia de THC en la sangre descubrieron que el 70 % de los hombres y el 6 % de las mujeres consumían habitualmente. Sus hallazgos determinaron que los akas se han habituado a la hierba al darse cuenta de que quienes más fuman menos se infectan con los parásitos.

Allá por 1891 el explorador alemán Hermann von Wissmann ya contaba cómo algunas tribus africanas utilizaban la hierba. Una de ellas era la tribu de los bashilange, un pueblo guerrero y violento bantú que cambió su actitud con la ayuda del cannabis. Gracias a los efectos terapéuticos de la planta sobre determinadas cuestiones psicológicas, lograron ser cada vez menos bárbaros y empezaron a considerar la hierba como un símbolo de paz, amistad y protección.

Entre otras cosas, prohibieron el canibalismo y la utilización de armas. Además, fumar marihuana se convirtió en una obligación para que ninguno de sus miembros fuera agresivo ni cometiera delitos. En caso de hacerlo, la consecuencia era fumar cannabis hasta perder el sentido. Su tendencia se convirtió también en una suerte de religión y los miembros de esta tribu comenzaron a llamarse "hijos del cáñamo".

Sobre cómo llegó la hierba hasta ellos, se cree que fue el pueblo nómada pigmeo de los khoi-khoi quien puso en sus manos las semillas de marihuana, después de que la etnia árabe, a través de sus rutas comerciales, introdujera la planta en la cuenca del Congo y en la zona del lago Victoria. Fueron los esclavos del África negra los que después llevaron el cannabis hasta lugares de América Latina como Brasil.

En el norte de África, especialmente en la zona del Rif de Marruecos y en algunos lugares de Argelia, la tribu amzigh o bereber (un pueblo nómada asentado en el norte del continente) también ha utilizado de manera tradicional la planta en el ámbito terapéutico. Los bereberes han empleado el cannabis como sedante y anestésico antes de operaciones, para amputaciones o para distintos tipos de extracciones. Utilizan la marihuana como un producto con el que soportar grandes dolores, habitualmente mezclado con otros vegetales como el beleño y la mandrágora.

Por otra parte, se sabe que los habitantes de la aldea china de Bama Yao son los más longevos del mundo (muchos superan los cien años de edad) al basar su dieta en el consumo de cáñamo. El alto contenido en ácidos grasos de este producto es el principal responsable de sus efectos beneficiosos y el ingrediente secreto de la conservación de estas gentes y de su salud.

No es de extrañar, puesto que fue en el continente asiático donde la planta comenzó a ser utilizada con fines terapéuticos, especialmente en la actual Mongolia y en el sur de Siberia. De hecho, recientemente, arqueólogos del sur de Rusia han encontrado un tesoro con vasijas escitas que contenían restos de cannabis.

Con el descubrimiento se prueba que la famosa tribu escita (que ocupaba regiones de los actuales territorios de Rusia, Ucrania y Asia Central y descendía de los arios, otra etnia) consumía cannabis hace 2400 años. Este grupo étnico indoeuropeo llevó los remedios cannábicos hasta Oriente Medio entre el 2000 a. C. y el 1400 a. C.

Algo similar ya lo relataba la enciclopedia china sobre agricultura y plantas medicinales Shennong Ben Cao Jing. Cuenta historias sobre la utilización del cannabis en esas zonas, que datan de alrededor del 2700 a. C. En ellas se mencionan los beneficios de utilizar raíz seca y molida de la planta para crear una pasta con la que reducir el dolor causado por fracturas o cirugías.

Por otro lado, en 1993 fueron encontrados en la República de Altai (Rusia) los restos de la princesa de Ukok, una momia siberiana de 2500 años de edad. Hace un año una nueva investigación revelaba que, entre otras cosas, sufrió cáncer de mama, infección de médula ósea y una fractura de cráneo que le provocaban intensos dolores. Este hallazgo fue crucial para entender por qué, junto a la momia, se había conservado una bolsa de cannabis: los investigadores consideran que seguramente la utilizó para hacer frente a los síntomas de su enfermedad.

En 2008 también fue encontrada en el desierto de Gobi, situado entre el norte de China y el sur de Mongolia, una tumba de 2700 años de antigüedad con restos de marihuana que reposaban sobre un cuenco de madera cerca de la cabeza de un hombre caucásico. Los investigadores creen que el pueblo siberiano lo utilizó para cuestiones medicinales y espirituales.

Antes de esto, los propios arios llevaron el cannabis hasta la India. Los médicos antiguos lo recomendaban para evitar la congestión, reducir la fiebre y combatir la diarrea y lo utilizaban como analgésico y durante cirugías. Además, según 'El gran libro del cannabis: guía completa de los usos medicinales', sus antiguos guerreros lo empleaban para calmar los nervios antes de la batalla. La planta se menciona, incluso, en textos asirios que la consideraban un "remedio para los pesares".