El consumo de variedades y productos ricos en cannabidiol (CBD) es legal en el país alpino desde 2011. Sin embargo, el THC está restringido, lo que da quebraderos de cabeza a los policías que incautan cogollos o cigarrillos en la vía pública. Por fortuna, una experiencia piloto ha probado en varias ciudades un sencillo y práctico test que en dos minutos comprueba la existencia de este cannabinoide terapéutico en los productos. Las pruebas piloto se han desarrollado en un clima de apoyo a la legalización total de la planta, también para sus componentes psicoactivos.

El CBD es acogido con sumo gusto en Suiza. Son varias las empresas, algunas de renombre internacional, que comercializan productos derivados de variedades ricas en cannabidiol. Sin embargo, el THC no está regulado de la misma manera, lo que provoca que la policía tenga que comprobar los componentes de aquellos cogollos, extracciones o hachís que requisan en la calle. Y eso es caro, largo de revisar… y a veces resulta que lo interceptado era el CBD legal. Afortunadamente, unos nuevos test permitirán agilizar el proceso.

En concreto, la Policía local de Zúrich y Winterthur, ciudades situadas ambas en el norte del país, así como la cantonal de Zúrich y Soleura, han desarrollado una prueba piloto de test rápidos de CBD. Dichos test consisten en comprobar si el cannabis de un porro, e incluso los cogollos, el hachís o los esquejes de marihuana, tienen más del 1 % de THC, la cantidad con la cual está prohibido el consumo público en Suiza. Si tiene menos de ese porcentaje, la marihuana regresará a su dueño.

El test es muy sencillo. Se realiza en una pequeña bolsa con cierre que tiene dos ampollas en su interior. Tras poner en ella un poco de la sustancia de la que la policía sospecha, se rompen las ampollas y su líquido químico se mezcla con lo introducido. Tras dos minutos de espera, si el interior de la bolsa es de color rojo el consumidor se librará de la multa, de 100 francos suizos (más de 86 euros), y de una posible retirada del carné de conducir. En Suiza hay una tolerancia cero con respecto al THC, especialmente en los conductores: si un análisis de sangre detecta 1,5 microgramos por litro (una cantidad muy pequeña), la retirada de carnet es inmediata. 

De esta forma, se podrían consumir sin muchos sobresaltos los productos con un alto porcentaje de CBD que están permitidos en el país helvético. Además de para los ciudadanos, si la prueba piloto recibe el visto bueno (de momento, demostró ser práctica, fácil de realizar y confiable), supondrá también un alivio para los propios agentes, que no tienen manera de distinguir a simple vista entre los productos considerados como legales y aquellos que no lo son. Con ello se acabarían también las largas y costosas pruebas de laboratorio (según algunos medios, de hasta 300 francos suizos, unos 258 euros) a las que la policía tenía que recurrir para comprobar si un cogollo incautado era rico en THC, con el desperdicio de dinero si se trataba de cannabidiol. Cada uno de los nuevos kits cuesta unos 5 francos suizos, poco más de 4 euros. 

De aceptarse en todo el país, los envíos a laboratorios solo se llevarían a cabo en casos de mucha duda o si aparece THC pero la persona no está de acuerdo con el resultado. Además, solo servirá para información policial y nunca como prueba ante un juicio. La prueba ha sido desarrollada por el Instituto Forense de Zúrich y fabricada por una empresa del país. De acuerdo a este organismo, varias autoridades helvéticas ya se han interesado por ella. 

Irónicamente, y aunque los test de CBD son muy necesarios, podrían tener los días contados al poco de implantarse, ya que la sociedad suiza está muy a favor de la planta de cannabis: de acuerdo a una encuesta realizada en verano de 2017, dos tercios de la población querrían la regulación de toda la planta para los mayores de edad y lejos del volante. Un 64 % creen que debería venderse en farmacias y un 57 % le pondrían impuestos. En abril, una iniciativa popular comenzará a recoger firmas para la legalización. Si consiguen 50.000, el Gobierno tiene la obligación de convocar un referéndum sobre la cuestión.

El CBD tiene su paraíso en Suiza

De momento y a la espera de una regulación más amplia que incluya el cannabis recreativo y el THC, Suiza idolatra el cannabidiol. Desde 2011 se pueden comprar en los estancos del país cogollos y productos con grandes niveles de CBD y menos del 1 % de THC, precisamente aquellas que darían un resultado rojo en las pruebas policiales. Cinco gramos de este cannabis tienen un precio que ronda los 60 euros. Los suizos valoran sus propiedades medicinales, pero también relajantes o para compartir con conocidos en un encuentro. Además, desde que se le puso en la misma categoría que el tabaco, tienen menos recelos a consumirlo.

Se estima que el negocio del CBD en Suiza tiene un valor anual de 100 millones de euros. Además del hachís o las extracciones que generan empresas como KannaSwiss, otras apuestan por cremas, aceites o líquidos para vaporizadores. Mientras tanto, surgen emprendimientos ‘online’, como CBD Livraison, que envía a domicilio a la vez que mantiene abiertos una serie de puntos durante todos los días de la semana. Y como todo se aprovecha, la planta sirve también para obtener fibras y combustible. Como ha dicho Corso Serra di Cassano, cofundador de KannaSwiss (pionera en vender hachís de CBD), “Suiza se ha convertido en una especie de oasis para el cannabis legal”.

Entre las variedades cultivadas para vender cogollos y productos, está la Dinamed CBD, del banco de semillas español Dinafem. Kanna Swiss, encargada de cultivarla en el país alpino, comercia con ella cogollos, hachís o extracciones. Y ya en noviembre de 2017 cosecharon dos toneladas de esta genética medicinal en sus invernaderos de Kölliken.

Eso sí, los suizos no pueden comprar semillas para cultivarlas en su propia casa. Se tienen que conformar con los productos derivados de ellas o bien optar a una licencia especial que permite cultivarla pero sin llegar a generar flores y cogollos. Sin embargo, esta situación puede cambiar en unos meses o pocos años si las encuestas y la recogida de apoyo siguen creciendo. Mientras tanto, los pequeños y rápidos test portátiles ayudarán a los ciudadanos suizos a seguir consumiendo CBD sin problemas.