El SCROG  o SCRoG (acrónimo de Screen of Green, "Malla Verde") es un sistema de mallas que permite conseguir rendimientos altísimos en nuestras cosechas de semillas de marihuana. Pero eso no es suficiente: hay que trabajar sin descanso para adaptar sus rejillas a cualquier espacio de siembra (por imposible que parezca) y lograr crear 'plantaciones' en los sitios más complejos o inaccesibles. Porque la técnica del SCROG es sólo el principio. Y de nosotros depende utilizar sus mallas para crear cultivos que quebranten la lógica y marquen tendencia. 

El método de cultivo SCROG ha transformado la percepción espacial del cultivador cannábico. Es una técnica desarrollada durante los años 60 en los EEUU, cuando aún no se usaban lámparas HID en la sala de cultivo y servía para maximizar la eficacia de los fluorescentes, que eran la principal fuente de luz utilizada entonces. La efectividad de sus rejillas, para promover que todas las ramas y flores queden expuestas a la misma luz, está abriendo un universo de disposiciones geométricas en el mundo del autocultivo. Todo un desafío constante para descubrir cuáles son las formaciones y los diseños que permiten aprovechar mejor el poder lumínico.

El SCROG en U o envolvente en forma de media luna

El 'SCROGear' en forma de media luna o U nos permite crear (de manera sencilla) una estructura de cultivo envolvente que absorba la luz desde casi todos los ángulos. Y sin tener que pagar el peaje de comprar lámparas no emisoras de calor o montar complicadas infraestructuras, tal y como exigen los estilos más avanzados. Es el método perfecto para quienes tengan experiencia en cultivo de interior y quieran estrenarse en el método del SCROG con un desafío asequible.

Para obtener buenos rendimientos del SCROG en forma de U, no necesitaremos lámparas fluorescentes compactas, comúnmente llamadas CFL (y que no aumentan la temperatura del cultivo), pero sí un buen reflector. O unos focos mixtos de intensidad media (de 400 a 600 W) que nos permitan desarrollar el enjambre vegetal. Sin duda, el modo perfecto para utilizar este método sin caer en grandes añadidos extras.

La monopantalla verde y su gran rentabilidad

Las rejillas del método SCROG no tienen por qué ceñirse sólo a las profusas ramas de toda una plantación: pueden adaptarse a una sola planta. Ya no obtendremos esa junglesca 'pantalla verde' que le da nombre, pero conseguiremos una combinación que aumentará los ratios de producción por planta. Y que cambiará nuestra percepción de la siembra en interior, viendo cada pequeño espacio como lugares ideales para provechosos microcultivos.

El monoSCROG es una herramienta perfecta para disparar la productividad por planta.

Con el sistema SCROG adaptado a una sola planta, el sistema funciona exactamente igual que cuando se aplica a varios ejemplares: se pone una malla entre la luz y las plantas para limitar el crecimiento vertical de sus brotes y favorecer el horizontal, mediante el guiado de tallos. Esto provocará que sus ramas comiencen a multiplicarse y a formar una estructura arbustiva apaisada, que aumentará su rendimiento y el calibre comercial de las puntas.

La pared cannábica: un muro de cogollos

El SCROG vertical se levanta como un muro de ramas y cogollos que se expande, fuera de los límites de las rejillas, para atrapar la energía que producen las lámparas fluorescentes compactas. Para alcanzar este 'muro de cogollos' hay que utilizar luces CFL o LED (que no emiten calor). O reflectores que mantengan aislado el aire caliente producido por la lámpara, como el Cool Tube; así todo el 'cuerpo' del SCROG se expondrá, desde una distancia muy cercana, al mismo nivel lumínico. Los sistemas de iluminación que no emiten calor están creando nuevos caminos para el cultivo.

