Los actuales índices de concentración de THC, la sustancia psicoactiva del cannabis, rondan el 20% mientras que, a finales del siglo pasado, las plantas de marihuana tan solo contaban con un 4% del famoso cannabinoide. La principal razón se encuentra en que cada año los bancos de semillas tratan de crear variedades más potentes para que sus consumidores disfruten al máximo de la hierba.

Parece que las cifras hablan por sí solas: en los años 80 los registros muestran que el cannabis contaba con índices del 2 al 5 % de THC, mientras que, en la actualidad, encontramos variedades que pueden llegar a alcanzar el 20 % de la sustancia psicoactiva por excelencia. Sin embargo, esto no quiere decir que estemos seguros por completo de que el aumento en la potencia cannábica ha sido tan estratosférico. Condicionantes como la mala conservación de las muestras o la falta de datos de estudios antiguos hacen que no podamos ser contundentes en estas afirmaciones.

Uno de ellos ha sido Christian Hopfer, profesor de psiquiatría de la Universidad de Colorado en Boulder, que recientemente ha dicho que el cannabis de hoy en día es, por lo menos, cinco veces más potente que el de hace 40 años. En la actualidad Hopfer está dirigiendo uno de los estudios de marihuana más extensos y a largo plazo de la historia, algo que le ha permitido visitar dispensarios de todo el estado de Colorado, donde la planta es legal desde 2012, y observar que había variedades de marihuana que contenían aproximadamente el 25 % de THC. Esto le hizo reflexionar y acudir a datos de los años 80, cuando una planta solía tener una concentración de THC del 2 al 5 %.

Aunque Hopfer no ha sido el único que ha comprobado este significativo aumento. Investigadores de la Universidad de Misisipi demostraron que la marihuana actual es mucho más potente tras analizar cerca de 39.000 muestras de cannabis que habían sido incautadas en Estados Unidos por la DEA entre el 1 de enero de 1995 y el 31 de diciembre de 2014. Observaron que durante ese periodo los niveles de THC se habían triplicado: mientras que en 1995 rondaban de media el 4 %, a finales de 2014 ascendían hasta aproximadamente un 12 %.

Similares fueron los hallazgos de un estudio encargado por la Academia Americana de Pediatría (AAP) y publicado en febrero de este año. En él también se afirmaba que la concentración de esta sustancia “había aumentado considerablemente desde el 4 % a principios de la década de los 80 hasta el 12 % en 2012”.

La principal razón del incremento del THC la encontramos en el empeño de los bancos de semillas por aumentar las propiedades psicoactivas del cannabis, para satisfacer la demanda de los consumidores hacía la hierba de mayor potencia posible. Incluso se han desarrollado cepas especialmente potentes que llegan a ofrecer hasta un 30 %. 

Ahora bien, mientras los niveles de THC han ido aumentado progresivamente, el otro cannabinoide por excelencia del cannabis, el CBD, no ha seguido el mismo rumbo. Según Andy LaFrate, fundador del laboratorio de pruebas de Colorado, Charas Scientific, los niveles de CBD permanecen bajos. Tras testar un total de 600 plantas de Estados Unidos, LaFrate ha visto cómo mientras el THC llegaba a alcanzar los niveles más altos de la historia, los porcentajes de cannabidiol se mantenían, llegando incluso a ser casi imperceptibles en las pruebas. 

Sin embargo, no todos están de acuerdo con el aumento de los efectos. En una investigación publicada en 2008, un equipo de expertos australianos advirtió que, mientras el incremento de la potencia se había observado en algunos países, como Estados Unidos, existía una gran variación entre las muestras de diferentes lugares. Esto supondría que los consumidores de cannabis que hoy disfrutan de plantas locales con unos niveles más bajos podrían modificarse en solo un año con el cruce de otras variedades más potentes de otras regiones, sin ninguna necesidad de esperar años o décadas. 

Incluso el contenido de THC de una planta no solo se basa en la genética de la cepa, sino que también influyen otros condicionantes como el tiempo y la forma de almacenaje, que en muchas ocasiones no se tienen en cuenta, como demostró una revisión elaborada en 2012 con diferentes investigaciones sobre el tema.

¿Cómo conseguir un aumento de THC?

También está en nuestras manos incrementar el índice de potencia a lo largo del proceso de cultivo. Para ello deberemos esperar hasta la etapa de floración. Será cuando aumentaremos la presencia de CO₂ en nuestro cultivo. Esto provocará que la planta produzca más resina, lo que favorecerá la creación de THC. En estos momentos también será oportuno añadir luces ultravioleta adicionales, con el fin de incrementar su producción.

Otra recomendación es la disminución de la temperatura del cultivo hasta 10-15 °C en las últimas fases de maduración. Este cambio provocará que la planta se apresure a finalizar la etapa de floración y concentre toda su energía en producir resina y mejorar el contenido de los cannabinoides. Estos cuidados no solo aumentarán el THC, sino que también incrementarán el rendimiento global de la planta para una cosecha lo más abundante posible. 

Cada vez son más los cultivadores que demandan elevados porcentajes de THC. No solo porque provocan mayores efectos psicoactivos y mentales en la misma cantidad de marihuana, sino también porque son altamente efectivos como marihuana medicinal: alivian las náuseas y reducen el dolor y ciertos síntomas de esclerosis múltiple. Todo un cannabinoide al que se le puede sacar mucho partido.