Nace en el país africano que le da nombre y tiene olor a piña, limón e incienso. Su efecto dura horas y se ha convertido en uno de los productos más exportados del lugar. Además, ha tenido que adaptarse a difíciles condiciones, por lo que es fácil de cultivar.

Aunque se trata de uno de los países más pobres del planeta y sus habitantes tienen una muy baja esperanza de vida, Malawi destaca por la gran variedad y cantidad de recursos naturales, plantas y lagos que le convierten en un bello lugar. Además, el país africano guarda uno de los mayores tesoros del mundo cannábico: en su tierra nace y crece la que posiblemente sea la marihuana sativa más fuerte y psicodélica del mundo.

Se trata de Malawi Gold, una variedad sativa cuya fuente genética no está clara, aunque se piensa que fueron los comerciantes árabes los que desde el siglo X y hasta el XV llevaron las primeras semillas hasta la zona.

Crece en una región subtropical donde apenas llueve durante el año, por lo que ha tenido que adaptarse a difíciles condiciones de calor y humedad. Del mismo modo, ha desarrollado una gran resistencia al moho. Quienes la han analizado piensan que puede adaptarse a casi cualquier ambiente, por lo que es fácil de cultivar.

Estas plantas crecen fuertes y a gran altura, con abundancia de ramas, flores delgadas y resinosos cogollos de color ámbar. Además, su fragancia recuerda a piña, limón e incienso, con toques picantes. En Malawi se fuma, aunque también se consume en infusión y suele emplearse en momentos ceremoniales de las tribus que la disfrutan.

La Malawi Gold comparte hábitat con todo tipo de peces, reptiles, insectos y mamíferos también exclusivos de este punto del mundo. Sus cualidades la han hecho muy popular y aclamada entre los turistas, especialmente desde la década de los 70, lo que le ha llevado a convertirse en una de las exportaciones más importantes del país. No es de extrañar que quienes han probado este cannabis aseguren que es de gran calidad, puesto que su efecto es tan potente que aguanta durante horas.