Allá por 1970, la DEA estadounidense comenzó a fabricar parches con particulares imágenes para que los agentes que luchaban contra las drogas (y que, por circunstancias, no se conocían entre ellos) pudieran distinguirse en operaciones delicadas. El cannabis, como era de esperar, sale mal parado en esos parches, aunque los coleccionistas de hoy en día continúan comprándolos como una forma de no olvidar el pasado y progresar.

Son imágenes donde la muerte, la destrucción y la droga se convierten en protagonistas. Ilustraciones donde calaveras con gafas de colores chillones, sombreros de copa y jeringuillas empuñadas muestran su cara si cabe más amarga. Donde personajes vestidos de negro, con guadaña al hombro, sobrevuelan un cielo psicodélico. Donde, literalmente, dragones de ojos rojos se pinchan. Donde restos humanos sangran acuchillados por dagas y balanzas que representan la justicia norteamericana. 

También son parches en los que una hoja de cannabis aparece bajo una inscripción que reza ‘Operation Green Air’ (una operación impulsada en el año 2.000 por la DEA con la intención de incautar miles de kilos de marihuana y de dólares), o donde un águila parece querer arrancar con sus garras toda una plantación de marihuana debajo de un letrero que dice ‘Marijuana Eradication Team’ (equipo para la erradicación de la marihuana).



La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (la DEA), lleva años trabajando activamente para combatir el tráfico de drogas en el país, investigando y enjuiciando a grupos de narcotraficantes. Para ello, desde hace tiempo, cuenta con equipos especializados que se encargan de cada una de las sustancias y que están repartidos entre sus estados. Lo que pocos sabían era que los uniformes de sus miembros estaban decorados con parches como los descritos y con la clara intención de levantar la moral de sus policías.

Se trata de parches producidos a lo largo de los años, que nacieron en la década de 1970, según ha explicado el exagente norteamericano Raymond Sherrard, de la división de Investigaciones Criminales, que ha publicado un libro (‘The Encyclopedia of Federal Laz Enforcement Patches’) donde recoge miles de fotos de los parches recopiladas con la ayuda de coleccionistas, especialmente funcionarios que trabajaron en la lucha contra las drogas.



Por aquella época, explica Sherrard, decenas de personas de diferentes organismos trabajaban por la misma causa. Eran funcionarios que, en su mayoría, no se habían visto nunca y necesitaban una forma rápida y visual de reconocerse los unos a los otros durante las diferentes operaciones. Los parches ayudaron a ese desconocimiento, pero también porque aquella época se caracterizó por el pelo largo y la moda extravagante que, en palabras del exagente, “hacía que todo el mundo pareciera traficante de drogas”. Era necesario poder distinguir quién era “el malo” (a ojos de la policía) y quién no.

De esta forma, cada una de las oficinas del departamento hizo su encargo personalizado. Los grupos de trabajo se multiplicaban y ninguno prescindía de los parches. Muy pronto comenzaron a evolucionar más allá del propósito inicial y sus dibujos empezaron a ser muy variados e incluso agresivos, y creados sin la aprobación de los altos mandos (pues el número de unidades y categorías era elevado y muy difícil controlar a cada uno de sus integrantes).

Aaron Malin | Twitter

Según el exagente, la DEA solo pagaba y compraba sellos con escudos oficiales. El resto eran encargos de los propios agentes y, muy probablemente, apenas fueron utilizados de forma oficial, simplemente acompañaron a gorras o camisetas.



Larry Kirk, jefe de policía en Old Monroe (Missouri), ha explicado que con el paso de los años ha ido notando un cambio en el tipo de dibujos que muchos de estos parches representaban. Han pasado a denotar la mentalidad de que el policía y el militar es un soldado que debe hacer cumplir la ley, de ahí que muchos de ellos contengan representaciones tan agresivas.

Explica que cuando se muestran imágenes de la muerte se busca lanzar un mensaje: que el abuso de drogas es peligroso y lleva a la violencia asociada al narcotráfico. “Es, definitivamente, un cambio de cultura que comenzó a tener lugar a mediados de los años 90”.

Aaron Malin | Twitter

Para algunos, estos parches también representan los excesos de la guerra contra las drogas. Aaron Malin, quien dirige Show-Me Cannabis, una organización en la que trabaja para legalizar y regular la marihuana en Missouri, ha explicado que la primera vez que vio este tipo de insignias pensó que no podían ser reales. Sin embargo, “después de pasar el último año investigando sobre las diferentes y horribles formas en que se lleva a cabo la guerra contra las drogas, no parecen incompatibles con la mentalidad de los funcionarios que podrían usar esos parches”.

Por su parte, Sherrard asegura que actualmente la DEA es un organismo políticamente más correcto que en el pasado y que sus integrantes utilizan los parches con mucha menos frecuencia.



Ahora hay quien sigue diseñando y comprando este tipo de parches. Quienes aún los utilizan suelen ser equipos muy pequeños, como el encargado de destruir cultivos de amapola en Afganistán, cuyos parches son exclusivos y difíciles de conseguir, y que bien pueden convertirse en objetos de coleccionista (de hecho, hay un comercio activo de parches de la DEA en eBay).

De hecho, Fred Repp Jr., un oficial en activo, impulsa Fred Patch Corner, un sitio para la compraventa en línea de este tipo de productos (que suelen venderse por entre 5 y 10 euros pero también se han llegado a vender por cientos y miles).

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Tanto él como otros oficiales y ciudadanos norteamericanos, aunque se avergüencen de la dura política en contra de la marihuana que ha mantenido su país a lo largo de la historia, no dejan de reconocer que mantener estas imágenes (las antigüedades) es una forma de recordar el pasado y seguir caminando hacia el futuro sin cometer los mismos errores (al menos en lo que al cannabis se refiere).
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Con información de Justice.gov, Hightimes.com, dea.gov, Washingtonpost.com, Frespatchcorner.com, eBay.com