Está demostrado que el cannabis tiene diferentes aplicaciones medicinales. Una de las sustancias que mayor potencial terapéutico alberga es el CBD. Esta sustancia activa el sistema endocannabinoide, que se encarga de modular diferentes funciones del organismo humano. Ello genera efectos antioxidantes, antipsicóticos, analgésicos y ansiolíticos. El consumo de CBD puede realizarse de diferentes formas, gracias a los múltiples formatos en los que se comercializa. En este post te explicamos cómo empezar a usarlo.

Aunque actualmente existe un amplio debate sobre el papel terapéutico del cannabis y sobre si debe permitirse su uso, históricamente ha tenido infinidad de aplicaciones. En diversas culturas ha servido como fuente de alimento, planta ceremonial o materia prima para muy diversos productos, como el textil, el papel y el combustible. También, ha tenido múltiples usos como sustancia medicinal.

En los últimos años, el uso terapéutico del cannabis y de sus productos derivados se extiende por diferentes países, que están adaptando su ordenamiento jurídico para permitirlo. Bélgica, Alemania, Croacia o Italia en Europa y Uruguay, Argentina o Paraguay en Latinoamérica, así como diferentes estados de Estados Unidos, son solo algunos ejemplos de países en los que se permite el uso del cannabis para tratar a pacientes de distintas patologías.

El potencial medicinal del CBD

Una parte importante de las aplicaciones medicinales del cannabis se debe a la acción de los cannabinoides, unas sustancias químicas que pueden activar el sistema endocannabinoide, un sistema fisiológico de los seres humanos que modula diversas funciones de nuestro organismo, entre las cuales destacan la percepción del dolor, la inflamación de órganos y tejidos, la regulación del apetito o funciones metabólicas, entre otras. En definitiva, sirve para facilitar la autorregulación y el mantenimiento de los sistemas internos del organismo humano. 

El CBD o cannabidiol es el cannabinoide que ofrece un mayor potencial medicinal, con efectos antioxidantes, antipsicóticos, analgésicos y ansiolíticos. Además, también contrarresta el efecto psicoactivo del THC. Es posible encontrar CBD tanto en el cáñamo como en la marihuana.

Para saber cómo utilizar algún producto derivado del CDB, el primer paso es identificar la causa de la patología. Una vez identificada, se podrá establecer cuál es el tipo de suplemento y el modo de administrar CBD que resulta más apropiado, de entre todos los que existen en el mercado.

Diferentes formas de administrar CBD

Actualmente, existe una amplia variedad de productos terapéuticos que cuentan con CBD entre sus componentes. Generalmente, estos productos pueden administrarse mediante dos vías: la vía oral y la vía tópica.

Uno de los productos más populares es un suplemento que se administra por vía oral, presentado como aceite o cápsula de gel diseñada para tragarse. Este es uno de los métodos más discretos, ya que solo hay que ingerir la cápsula con la ayuda de un vaso de agua u otra bebida.

Otra fórmula para la administración oral es el aceite de CBD. En este caso el procedimiento es tan sencillo como poner unas gotas bajo la lengua o añadirlo a una bebida. Actualmente, existen muchos opciones para los que que prefieran utilizar este tipo de aceites, con variaciones en la concentración de CBD, los ingredientes y el aceite vehicular utilizado.

Otro tipo de productos son los bálsamos y lociones tópicos, que se extienden y frotan sobre la zona afectada. Este tipo de productos se elaboran con una base de aceites grasos o cera; es muy frecuente el uso de cera de abeja, ya que ofrece las mejores propiedades para este tipo de bálsamo, o el aceite de coco, que ha demostrado ser la mejor opción como aceite vehicular. Los bálsamos de CBD, que actúan con rapidez, se recomiendan para el dolor de articulaciones o para problemas cutáneos específicos, como eczemas y psoriasis, pues el cannabidiol se puede aplicar directamente sobre las zonas afectadas. 

Con cada vez mayor implantación, encontramos el parche adhesivo de gasa sanitaria. Este contiene cannabinoides y se adhiere a la piel, de tal forma que se facilita la liberación de sustancias químicas en el torrente sanguíneo. Los parches deben formar una capa porosa y estable con la piel, para evitar que se descompongan y las sustancias químicas se liberen demasiado rápido. Cuando los cannabinoides se absorben a través de la piel, se produce una liberación constante de sus propiedades analgésicas y antinflamatorias.

Por último, existen unas sales de baño que incorporan aceites esenciales de semillas de ‘Cannabis sativa’ entre sus componentes. Este producto, como todas las sales de baño, se vierte en la bañera, con agua caliente. Un baño de 20 minutos con estas sales puede ayudar a revitalizar la piel o eliminar la sensación de fatiga.

El uso del CBD en España

En España, el cultivo de cannabis medicinal se encuentra regulado y supeditado a la autorización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Se da la paradoja de que, aunque es posible el cultivo con limitaciones y bajo un estricto control, la legislación española no permite la fabricación de productos derivados del cannabis. En cambio, es posible exportar la producción a países en los que sí es legal la fabricación de productos derivados del cannabis.

A pesar de la prohibición de fabricarlos, en España se encuentran productos que contienen CBD comercializados como suplementos alimenticios, siempre que provengan de otros países. La venta de estos productos es posible por la aplicación del principio de libre circulación de productos y mercancías que rige en la Unión Europea. En este marco, el Estado español no puede impedir la comercialización de productos que contengan CBD si han sido legalmente fabricados o comercializados como complementos alimenticios o productos dietéticos en otros Estados miembros, como es el caso de Alemania, Reino Unido, Bélgica, Holanda, Italia o la República Checa. El aumento de la demanda y la libre circulación de mercancías en el marco de la UE hacen estéril cualquier esfuerzo de la administración por evitar que los consumidores puedan acceder a estos productos con CBD, que cada vez son más y más en el mercado.