No siempre podemos disponer de todo el espacio que nos gustaría para nuestro cultivo interior. Para que, independientemente de los metros cuadrados, crezcan nuestras plantas y podamos obtener unos grandes resultados, existen distintas técnicas que nos permiten obtener altos rendimientos en espacios reducidos. Una de ellas es la conocida como SOG, siglas que proceden de 'Sea of Green' (‘Mar de verde’, en castellano) y cuya principal ventaja es la reducción de los tiempos de cultivo a prácticamente la mitad.

Para muchos, lo ideal sería contar con una pequeña parcela en su jardín donde sembrar y ver crecer sus plantas de marihuana. Sin duda. Pero no siempre existe la posibilidad de tener un espacio, ya sea en el jardín o simplemente en el balcón, donde establecer nuestro cultivo exterior. De ahí que sean muchos los que apuesten por el cultivo ‘indoor’. En este terreno, con el paso del tiempo, han surgido distintas técnicas que permitían sacar más partido a los avances de la tecnología para no solamente obtener cosechas con cada vez mejores prestaciones, sino incluso mejorar a las que se obtienen en exterior.

Tanto es así que las técnicas que en la actualidad se utilizan permiten obtener no solamente unos grandes resultados sino además reducir el tiempo necesario, para así realizar varios cultivos al año. Este es el caso del método Sea of Green (SOG o ‘Mar de verde’ en castellano), una práctica que nos da la posibilidad de sacar el máximo partido al poco espacio que podamos tener en casa. También, esta técnica no solo impide que los rendimientos se disparen, sino que podamos reducir los tiempos de cultivos a la mitad.

Como dice su nombre, de lo que se trata con el SOG es de crear un mar de verde. Esto quiere decir que hay que optimizar el espacio del que dispongamos colocando muy juntos todos los esquejes, creando un manto sin fisuras que nos permita aprovechar al máximo el efecto de la luz. Así, como aseguran algunos experimentados cultivadores, con un foco de 600 vatios podemos llegar a obtener hasta 450 gramos por planta. 

Pautas que seguir

Para sacar el máximo partido a la técnica SOG debemos seguir unas normas que garantizarán el éxito de nuestra cosecha. La primera de ellas, y en la que más hincapié hacen los expertos, es que solo debemos utilizar una única variedad, para lograr el cultivo más homogéneo posible. Es decir, lo conveniente es tener una única planta madre de la que obtener los clones que luego formarán ese ‘mar verde’ que tenemos que crear. 

Esto se debe a que, por norma general, dos plantas clonables no siempre van a tener la misma salud ni el mismo desarrollo, de forma que si en una se da el más mínimo contratiempo puede afectar a los esquejes que hayamos obtenido de la otra. Para ello, como decimos, lo idóneo es contar con una sola genética que ya nos haya reportado buenos resultados. De ahí que el primer paso de este método no sea otro que seleccionar una buen planta madre.

Aunque existen cultivadores que muestran cierta preferencia por unas u otras variedades, ya sean Indica, Sativa o híbridas, cualquier genética es susceptible de ser cultivada utilizando este método. Las Sativas tienen la ventaja de que sus hojas más finas permitirán que la luz penetre mejor, mientras que las Indicas sobresalen por ser plantas poco ramificadas y que no necesitan podas. Lo fundamental en este caso es conocer muy bien la planta que vamos a clonar, ya que en función de la que elijamos cambiarán los cuidados que necesiten.

Una vez que tengamos la planta madre seleccionada, es el momento de escoger los clones que vayamos a cultivar, así como los soportes que vayamos a utilizar, ya sea lana de roca, tierra, ‘jiffy’, gelatinas o algún otro. Estos habrá que colocarlos en la habitación o en el armario interior. En este punto, uno de los factores a los que más atención debemos prestar es el riego. Si dispones de los recursos necesarios deberías apostar por un riego automático gota a gota, que permitirá que todos los esquejes alcancen un tamaño similar y el reparto final de la producción sea equitativo. 

Por otro lado, es imprescindible saber que cuanta más homogeneidad haya entre los clones que plantemos más sencillo resultará obtener altos rendimientos: si ya en el cultivo interior una de las claves es el control de los factores ambientales (tanto la temperatura, como el pH, la electroconductividad y la calidad del agua), al utilizar el método SOG eso se vuelve aún más crucial. Todos los clones deben responder de la misma forma a estas condiciones, de forma que el más mínimo descuido en esta parte puede echar por tierra absolutamente todo el cultivo.

Al tiempo que los cogollos que hayamos seleccionado crezcan y sus raíces hagan lo propio, tendremos que realizar trasplantes para acondicionar las macetas a las plantas. En las primeras fases hay quien aconseja alterar periodos de sequedad y humedad con el fin de lograr que las raíces crezcan más rápidamente. Al final, acabarás pasando de macetas de 0,25 litros hasta llegar a 3 o 5 litros en función del sustrato que hayamos empleado.

Un gran cogollo central

El propósito a la hora de utilizar el método SOG debe ser conseguir que las plantas florezcan lo antes posible. Para evitar que los esquejes se acaben espigando demasiado, deberemos poner la fuente de luz bastante cerca de las hojas; así conseguiremos que las plantas no se estiren en exceso. Además, para conseguir que el crecimiento sea adecuado, se aconseja ajustar el ciclo de luz a 18/6, cambiando las plantas de lugar para que el tamaño de todas sea lo más similar posible. Las más desarrolladas habrá que situarlas en la parte exterior, mientras que aquellas que se hayan quedado algo rezagadas deberemos colocarlas en las posiciones centrales. Cuando todas ronden los 25-30 centímetros de altura, entonces será el momento de pasar al periodo de floración.

Debemos tener siempre presente que, al utilizar el método SOG, las plantas no deberán superar los 40-50 centímetros de altura. Para lograrlo y que cada uno de los esquejes que plantamos nos obsequie con un gran cogollo central robusto y resinoso, tendremos que cambiar el ciclo de luz de 18 a 12 horas. 

En que el resultado sea óptimo influirán las podas que hagamos. Hemos de tener en cuenta que cuantas más hojas haya consumiendo energía, menos de esta llegará a las situadas en la parte superior, en las que está floreciendo el cogollo. Además, la poda de las hojas inferiores permitirá una mejor circulación del aire.

Una vez que veamos los cogollos en su punto ideal, tendremos que prepararnos para la cosecha. Puede ocurrir que si nuestros mimos han surtido muy buen efecto aquellos pesen demasiado y exista el riesgo de que se caigan. Para ello, podremos sostenerlos bien con unas redes o bien con unos tutores que sirvan de guías. Hay quien recomienda un último paso antes de cosechar, que es lavar bien la tierra y las raíces para que no quede ni rastro de los abonos que hayamos utilizado.

Por todo ello, las claves para que el cultivo Sea of Green nos regale los mejores resultados pasan por conocer a la perfección la genética de los clones que estemos plantando, por tener un control minucioso de los factores de crecimiento y por estar atentos a que todos los esquejes se desarrollen de la forma más homogeneizada posible. Esos serán los factores determinantes. Si respetamos esas premisas, tendremos lista y dispuesta la cosecha a tal velocidad que las plagas no tendrán siquiera tiempo para hincarle el diente.