De los visitantes no deseados de un cultivo de marihuana, uno de los más comunes es el trip. Este diminuto insecto alargado se instala con facilidad tanto en exterior como en interior y, aunque no acaba con la plantación, debilita mucho la planta y la cosecha. Si descubrimos a este invasor saltando entre las hojas de nuestro cannabis no todo está perdido. Os contamos cómo identificar y hacer desaparecer a esta plaga del cultivo y cuáles son los trucos para prevenirnos.

¿Qué son los trips?

El trip (‘Thripidae’) es un insecto minúsculo y alargado, cuya longitud alcanza los 1,5 milímetros. De la familia de los tisanópteros, son los insectos alados más pequeños que existen, de ahí que sea una de las plagas con mayor facilidad de propagación. Se conocen aproximadamente 5600 especies distintas, pero la que ataca a las plantas de cannabis es la variedad ‘Frankliniella occidentalis’. Este trip occidental es originario de California y apareció por primera vez en los años 80 en Holanda, extendiéndose por el Viejo Continente y causando grandes daños en 1986 en las plantaciones agrícolas de Almería.

Desde entonces los trips se volvieron un vecino bastante común e incómodo para los agricultores de Europa y empezaron a dar problemas en los 90 a los cultivadores de cannabis. Es cierto que no es una de las plagas más fulminantes, pero se alimenta de la savia vital de la planta debilitándola. Si el cannabis se encuentra en fase de crecimiento, este se ralentiza y hace la planta menos vigorosa. Si se halla en fase de floración, la cosecha se retrasa y reduce el volumen de los cogollos. Además, es una plaga bastante resistente, por lo que conviene combatirla desde que tengamos un primer indicio de su presencia.

Cómo identificar los trips en tu cultivo

Hasta la edad adulta los trips y sus larvas no son fáciles de ver, ya que aprovechan su color amarillento y su forma pequeña y alargada para el camuflaje, poniéndose en paralelo con los nervios foliares o los pliegues de las hojas. Los trips se suelen colocar en la zona media o baja de la planta, por lo que habrá que agacharse para inspeccionar bien. Además, cuando estos insectos detectan movimiento se quedan quietos para pasar desapercibidos. 

Como podéis comprobar, detectarlos no es tarea fácil al principio. Aunque una vez la plaga está extendida y hay muchos adultos, se puede ver a los trips saltando y volando entre ramas. A esta edad pueden ser de colores rojizos y marrones o blanquecinos y amarillentos. Por ello, muchos cannabicultores colocan trampas adhesivas de color amarillo o azul en el cultivo y las revisan periódicamente, para ver si hay trips pegados. 

Este insecto se dedica a morder y rasgar la superficie de las hojas para llegar a la savia o para que las hembras pongan huevos. Por lo tanto, podremos encontrar pistas de su presencia en el tejido foliar de la marihuana, con marcas blancas y amarillentas de las mordeduras y, en caso de que la plaga esté muy extendida, también puntos negros en las hojas (excrementos). Cuando la plaga está muy avanzada, las hojas se vuelven quebradizas por la pérdida de clorofila e incluso pueden llegar a secarse; aunque esto es un caso extremo, la idea es haber acabado con los trips mucho antes de que esto ocurra.

Cómo prevenir y acabar con una plaga de trips en nuestra plantación

Mejor prevenir que remediar: con ser cuidadoso con la higiene y observador con tus plantas tienes bastante terreno ganado a los trips. Si estás cultivando en exterior o en invernadero retira siempre las malas hierbas. En el caso de interior procura no entrar al cultivo con ropa de la calle. También, intenta cambiar de sustrato y eliminar el viejo (los trips habitan durante una de sus fases previas a la edad adulta en la tierra de la planta), y evita los excesos de nitrógeno, muchas veces provocados por demasiado abono, porque esto atrae bastante a las plagas.

Si detectamos la presencia de trips hay que actuar con diligencia para atajar el problema antes de que vaya a más. Recuerda que la plaga se extiende desde la planta al sustrato: de nada nos servirá eliminar a los trips adultos que pululan por las ramas si dejamos vivos a los que habitan en el suelo. También debemos ser astutos y pulverizar la planta con un producto u otro en función de la fase en que se encuentre, puesto que utilizar insecticidas químicos cuando la planta está desarrollando los cogollos puede ser un tremendo error.

La idea es utilizar aceite de Neem o el jabón potásico durante la etapa de crecimiento, con el fin de que la planta llegue libre de plaga a la fase de floración. Os recomendamos pulverizar el cultivo con Tec-Fort o Oleatbio, e incluso combinarlo con otros productos que estimulen las defensas naturales como Green Hope Bio Protect. Combatir la plaga a la vez que fortalecemos a la planta consigue paliar con bastante eficacia a los trips. Sin embargo, si con los insecticidas biológicos no es suficiente siempre se puede utilizar uno químico antes de que las plantas entren en floración.

Durante esta última etapa es cuando menos conviene que la plaga se propague. Aparte de usar los insecticidas biológicos antes citados, hay que reducir la humedad al 40 % si el cultivo es de interior, a fin de reducir la fertilidad de los huevos de los trips. Además, en este último combate podemos recurrir a depredadores naturales de estos insectos como los ‘Amblyseius cucumeris’ y ‘Amblyseius swirskii’ (un ácaro enemigo de los trips), la ‘Orius laevigatus’ (una chinche que también ataca a esta plaga) o la avispa parasitaria. Por último, siempre podremos complementar estos tratamientos con el hongo ‘Verticillium lecani’, un actor biológico muy efectivo y nada nocivo para los depredadores que antes hemos enumerado. 

Es importante estar informado sobre los trips para hacerles frente con total seguridad, ya que muchas veces dejamos pasar estas pequeñas plagas por desinformación o por pereza; y terminamos rebajando el nivel de unas cosechas muy trabajadas en el resto de ámbitos. Con nuestros consejos, no deberías tener mayor problema para acabar con ellos.