Trabaja con discreción, especialmente durante los conciertos, pero casi siempre a tiempo completo, para cuando el músico lo requiera. Este profesional se encarga de enrollar los porros de marihuana de todo el equipo y puede llegar a ganar hasta 400 euros semanales, con estancia y viajes incluidos. Su empleo requiere de gran sensibilidad y dedicación, por lo que algunos famosos pagan su peso en oro.

Sobre el escenario un grupo de música se deja la piel en cada canción. Frente a ellos el público entregado a la melodía, a la adrenalina, al sonido y a la noche. Cada vez que los instrumentos dejan de sonar y únicamente se escucha el griterío de los presentes, alguien se acerca a los músicos para entregarles lo que parece un peta de marihuana. Vuelve a sonar la melodía y la misma persona se apresura a enrollar nuevos porros, uniformes, de forma rápida, como si estuviera acostumbrado, como si su vida dependiera de ello. No es para menos: es su único trabajo.

Ahora, entre los cantantes, el bajo, la guitarra, la batería o los operadores de sonido e iluminación también destaca la función del experto en liar la marihuana, un profesional con la obligación de dar disfrute a todo el equipo. De esta forma cada uno podrá centrarse en sus tareas y no perder ni un minuto de su tiempo. Especialmente, esta persona ayudará a la estrella que lo da todo para su público y que apenas tiene tiempo para nada entre ensayo y ensayo, entre acorde y acorde, pero que en absoluto está dispuesta a dejar de lado sus deseos de fumar.

Durante las actuaciones, intenta no molestar demasiado y trabajar con tranquilidad, casi a la sombra, como si nadie lo viera. Sin embargo, quienes consigan situarse en primera fila seguramente se darán cuenta de su presencia entre bastidores y de su labor.

A pesar de esa modestia, en una situación normal puede ganar alrededor de 500 dólares (unos 400 euros semanales) y disfrutar de buenas habitaciones en los hoteles en los que se aloja el resto del equipo, de sus viajes y de actuaciones gratuitas. Es más, aunque su salario sea una mínima parte de lo que ganan los propios músicos, los expertos coinciden en que el oficio está bastante bien remunerado.

Parece que este puesto de trabajo desata pasiones. Durante la primavera del año pasado el rapero norteamericano Waka Flocka Flame anunciaba su deseo de contratar a un enrollador de cigarrillos profesional para sus conciertos y su día a día. En septiembre lo hizo oficial en Instagram, ofreciendo un salario anual de 50.000 dólares (unos 43.900 euros), viajes y poder consumir toda la marihuana que pueda, junto con el resto del equipo.

Dicha oferta era realmente jugosa y suponía casi el doble del salario anual que una persona media puede ganar en Estados Unidos, por lo que no es de extrañar que el cantante haya recibido más de 43.400 respuestas solo en Instagram. Ni un día había pasado desde el anuncio y ya había encontrado a la persona (aparentemente) indicada: Seth Rogen, un cómico y actor con experiencia en la oferta y que escribió por Twitter al rapero con gran interés por obtener el trabajo.

Sin embargo, el mánager de Flocka Flame lo dejaba claro desde el principio y aseguraba que si Rogen, aunque fuera un apasionado de la hierba, no cumplía con las responsabilidades previstas para el día a día, sería relegado sin miramientos por un enrollador mejor que él. Pocos días después, llegaban las imágenes donde podía verse a la estrella de la música con el humorista y nuevo enrollador de canutos durante su primera jornada de trabajo.

Parece ser que su relación no llegó a buen puerto, en parte porque Rogen tenía demasiadas ocupaciones como para centrarse por completo en un oficio tan complicado como extraordinario, que necesita cuidados y dedicación (especialmente si quien lo desempeña va a ganar tal cantidad de dinero).

Por supuesto, Flocka Flame no ha cesado en su empeño y ha continuado buscando al mejor candidato, alguien que pueda convertirse en un amigo y que forme parte de su "familia", ha declarado. Por eso ya ha recibido más de 60.000 peticiones de personas dispuestas a abandonarlo todo para conseguir el empleo. Entre ellas, currículums y pruebas de amantes del cannabis empeñados en convertirse en su mano (de liar) derecha. La decisión es complicada.

Otros grupos, como el de 'hip hop' californiano, Cypress Hill, también cuentan para sus actuaciones con profesionales de este tipo, que se han convertido en una parte indispensable de ellas. También el rapero afroamericano Rick Ross anunció hace algunos meses que había contratado a una persona específica para este cometido. Se trataba de una mujer, la encargada de un dispensario, que lo hacía de forma "perfecta", por lo que el cantante, encandilado por sus habilidades, no pudo resistirse y pedirle que trabajara para él.

Seguro que este tipo de ofertas no reducen las cifras de desempleo existentes, pero no cabe duda de que la industria cannábica está generando nuevos puestos profesionales que pueden suponer un gran desahogo para quienes los consigan. No solo se trata de hacer un trabajo, sino también de disfrutar mientras tanto.