El cannabidiol o CBD ha provocado una auténtica revolución dentro del mundo cannábico. Al tratarse de un compuesto terapéutico y sin poder psicoactivo ha atraído a muchos usuarios nuevos al universo de la marihuana. Se conocen los beneficios medicinales del CBD para diversas dolencias, que van desde la epilepsia, el cáncer o dolores crónicos hasta síntomas más leves como la ansiedad o el estrés cotidiano. Se puede procesar de muchas formas, cada una apropiada a las necesidades y estilos de vida de cada uno. Descubre cuál es la más adecuada para ti.

Hace tiempo que el THC dejó de ser el único cannabinoide interesante para la comunidad y la industria cannábicas. Diversos estudios han ido revelando la importancia de otro de los compuestos químicos más abundantes de la marihuana, el CBD, un cannabinoide con numerosas propiedades terapéuticas, reconocidas por la propia Organización Mundial de la Salud. Además, se trata de un compuesto que ni genera adicción, ni tiene efectos psicoactivos; de hecho, tiene propiedades antipsicóticas que funcionan de cortafuegos del THC.

Todo esto ha hecho que la industria de la marihuana medicinal se centre en elaborar productos ricos en CBD, con distintos formatos adaptados al tratamiento y estilo de vida de cada uno, que van desde cremas tópicas a comestibles. Los usuarios más clásicos siempre podrán liarse un canuto con cogollos de una variedad rica en CBD, pero el mercado les ofrece una gran variedad de posibilidades menos agresivas, más discretas o más apropiadas para tratar sus dolencias. Os contamos qué opciones pueden ser las más convenientes.

Aceites de CBD

La popularidad de los aceites con alto contenido en CBD no ha dejado de crecer en los últimos años. Sobre todo por sus propiedades anticonvulsivas, eficaces para los enfermos de epilepsia. Estos han dado su testimonio en redes sociales y medios para dejar constancia del poder milagroso del CBD administrado por vía sublingual, que frena al instante los ataques epilépticos. El aceite se extrae de cepas con alto contenido en CBD, y se vende con distintas concentraciones, que pueden ir desde un 2,5 % hasta un 24 %. Incluso hay versiones de aceites de CBD para mascotas, en pos del bienestar de nuestros gatos y perros. En lugar de vía gotas, también podemos encontrar el aceite de CBD en cápsulas, para quien lo prefiera.

El CBD es especialmente reconocido en la comunidad científica por su poder analgésico y antinflamatorio. Por ello, sirve para paliar dolencias físicas o síntomas de depresión y ansiedad, de una forma mucho menos agresiva que los opiáceos y sin pasar por un estado de embriaguez. El aceite también se recomienda para pacientes con psoriasis, ya que ayuda a inhibir la proliferación de queratinocitos, las células que provocan las placas psoriásicas.

Cremas y otros tópicos de CBD

El CBD aplicado en gel, bálsamos y cremas tiene una serie de efectos terapéuticos que contribuyen a la mejora de la dermatitis, la sequedad o la piel atópica. Interactúa con la red de receptores que forman parte del sistema endocannabinoide de nuestro cuerpo y que desempeñan un papel fundamental en la gestión de varios procesos. Por ejemplo, el CBD ayuda a controlar la producción de lípidos, y por lo tanto a controlar los brotes de acné. Al interactuar con los receptores endocannabinoides de toda la piel, incluidos los del rostro, el CBD ayuda a combatir los signos de la vejez. Además, cuenta con propiedades antibióticas y bactericidas útiles para erupciones y heridas cutáneas.

Infusiones de CBD

Las infusiones nos han acompañado desde pequeños como remedios caseros para distintos malestares. Hoy el CBD, mezclado con hierbas para elaborar ricos tés, es un remedio idóneo para tratar la espasticidad muscular después de hacer deporte o como antinflamatorio con alguna lesión. En definitiva, para tratar el dolor, para relajarnos tras una dura jornada laboral o para conciliar el sueño. Además, cuenta con interesantes propiedades terapéuticas a nivel inmunológico y antibacteriano, lo que convierte las infusiones de CBD en un estupendo refuerzo para las defensas.

Comestibles de CBD

La comunidad cannábica es muy cocinillas, y por la Red circulan miles de recetas de repostería aderezadas con cannabis. A través de cepas con alto contenido en CBD se pueden elaborar todos estos platos con mantequilla o aceite, es decir, diluyendo el cannabis en grasa. Pero si lo que queremos es consumir CBD a modo de tratamiento, lo más fácil es comprar comestibles de cannabidiol, quizás una de las formas más discretas de medicarnos sin que nadie sospeche que estamos consumiendo cannabis.

Uno de los comestibles preferidos para empezar la jornada es el café de CBD, elaborado con flores de cáñamo con un alto contenido en CBD y sin apenas THC. Para los que están buscando dosificarse a modo de tratamiento, lo mejor es recurrir a chicles de CBD, ya que se trata de una unidad que se absorbe con facilidad por el organismo. El efecto de estos chicles de 15 mg de cannabinoide tarda unos 20 minutos en llegar.

Por último están los cristales de CBD, que son casi puros, con una concentración del 99 % de cannabidiol. Estos se presentan en formato polvo y tienen distintos usos, como vapear, añadir en tinturas o mezclar con alimentos. En definitiva, CBD en estado puro para añadirlo en cualquier otro producto de consumo y fácil de dosificar.

Gracias al avance de la legalización en todo el mundo hoy podemos contar con una industria que no deja de crecer y desarrollar productos nuevos, y una comunidad científica que ampara sus propiedades con multitud de estudios. Ahora te toca a ti escoger: ¿qué producto de CBD va más contigo?