El estrés no es un fenómeno que sufren solo las personas. Aunque con diferencias, otros seres vivos pueden verse afectados. En el mundo vegetal, podemos definir el estrés como como cualquier tipo de situación ambiental adversa que incumbe a las plantas tanto de un modo fisiológico como bioquímico.

Mantener una situación de estrés muy intensa y durante un largo periodo de tiempo puede tener efectos muy negativos en el desarrollo, el crecimiento y la floración del cannabis. Aquí os presentamos algunos de los diferentes tipos de estrés, con sugerencias para hacerles frente.

Estrés hídrico

No hace falta ser un genio para saber que las plantas necesitan agua, pero sin olvidar que el exceso también puede ser un problema. Si las plantas no extraen la suficiente humedad del terreno para desplazar los nutrientes desde la raíz hasta las hojas, dejan de crecer, ya que utilizarán esos recursos para buscar los nutrientes necesarios en el subsuelo. Si el problema viene por exceso de agua, la planta podrá verse afectada por un déficit de oxígeno, que finalmente provocará que las raíces se pudran.

La mejor forma de evitar este tipo de estrés es revisar tus plantas cada día y comprobar que el nivel de agua es el adecuado. En el exterior, el control es más complicado, pero, si llueve más de lo necesario, pon tus plantas a cubierto, para evitar que se encharque el sustrato.

Estrés por hipoxia

Hipoxia significa falta de oxígeno. Este tipo de estrés aparece cuando las raíces no reciben el oxígeno suficiente como consecuencia de un exceso de agua y una falta de drenaje. Esto provocará que la planta ralentice sus funciones metabólicas, lo que puede llevar a que se detenga su crecimiento y las hojas se vuelvan amarillentas. En los casos más graves, la carencia de oxígeno puede causar la muerte de la planta.

Para evitar este tipo de estrés sugerimos crear un sustrato aireado y esponjoso. Puedes lograrlo mezclando tierra con un 30 % de coco. Es importante que exista un buen drenaje. Además, no hemos de dejar las regaderas al sol o cerca de fuentes de calor, ya que, a partir de los 20 grados, el nivel de oxígeno en el agua disminuye, lo que repercutirá en la planta.

Estrés por temperatura

Para que el cultivo crezca sano, la temperatura es importante. Las semillas de cannabis posee una gran capacidad de adaptación, lo que le permite desarrollarse en varios climas. La temperatura adecuada oscila entre los 18 y los 29 grados, de tal forma que un exceso de frío o de calor puede tener efectos negativos, especialmente si la oscilación térmica supera los 7 grados.

Este riesgo es mayor en los cultivos exteriores, ya que en interior es más fácil mantener la temperatura de forma artificial. En tal caso, en los meses más fríos es aconsejable meter las plantas a cubierto por las noches, para evitar el frío. Con el fin de evitar un exceso de calor, se pueden utilizar mallas de sombreado, que permiten reducir la temperatura a la que se exponen.

Estrés por plagas y enfermedades

Diversos organismos producen enfermedades a las plantas, como algunos hongos, virus, micoplasmas, nematodos o insectos. En estos casos, destinará muchos recursos a combatir la enfermedad o la plaga y, en consecuencia, crecerá menos, al dedicar mucha energía a su defensa. Además, el uso de insecticidas o fungicidas puede provocar desequilibrios nutricionales y fisiológicos.

Para evitar estos contratiempos, lo mejor es prevenir, con productos que mantengan lejos a estos organismos, y vigilar que el entorno se encuentra en buenas condiciones. Es importante estar atentos para detectar con rapidez cualquier síntoma y actuar sin demora. En este caso, la solución pasará por aplicar el tratamiento necesario para acabar con la enfermedad o la plaga y aportar vitaminas y aminoácidos para fortalecerla.

Estrés por nutrientes

La planta debe contar con los fertilizantes necesarios para crecer sana, pero un exceso de fertilizante provoca el efecto contrario al deseado. Esto se debe a que la acumulación de sales en el sustrato puede quemar las puntas de las raíces, lo que dificultará la absorción de los nutrientes.

Si te encuentras en este situación, lavar las raíces con abundante agua servirá para limpiar este exceso de sales. También es útil controlar el nivel de electroconductividad, ya que si el agua supera el 0,8 será mejor utilizar una máquina de osmosis inversa.

Estrés por pH

El nivel medio de pH de las plantas de marihuana debe oscilar entre el 5,9 y el 6,5. Si no es así, puede haber problemas en la absorción de nutrientes, lo que afectará el normal crecimiento y floración de la planta.

Para evitar salir de esos límites, lo correcto es realizar una medición del pH antes de regar, con el fin de comprobar que el nivel de la solución nutriente es adecuado y, si no es así, corregirlo.

Estrés por daños en el tejido

Si los tejidos se rompen o se dañan las hojas o el tronco, las plantas de marihuana pueden sufrir estrés. Animales, viento, herramientas de cultivo… causan ese tipo de daño. En cualquier caso, cualquier herida hará que se exponga a la infección y que se convierta en una vía de entrada de enfermedades.

Para evitar estas lesiones, basta con utilizar las herramientas adecuadas, tratar a las plantas con cuidado y proteger a las plantas de los factores adversos con mallas de sujeción o elementos de entutorado.

Estrés por luz

La luz es fundamental para el desarrollo de las plantas. Tanto por exceso como por defecto, una cantidad inadecuada es causa de problemas. En los cultivos al aire libre el problema es menor, ya que el ciclo natural del día y de las estaciones hará que la planta reciba la luz que necesita en cada momento. Este riesgo es mayor en interiores.

Para superar este obstáculo, es posible buscar la mejor ubicación de las plantas, de tal forma que, aunque esté en el interior, reciba una cantidad adecuada de luz. Si no es posible o suficiente, la mejor opción es pasarse a un cultivo interior.

Existen en el mercado armarios de cultivo, lámparas y bombillas que pueden regularse para cada planta y servir para distintas necesidades.

Y también puedes hacerte con un 'kit' completo con lámpara, reflector, balastro y toma a corriente incluido. Una vez que los uses por primera vez, te darás cuenta de la gran importancia de contar con una buena iluminación (natural o artificial) para el correcto desarrollo de la marihuana.