Tetrahidrocannabivarina y cannabidivarina son dos de los cannabinoides de la marihuana que prometen mucho protagonismo en los próximos meses. El primero es eufórico como el THC, pero también frena el apetito, por lo que es ideal para personas a dieta. El segundo es tan medicinal como su compañero CBD, y ya se ha estudiado para aplicarlo en pacientes con epilepsia y náuseas. Te explicamos en qué consisten estos dos componentes cannábicos que tienen mucho que decir.

THCV y CBDV. Quizá no te suenen mucho, pero son cannabinoides tan interesantes y poderosos como los conocidos THC y CBD. Son tan interesantes que este año 2019 estará protagonizado por variedades de semillas de marihuana en las que estos cannabinoides estarán sumamente presentes.

Pero ¿qué son el THCV y el CBDV? El THCV o tetrahidrocannabivarina es un cannabinoide con efectos mentales, como su ‘pariente’ THC, con el que también comparte una estructura molecular muy similar. Tal euforia provoca que incluso es "más fuerte" que el THC. Sin embargo, la duración de sus efectos es inferior. 

El coche de carreras de los cannabinoides

Las sensaciones que se experimentan con el THCV tienen tintes psicoactivos, pero te mantienen lúcido; y, aunque el momento de euforia llega pronto y de forma intensa, también termina antes que cuando se obtiene a través de alta presencia de THC. En el caso de las plantas con mayor porcentaje de THC el efecto llega de forma más progresiva y se mantiene más tiempo, en una suerte de maratón cannábico de largo recorrido. Con el THCV todo es intensidad y rapidez, de ahí que se le compare con un coche de carreras.

Descubierto en 1973, El THCV tiene asimismo efectos medicinales. Para aquellas personas que quieren perder peso, funciona como inhibidor del apetito (curiosamente, el THC lo aumenta). También regula el nivel de azúcar en sangre, por lo que puede ser una buena opción para diabéticos. Y si es bueno para el cuerpo, también lo es para la mente: reduce los ataques de pánico y la ansiedad, y aún se están estudiando sus efectos beneficiosos para tratar el alzhéimer. Incluso se está investigando para la osteoporosis, puesto que estimula las células óseas.

Si quieres obtener las propiedades del THCV y fumas en vaporizador, habrás de subir un poco la temperatura: es a partir de 220 ºC cuando se obtienen sus efectos (en el THC, basta con calentar a 160 ºC). Si deseas aprovechar su potencial terapéutico, será mejor optar por esta técnica que por las combustión. Su versatilidad también permite aprovecharlo en comestibles, extractos y aceites.

Y ojo, porque no todas las variedades tienen la misma cantidad. Entre las recomendaciones de nuestro catálogo, la Moby Dick de Dinafem, el sabor a frambuesas con miel de la Jorge's Diamonds #1 o la muy terapéutica Tardis (incluye también CBD, CBG y CBC) te darán ese efecto cerebral que buscas. Si buscas por zona geográfica, las cepas de África son las que contienen los niveles más altos de este cannabinoide.

Cannabidivarina para combatir las convulsiones epilépticas

Mientras tanto, el CBDV o cannabidivarina, como su nombre indica, es un cannabinoide relacionado con el CBD o cannabidiol: comparten una estructura molecular muy similar. A pesar de su interés terapéutico, todavía no ha sido tan investigado como el anterior. Sin embargo, ya se ha comprobado en ratas que puede ayudar a las convulsiones de la epilepsia. También, que es efectivo para eliminar las náuseas y los vómitos propios de algunas enfermedades y tratamientos. Además, como el CBD, no tiene efectos psicoactivos, por lo que pueden tomarlo aquellas personas que teman ciertos efectos mentales.

Combinados, el CBDV y el THCV serían muy beneficiosos para la salud. Un estudio publicado por el ‘British Journal of Pharmacology’ descubrió que el efecto de ambos cannabinoides en los receptores CB1 del sistema endocannabinoide propiciaba que se inhibieran las náuseas en ratas. En sus conclusiones, el equipo, de la Universidad de Guelph (Canadá), concluyó que ambos “podían tener potencial terapéutico para reducir estos síntomas”.

Si nos vamos por zonas geográficas, algunas Indicas del norte de la India y otras de Nepal son las que más CBDV contienen, pero, como en las africanas con THCV de las que hablábamos antes, hay que revisar las fichas de producto con el fin de no fallar en las compras. En general, valen las semillas que ya tienen grandes cantidades de CBD, pues ambos cannabinoides actúan juntos.

Actuando para promocionar el CBDV y el THCV

La compañía GW Pharmaceuticals anunció en 2018 que acababa de terminar la fase 2 de un medicamento con CBDV para tratar la epilepsia. En el experimento, realizado en 162 pacientes, el fármaco “fue bien tolerado en general”. Además, GW ha experimentado con este cannabinoide y con CBD para tratar espectros autistas. 

Pero además de las empresas farmacéuticas, hay otro tipo de compañías que están trabajando para darnos semillas con una gran cantidad de estos interesantes cannabinoides. Hablamos de bancos como Élite Seeds, cuyo laboratorio ha estabilizado estos cannabinoides para ofrecer variedades ricas en CBDV y THCV. En concreto, las obtuvieron de unas genéticas que les trajeron unos amigos desde Tailandia. Solo una de ellas presentaba ambos cannabinoides, una Landrace que recordaba a la planta de los espárragos. 

Tras cultivar ese tipo de semillas y hacer cruces y experimentos, han dado con hasta tres semillas diferentes: una cuya proporción de THC:THCV es 1:1, otra cuya proporción es de CBD:CBDV es de 1:1, y la última, denominada ‘los cuatro fantásticos’, porque tiene una proporción 1:1:1:1 de THC, THCV, CBD y CBDV. De acuerdo a Élite Seeds, en todas ellas hay al menos un 4 % de THCV y CBDV.

2019 es el año en el que estos cannabinoides tendrán un mayor protagonismo en el mercado internacional de semillas de cannabis. Y no solo entre los usuarios: seguro que los estudios con ellos se populizarán. Nosotros estaremos pendientes para seguir informándote sobre ellas y para ofrecerte las variedades más ricas con THCV y CBDV. Nuestro catálogo nunca te fallará.