Este tipo de SCROG está indicado para espacios estrechos y alargados, que puedan albergar un alto crecimiento vertical. Es especialmente eficiente porque, a la vez que incrementa el área viable de impacto lumínico, soporta el peso de las colas, evitando los trabajos de tutorización. Como contrapartida, presenta serios desafíos en el área de ventilación: una mala gestión de la humedad (potenciada por el apelotonamiento de los brotes verticales) puede producir botritis fácilmente.

El SCROG en anillo: una configuración poderosa

La disposición vertical-anular es, quizás, la configuración más elegante que hay dentro del mundo del SCROG. Hay que tener cierta maña para colocar las mallas en forma de circunferencia, pero el resultado bien vale la pena. Por un lado, su estructura circular crea un entorno muy favorable para que los diversos focos puedan cubrir todas las ramas de las plantas. Y por el otro lado, permite una excelente ventilación, con lo que se reducen significativamente el riesgo de moho.



El SCROG en anillo forma paredes circulares con brotes cannábicos de hermoso aspecto.

El problema más acuciante en el SCROG en círculo es que quema muchísimos nutrientes. Con este sistema, las luces llegan a la inmensa mayoría de los folículos de las plantas, produciendo un desarrollo muy elevado que necesita un fuerte apoyo extra (y que puede suponer un riesgo de sobrefertilización de la tierra). Una buena solución es utilizar sistemas hidropónicos, como el Deep Water Culture (DWC), que nos permitirá ajustar los fertilizantes al ritmo de nuestro SCROG circular.

El hidropónico también cuenta

Y mucho. De hecho, los growers más expertos de Holanda utilizan esta dupla (combinada con una poda especial) para obtener sus mejores flores. Lo llaman lollypoping; y es un método para concentrar toda la energía de la planta en unas pocas puntas. Consiste en cortar las ramas inferiores y los brotes de las ramas laterales, dejando sólo un grupo rectangular de ramas que quedarán a la misma altura de la fuente lumínica.


El sustrato hidropónico es una muy buena opción que podemos barajar de cara a un cultivo SCROG

Las mallas del SCROG están especialmente indicadas para métodos de cultivo como el NFT (Nutrient Film Technique) o los sistemas de irrigación en seco (como el hidropónico en lana de roca), porque realizan una función muy importante de amarre y guía. Estas características son muy útiles en los cultivos hidropónicos, ya que carecen del anclaje que proporciona el cultivo en tierra y acaban desarrollando problemas de sujeción y equilibrio, que pueden resultar fatales en muchos casos.

Las mallas 'madre' reinan en los rincones

El SCROG vertical y esférico tiene diversas variantes; la más interesante de ellas es una reducida versión cilíndrica y horizontal, ideal para 'colar' cultivos en espacios muy pequeños. Este pequeño vivero nos permite aplicar la técnica del SCROG a plantas muy jóvenes, gracias a la tecnología de las lámparas fluorescentes compactas (CFL), que casi se pueden pegar a los brotes ya que no producen calor. El resultado son pequeños viveros donde las plantas se desarrollan rápidamente.


El método SCROG nos permite aumentar la producción y reducir metraje en los espacios de siembra

Estas mallas 'madre' son muy efectivas para desarrollar rápidamente esquejes y plantas de nuevo cuño en los recovecos más impensables. Mientras que la rejilla circular, puesta en posición horizontal, crea un espacio diáfano para que las pequeñas plantas se ramifiquen y multipliquen, los nuevos fluorescentes de bajo consumo permiten aprovechar bien esta configuración. Una simbiosis perfecta que nos permitirá insertar nuevos SCROGs hasta en el último centímetro cuadrado de espacio.

También se puede 'scrogear' al aire libre

¿Quién dijo que el cultivo con mallas era exclusivo para el cultivo de interior? La verdad es que este sistema de rejillas tiene tan buenos resultados al aire libre como bajo la fuerza de los focos. Para tal fin, tendremos que crear agujeros de hasta 15 cm en la malla (en lugar de los 5 que dejábamos en los SCROGs de interiores) para que las plantas puedan crecer a sus anchas. Y sobre todo, habrá que tener mucho cuidado con el guiado, que en el cultivo en exterior se convierte en la clave del éxito.


