El síndrome de hiperémesis cannabinoide (SHC) es una enfermedad poco conocida que se cree es causada por el consumo crónico de cannabis y que se caracteriza por episodios recurrentes de náuseas, vómitos y dolor abdominal, que disminuyen con baños de agua caliente, desapareciendo al cesar el consumo. Se trata de una patología muy rara, por lo que no hay consenso sobre por qué el cannabis podría causar síntomas tan graves.

El 5 de diciembre de 2017, el periódico sensacionalista británico Metro publicó un artículo sobre una enigmática enfermedad relacionada con el consumo excesivo de marihuana. Lo hizo acuñando la palabra ‘scromiting’ en su titular, un acrónimo de los términos ‘grito’ y ‘vómito’ en inglés, para informar sobre pacientes norteamericanos que habían sido trasladados al hospital "después de sufrir episodios extremos en los que se ponían a gritar y vomitar al mismo tiempo". Al parecer, estos síntomas eran causados por el llamado síndrome de hiperémesis cannabinoide, que afecta a las personas que han consumido marihuana durante un largo período de tiempo.

A pesar del sensacionalismo propio de la prensa inglesa, lo cierto es que el síndrome de hiperémesis cannabinoide (llamado también CHS por sus siglas en inglés) es, de hecho, una enfermedad real. Se describió por primera vez en una investigación de 2004 con 19 pacientes en Australia. Un posterior informe de 2016 estimó la progresión de la enfermedad en tres fases distintas: síntomas tempranos, vómitos severos y recuperación.

Durante la fase temprana, el paciente desarrolla náuseas matutinas y dolor abdominal. En este periodo, los pacientes pueden aumentar el consumo de marihuana, con la intención de aliviar la sintomatología. Le sigue la fase de hiperémesis (vómitos severos), que aparece de forma cíclica y dura entre 24 y 48 h; en este periodo aparece la conducta compulsiva de realizar varios y prolongados baños o duchas de agua caliente, medidas que sirven para paliar el desorden hidroelectrolítico. Y una tercera fase de recuperación si se deja de consumir cannabis.

Por tanto, el tratamiento definitivo del SHC consiste en evitar completamente el consumo, siendo por ello muy importante, como elemento motivador, que el paciente acepte la posible relación entre el cannabis y los vómitos. La causa exacta del SHC no está clara pero se cree que la mayoría de los pacientes que lo sufren lo desarrollan entre 1 y 5 años después de empezar a consumir.

Un poco de historia médica

Investigadores australianos notaron por primera vez una relación entre el consumo diario de cannabis y este síndrome de vómitos cíclicos en 1996. Pasarían ocho años antes de que el grupo de síntomas recibiera un nombre; y veinte años más antes de que se agregara a la revisión de 2016 de ROME IV, el texto de referencia y el manual de diagnóstico para los trastornos gastrointestinales.

Durante este período entre el descubrimiento y el reconocimiento más amplio en la comunidad médica, se realizaron modestas investigaciones (y ocasionalmente dudosas) que apenas llenaron el vacío para informar a cientos de consumidores de cannabis que habían experimentado náuseas crónicas y episodios de vómitos cíclicos, que se veían aliviados con duchas calientes o cuyos problemas cesaban totalmente al abandonar el consumo de cannabis.

Una revisión de 2016 de las investigaciones sobre el SHC publicadas entre 2000 y 2015 expondría el meollo del problema, observando que la mayor parte de estos estudios giran en torno a las preocupaciones de diagnóstico y tratamiento, señalando que "su fisiopatología sigue sin estar clara por una escasez de investigación".

¿Por qué el cannabis podría causar estos síntomas?

Entre los misterios sobre esta enfermedad se encuentra por qué algunos usuarios de marihuana ​​la desarrollan cuando muchos otros no lo hacen. Aunque se necesitará mucha más investigación para comprobar la teoría, los científicos de la Universidad de Temple tienen algunas pistas sobre por qué el cannabis puede causar náuseas y vómitos.

Y es que el cannabis puede ayudarnos a sentir menos náuseas activando partes específicas del sistema nervioso central, pero ¿podría a la vez estar afectando al intestino? Según los autores del estudio de la Universidad de Temple, la activación de los receptores CB1 (principalmente por THC) puede provocar las siguientes acciones gastrointestinales:

- Inhibición de la secreción de ácido gástrico.
- Relajación del esfínter esofágico.
- Movilidad intestinal alterada.
- Dolor visceral.
- Inflamación.
- Retraso del vaciado gástrico.

Estos efectos son todos ingredientes de la sintomatología del SHC, pero presentan una paradoja interesante: que el THC, cuando se consume en exceso y durante un largo período de tiempo, puede ejercer propiedades antieméticas en el cerebro, pero causa náuseas a través de su efecto en el intestino.

Los médicos aún son escépticos

Las teorías que se han presentado hasta ahora son convincentes, pero algunos profesionales siguen siendo escépticos. Y muchos tienen una teoría adicional: que el cannabis cultivado con productos químicos afecta a las personas de varias formas y esta puede ser una de ellas. Quizás el uso a largo plazo y los niveles concentrados de químicos podrían producir estos problemas en ciertos individuos susceptibles.

El hecho es que no tenemos suficiente investigación para demostrar si el cannabis es la causa de estos síntomas o por qué; y los números exactos sobre cuántas personas tienen SHC son difíciles de precisar. Lo que sí sabemos es que hay personas que se recuperan por completo al dejar de consumir.

El síndrome parece afectar a usuarios de todos los orígenes, edades y géneros. La mayoría dice que toma cannabis varias veces al día al menos durante dos años y hasta durante varias décadas. Describen una enfermedad que aparece repentinamente y sin advertencia, a veces horas después del consumo de marihuana. Es como si un interruptor se activara.

Después de la primera aparición, cada vez que alguien con SHC toma cannabis, corre el riesgo de enfermar. Los pacientes a veces pueden pasar semanas sin síntomas y luego de repente sufren un ataque particularmente intenso, que les lleva a terminar ingresados en el hospital. Las complicaciones pueden variar de leves a graves e incluyen problemas como infecciones, insuficiencia renal y pérdida de peso significativa.

Como hemos comentado, ante la sospecha de SHC se ofrece la posibilidad de tomar duchas o baños con agua caliente, con lo que se disminuye la sintomatología. Pero lo más aconsejable es detener el consumo de cannabis. Unos días después es necesario ver si los problemas vuelven a aparecer tras haber reiniciado el consumo. Y, sin duda, dejar de tomar cannabis de forma definitiva si se comprueba la reaparición de los síntomas.