Los productores de marihuana suelen centrar todos sus conocimientos en el propio cultivo de la planta, dejando de lado a veces aspectos tan importantes como el funcionamiento correcto y seguro de las instalaciones de la plantación. Con diferencia, la parte más delicada es la relativa a la iluminación y los montajes eléctricos, donde cualquier problema puede complicar nuestra seguridad. Por ello, conviene conocer y entender bien estas instalaciones, que deben ser tan fiables como viables para evitar cualquier susto mayor durante el cultivo cannábico.

Cuando vayamos a montar un cultivo de interior hay que tener claro que ello requiere una inversión económica, en función de las posibilidades y objetivos de cada cultivador, pero en la que no vale la ley de lo más barato, básicamente porque nos estamos exponiendo a un riesgo considerable. Y es que el mayor coste de una plantación ‘indoor’ se centrará en dos cosas: el equipo de iluminación y la factura de la luz. Antes de ponerte manos a la obra debes tener ambos factores en cuenta y también la potencia eléctrica total de la que dispone nuestra casa o local.

Este dato nos lo da el contrato que tengamos con el suministrador de electricidad y nos permite conocer la potencia máxima que la vivienda puede consumir. Para calcular cómo de viable sería nuestra instalación lumínica y que nuestro cultivo indoor llegue a buen puerto debemos tener en cuenta otras necesidades eléctricas del día a día (básicamente el consumo de los electrodomésticos de la casa).

Puede parecer una tarea tediosa, pero es imprescindible para no meter la pata. Existen aparatos como las placas de inducción que pueden consumir bastante, unos 3000 W, o en invierno el propio sistema de calefacción si es eléctrico. Una vez tengamos claro cuánto puede llegar a consumir nuestro hogar, es hora de echar un ojo a los equipos de iluminación para ver si nos llega la potencia. ¡Pero ojo! Nos arriesgamos mucho si nos acercamos demasiado a la potencia máxima contratada; lo ideal es contar con un margen mínimo de seguridad del 20-25 % sobre la capacidad eléctrica total.

Otro punto a tener en cuenta es el estado general de la instalación: si se adecua a la normativa vigente, la antigüedad y estado de todos sus componentes… Si no tienes claro estos aspectos, lo mejor es que pidas asesoramiento a un electricista cualificado, que podrá ayudarte en toda esta materia y también a calcular la potencia necesaria para la instalación. En realidad, ante cualquier asunto técnico no dudes en pedir ayuda profesional. Olvídate de apaños caseros y chapuzas, que cualquier problema por pequeño que sea puede derivar en un incendio.

Los kit de iluminación idóneos

Una vez hayamos desempolvado la calculadora y seamos conscientes de qué potencia disponemos para nuestra plantación, es momento de comprar un kit de iluminación fiable que se ajuste a nuestras circunstancias. Todo kit de iluminación necesita una serie de básicos imprescindibles: una bombilla; un balastro para controlar y transformar la corriente y encender y apagar; un reflector que distribuya la luz por todo el cultivo; una polea para enganchar la bombilla o lámpara, y uno o varios cables para conectar a la corriente eléctrica.

El balastro es un aparato elemental para estabilizar la corriente y evitar que las lámparas de cultivo (de gran calibre) se conecten directamente a la corriente de tu casa; esto, además de ser extremadamente caro para la factura de la luz, podría sobrecalentar el sistema y provocar algún susto. Por eso, desde el Grow Shop LaMota ofrecemos 'packs' ya cerrados que incluyen todos los elementos básicos, incluido un balastro fiable, cuyos precios van desde 182,75 a 251 euros. Los nuevos kit prémium están destinados a presupuestos más holgados, con potencias que van desde 600W y 400W hasta 250W, en función del tipo de lámpara. Recuerda que si luego utilizas dos lámparas de 600W, por ejemplo, el cómputo de potencia debe ser 1200W.

Otros elementos más sofisticados que debemos sumar a los cálculos también (si los utilizamos en el cultivo) son los humidificadores, extractores, ventiladores… y otro tipo de elementos que podrían sumar unos cientos de vatios más a nuestra instalación. Este cálculo también nos servirá para prever el gasto eléctrico que supondrá nuestra plantación de interior, que dependerá del precio del kW/hora del proveedor según la hora del día. No está de más anticipar por cuánto dinero nos saldrá la iluminación del cultivo una vez sepamos la potencia que necesitará.

Montar una instalación de forma segura

A la hora de operar con sistemas eléctricos hay que ser rigurosos y adoptar algunas medidas de seguridad. Cuando estemos instalando o tocando la iluminación, trabajemos el mayor tiempo posible sin corriente para evitar accidentes. También es importante llevar un atuendo adecuado, que debe estar pegado al cuerpo y no ser conductor (quitaros relojes y joyas). Esto implica también utilizar guantes y zapatos de seguridad.

Una vez hayamos tomado las medidas de prevención toca seguir el siguiente proceso: conectar el balastro con el reflector, luego el balastro al enchufe y a continuación enroscar la bombilla en el portalámparas del reflector (siempre con guantes para no mancharla). Comprueba que todo funciona conectándolo a la corriente y regula la luz a través de las poleas. Evita torsiones y enrollamientos en los cables para que la electricidad pueda fluir bien, de lo contrario un sobrecalentamiento podría desencadenar un incendio.

Para más seguridad se recomienda utilizar interruptores magnetotérmicos, que simulan a los del cuadro eléctrico de la entrada de cada casa (de hecho, se conectan a tal cuadro), y que permiten proteger la instalación de sobrecargas o cortocircuitos. También están los interruptores diferenciales, que tienen como misión que una persona se electrocute al tocar un conductor de la instalación haciéndolo saltar antes.

Las tomas de tierra son otro garante de seguridad, ya que cualquier fuga accidental de la corriente se depositará en el suelo. Interrumpirán la corriente y evitarán riesgos de electrocución. 

En definitiva, las instalaciones de un cultivo ‘indoor’ no son un asunto baladí. Además de un kit fiable de iluminación, requieren de conocimiento y precaución por parte del cultivador. Recuerda que, ante cualquier intervención que ofrezca dudas, lo mejor es llamar a un técnico cualificado, ya que los riegos (económicos y humanos) son demasiado altos.