No es marihuana todo lo que reluce. Está claro que muchas veces la botánica (o la propia biología) es una clase que se saltan los agentes del orden en su lucha contra los cultivos de nuestra planta favorita. ¿Es tan difícil distinguir una planta de cannabis de una tomatera? ¿Son las margaritas un alijo que vale la pena incautar? ¿Qué cara se te queda cuando arrancas docenas de plantas y resultan que son girasoles? Estas son las especies vegetales que, por su similitud formal con el cannabis, pueden ser confundidas a la hora de entrar en un cultivo con una orden de registro en la mano.

Margaritas

Dónde y cuándo: El 30 de julio de 2012 Ryan Thomas Rockman, un ciudadano canadiense, se encontró de bruces mientras dormía con un escuadrón de las fuerzas especiales de la Policía de Alberta, que asaltaron su casa en Lethbridge para cortar e incautar más de 1.600 plantas de supuestamente marihuana. Ryan fue detenido, y aunque no paró de insistir en que las 1.624 (concretamente) plantas incautadas eran margaritas, acabó con sus huesos en la cárcel a la espera de juicio.

¿Por qué la confusión? Los análisis demostraron que, efectivamente, se trataba de margaritas Montauk, una especie perenne de floración tardía que había estado creciendo durante una década en su jardín, pero que al no haber desarrollado todavía los capullos florales pudieron haber confundido a los SWATS canadienses con su verdor. Estos ni siquiera se disculparon con el detenido y se autojustificaron diciendo que ellos “sólo hacían su trabajo”. Un trabajo, por cierto, digno de salir en South Park en una antología sobre los canadienses.

Tomateras

Dónde y cuándo: En 2008, Lulu Matheson, una viuda de 79 años de edad se estaba calentando un té en su casa de Shieldaig, en los Highlands escoceses, cuando un buen número de policías con perros sabuesos aparecieron en la puerta acusándola de tener una granja de cannabis en los alféizares de las ventanas. A pesar de sus protestas, que aseguraba que en las ventanas lo único que cultivaba eran tomates, los funcionarios insistieron en el envío de muestras a un laboratorio. También registraron todos los muebles y miraron hasta debajo del colchón. Al no encontrar nada, confiscaron los perros de la familia.

¿Por qué la confusión? Las tomateras son también plantas anuales y con tallos ligeramente angulosos y semileñosos. Sin embargo, son plantas que necesitan tutores para su crecimiento óptimo y las hojas tampoco es que se parezcan mucho a las del cannabis. Pero dan el pego, como pudo comprobar no hace mucho un adolescente de 15 años del condado de Volusia, en Florida, que fue detenido por allanamiento de morada tras ser sorprendido por la dueña de una casa saliendo corriendo con una tomatera que tenía en una maceta. El jovenzuelo pensaba que era una planta de marihuana que merecía ser robada.

Girasoles

Dónde y cuándo: En septiembre de 2005, la policía de Bel Air, en Kansas, fotografió lo que pensaban que eran un cultivo de marihuana en el patio trasero de un residente. Mostraron las fotos a la fiscalía local, quien a su vez se las mostró a un juez. Todos estuvieron de acuerdo: las plantas que aparecen en las fotos eran marihuana. Después de cumplir la orden del juez registraron la casa, que pertenecía a una pareja de ancianos, durante casi una hora. Y las plantas de marihuana resultaron ser girasoles.

¿Por qué la confusión? En este caso la metedura de pata es de traca, pues el girasol resulta que es la flor del estado de Kansas, la que se representa en la bandera del estado. Y los ancianos no eran más que unos pobres patriotas a los que dieron un susto de muerte. El juez pidió disculpas a los Smith, que así se llamaban los octogenarios, pero defendió a los oficiales antidroga al señalar que las plantas “no estaban floreciendo en ese momento.”. Menos mal que tampoco estaban dando pipas…

Hibiscos

Dónde y cuándo: El paisajista Blair Davis estaba en su casa del Condado de Harris, en Texas en 2004, cuando se produjo una llamada a su puerta. Al abrir se encontró con el cañón de una pistola y a unos 10 miembros de las Fuerzas Contra el Crimen Organizado y Estupefacientes, que comenzaron a gritarle que se echara en el suelo. Allí, el Sr. Davis se tomó un tiempo para darse cuenta de que lo que había causado el enjambre de agentes de la ley era un enorme hibisco en su patio delantero que se veía desde Arizona.

¿Por qué la confusión? El hibisco es una planta ornamental considerada el “rey de los híbridos”. Crece tan bien y en tantas circunstancias que las que usa Blair Davis son de la variedad “Texas Star”, llamadas así por sus impresionantes flores de cuatro pulgadas de color blanco o púrpura. Las hojas aserradas y en forma de estrella de esta variedad suele causar problemas de identidad cuando efectivamente se confunde con la planta de la marihuana, a pesar de que las tenía en su patio para venderlas en su negocio de jardinería. “Si no saben lo que es una planta de marihuana, tal vez deberían llevar una foto con ellos”, les reprochó el jardinero ante los medios.

Ambrosía

Dónde y cuándo: Ocurrió el 8 de mayo de 2001 en Texas, cuando un helicóptero comenzó a sobrevolar (muy bajo y de noche) la casa del Sr. Howard, algo que le hizo recordar su servicio en Vietnam. Poco después del helicóptero, apareció un comando de los SWAT que, armas en mano y sin una orden judicial, registraron la residencia donde plácidamente dormía con su esposa. Les despertaron con una ametralladora en el rostro y los oficiales al parecer buscaban un bosque de marihuana que supuestamente existía en la parte trasera de la propiedad. Pero, en lugar de la marihuana, se encontraron con una ambrosía gigante, una de las plantas más comunes de la zona.

¿Por qué la confusión? Bueno, la ambrosía es una planta y también una variedad comercial de cannabis, así que algo tendrán en común. En este caso es puramente cosa del aspecto, ya que el término “ambrosía” puede referirse a la tenacidad de estas plantas, lo que hace que sea difícil de librarse de ellas si se presentan como malas hierbas invasoras. La misma tenacidad que precisamente mostró esta pareja de ancianos para demandar a la Policia texana, solicitando 40.000 dólares en daños y perjuicios por violar sus derechos civiles. Y además, ganaron.