La aplicación de las rejillas al cultivo de exterior aumenta la producción enormemente

Guiar bien la planta entre las rejillas es un arte (y en exterior es sumamente importante debido al peso de las ramas). Para ello, hay que cumplir dos funciones: rellenar la malla de una manera uniforme y guiar a los brotes para que puedan crecer más allá de los límites de la rejilla. Se deben dejar subir las puntas de 5 a 10 cm por encima de la 'pared', y después doblarlas hacia abajo, atándolas si es necesario. Así, podrás 'scrogear' al aire libre sin correr riesgo de rotura de ramas.

Con mallas, mayor productividad en los armarios

El sistema SCROG también puede traer una nueva dimensión para los cultivos en pequeños armarios o guardarropas desmontables. Con las nuevas tecnologías lumínica en focos LED o CFL se puede crear un SCROG muy provechoso, utilizando una sencilla infraestructura. Si aplicamos las mallas a estos pequeños espacios, podemos cosechar hasta 10 plantas por m² y conseguir grandes resultados con luces de bajo consumo. Razones que lo convierten en uno de los SCROGs más rentables.

La fusión entre el SCROG y las luces LED permite obtener gran producción en espacios pequeños y a bajo coste

Esta rentabilidad de los cultivos SCROG en armarios se verá aumentada si utilizamos esquejes, de los que podemos poner hasta 25 por ciclo (si utilizamos macetas de 7l). Algo que, además, nos permitirán mantener un cultivo perpetuo de rápida floración, si conservamos una o dos madres de las que ir cortando los brotes. Y, que, también, nos permitirá asegurarnos de que todas las 'plantas' que adaptamos a las rejillas serán hembras de ya contrastada calidad.

El rombo es la clave de la producción

El SCROG en rombo es la respuesta para aquellos que quieran disfrutar del poder de las mallas durante 365 días del año y deseen hacerlo en unas condiciones de producción ágiles y eficientes. La configuración romboide combina toda la versatilidad de la 'pared verde' (facilidad de disposición, rápido acceso a los brotes...) con la penetración lumínica del SCROG en círculo. Ambos sistemas unidos configuran la formación más eficiente para quienes tienen siempre las luces encendidas.

Un cultivo en rombo con dispositivos de iluminación no emisores de calor es una gran apuesta

Su estructura abierta nos permite acceder en todo momento a las entrañas de nuestro cultivo (a diferencia del SCROG en círculo) y su disposición concéntrica genera la posibilidad de que la luz llegue a todo el cuerpo de las plantas. Además, su sistema de paredes móviles nos permiten trabajar fácilmente con pesados equipos de iluminación como las lámparas de alta presión de sodio o las de halogenuro metálico de alta potencia, con un dispositivo de refrigeración y evacuación del aire.

La fusión vertical y horizontal crea el SCROG total

El SCROG total nace de la fusión entre la disposición vertical y horizontal de las mallas. Consiste en instalar tres rejillas verticales y una horizontal, dejando libre sólo una pared (del cubo que forman) para tener un acceso operativo al cultivo. Esta configuración es la más poderosa y compleja dentro del mundo de las mallas porque exige separar nuestra atención en dos planos de cultivo. Se trata de un desafío solo apto para los growers más sabios y con más galones dentro del mundillo cannábico.


El SCROG total tiene una apariencia sublime, pero sólo está al alcance de los mejores cultivadores

El trabajo para llevar a cabo un SCROG de estas dimensiones es muy laborioso: la preparación de los sustratos para dos ejes de cultivo perpendiculares requiere de una planificada estrategia; la supervisión de los parámetros básicos (control del pH y la electro-conductividad del agua) necesita una vista muy atenta y la gestión de los diferentes abonos y fuentes lumínicas, un cuidado constante. Sin embargo, todos estos detalles son meros handicaps para quien busque el máximo nivel en el mundo del SCROG.