A diferencia de otros sectores, las féminas ocupan muchos puestos de liderazgo en estas empresas. Además de los ejemplos mediáticos de Whoopi Goldberg o las monjas de la ciudad californiana de Merced, muchas otras emprenden sus propios negocios y se alían para ayudarse entre sí. Los negocios incluyen todos los procesos, desde la plantación al asesoramiento legal. Ellas aportan otras visiones, como productos para calmar los dolores de la menstruación o cremas preparadas con cultivos orgánicos.

Las mujeres están cambiando la industria cannábica y ayudándola a hacerla más grande y variada. Un informe de 2015 del 'Marijuana Business Daily' así lo certificaba: las mujeres ocupaban entonces el 36 % de puestos de responsabilidad en las compañías, un porcentaje que aumentaba hasta el 50 % en las empresas dedicadas a productos procesados y a un 63 % en laboratorios de pruebas.

Este informe se actualizó el pasado mes de agosto. Desgraciadamente, el porcentaje global había caído al 27 %, pero por sectores los números eran muy atractivos: había un 42 % en empresas de servicios suplementarios y un 35 % tenían dispensarios y tiendas de productos cannábicos o bien trabajaban en ellas. En cualquier caso, las cifras eran superiores a los de las mujeres en puestos ejecutivos de cualquier otro tipo de industria de Estados Unidos: 26,5 % de roles ejecutivos o 'senior', 21 % en consejos de administración y solo un 5,2 % como CEO.

Hay varias razones por las que las mujeres tienen tanta presencia en la industria cannábica. Por un lado, al ser un sector en crecimiento, las barreras de entrada son menores: cualquier persona con iniciativa, dinero y buenas ideas es bien recibida. Por otro, están cada vez más interesadas en el consumo de cannabis, tanto medicinal como recreativo, de ahí que muchas se lancen a este mundo.

Y lo hacen anónimas y famosas, como es el caso de Whoopi Goldberg. La oscarizada actriz comenzó a tratar los dolores derivados de su glaucoma con cannabis y desde entonces se convirtió en una fiel defensora de la planta. En 2016 lanzó Whoopi&Maya, una línea de productos para calmar otras molestias, las derivadas de la menstruación. Junto a ella está Maya Elisabeth, una productora californiana. Ambas han apostado por aceites, infusiones o cremas para tratar el cuerpo de la mujer durante los días del periodo. 

El abanico de mujeres en esta industria es muy amplio, desde el cultivo a la venta de productos como los de Whoopi&Maya. Estados Unidos es un claro ejemplo de esta evolución gracias a que cada vez más regiones del país han apostado por legalizar la planta en alguno de sus usos. Además varios de los proyectos que allí fructifican gozan de un gran atractivo debido a que proponen otra forma de tratar al cannabis. Es el caso de Johanna Mort, cofundadora de PolyKulture Cannyard, una explotación en la que solo hay 40 plantas y se utilizan técnicas como rodear con otros cultivos que repelen las plagas o utilizar suelo natural que ya viene con microorganismos beneficiosos. "La gente debería preguntarse de dónde viene el cannabis, no todo viene de una granja como la mía", ha dicho.

Igual que producen una marihuana respetuosa con el medio ambiente, estas mujeres también se han preocupado por la variedad de los comestibles cannábicos. Treat Yourself es una empresa de dos amigas, Cindy y Leone, que quieren que la mujer se alimente y se embellezca con otro tipo de productos: repostería sin gluten o vegana, mascarillas con plantas orgánicas… 

Asesoramiento: otro filón de las mujeres cannábicas

En otros casos, los efectos de una enfermedad sobre un familiar son los que llevaron a iniciarse en este mundo. Esto le ocurrió a Tahira Rehmatullah, quien fue directiva en Marley Natural, la marca cannábica relacionada con la figura de Bob Marley, y ahora trabaja como consultora para emprendedores y empresas de capital riesgo. Formada en Yale, Rehmatullah empezó a interesarse por el cannabis cuando fue testigo del cáncer que sufrió un abuelo suyo. "Estoy particularmente interesada en ayudar a líderes femeninas", ha confesado.

Otras mujeres como ella forman parte de la industria para asesorar a otras personas sobre el cannabis. Es el caso de la doctora estadounidense Janice Knox. Hace algunos años, varios de sus pacientes acudieron a ella para saber cómo acceder a los programas de cannabis medicinal y ella no supo atenderlos. "¿Cómo podía ser médica y no ser capaz de responder preguntas sobre el sistema endocannabinoide?", se preguntaba hace poco en un evento sobre mujeres, tecnología e industria cannábica. Así que tras jubilarse se formó durante seis años como abogada y doctora especialista en el mundo cannábico. 

Por su parte, Ariel Clark es la propietaria del bufete Clark Neubert LLP, que representa a algunos de los cultivadores, distribuidores o tiendas más importantes de California. Clark atiende sus peticiones a diario desde 2008, cuando se dio cuenta de que los cogollos eran una industria en emergencia y que podía especializarse en ello. El choque entre las leyes federales, que prohíben el consumo, y las regulaciones estatales que lo permiten es el frente de batalla de ella y otras mujeres que también han apostado por este tipo de casos, como Rachel Gillette, que tiene su centro de operaciones en Colorado desde 2010.

Consejos para las que quieran entrar

En el evento en el que participó Knox, otras mujeres dieron algunas recomendaciones para aquellas compañeras que quieran trabajar en este sector. AC Braddock, CEO de Eden Labs, es una de ellas. Esta emprendedora recordó que hay que conocer las legislaciones o los tiempos para que los países o regiones avancen en ello, a la vez que siempre se debe buscar ser 'mainstream'. Además, se mostró muy optimista con el futuro. "Lo que estamos viendo es el último destello y agotamiento de un viejo modo de políticas y medicina", apuntó y vaticinó: "Lo que va a venir es un nuevo modo de hacer negocios, de asistencia médica, de todo".

Para todas esas mujeres, existe la posibilidad de asociarse. Women Grow es una iniciativa estadounidense que realiza eventos periódicos de 'networking' y establece comunidades locales de mujeres que trabajan en esta industria. Ayudan a comenzar nuevos negocios o a ampliar los que ya existen. Para estos casos, también existen organismos como la Cámara Cannábica del Comercio de Colorado, cuya directora ejecutiva es otra mujer, Laura Harris

En este recorrido no podíamos olvidar a unas monjas que nos sacaron una sonrisa hace mucho tiempo. Unas 'hermanas' (no pertenecen a ningún convento pero se hacen llamar así) de Merced (California) se hicieron famosas hace dos años cuando lucharon contra la prohibición de la venta y cultivo de marihuana en su ciudad. Aunque no lo consiguieron, siguieron luchando por ello y ahora venden sus propios productos cannábicos (ricos en CBD) a través de internet. 

Su lucha para hacer frente a las adversidades (los bancos les consideran clientes de alto riesgo, el negocio todavía no da los beneficios suficientes…) puede servir de inspiración a todas esas mujeres que quieren emprender en una industria floreciente. Solo es cuestión de eliminar las barreras legales y patriarcales y de incentivar unos negocios que pueden dar muchos réditos.