Aprender a cultivar marihuana sin tener ni pajolera idea es posible desde tu casa gracias a internet y los consejos de aficionados o expertos. Pero ten cuidado, porque con el montón de información que hay disponible no todo es cierto. Algunos listillos intentarán venderte la moto y tú te quedarás sin una buena cosecha. ¿Cómo saber entonces si puedes fiarte o no? Te contamos algunos de los bulos más extendidos.

Diferenciar las buenas recomendaciones de las malas no es tan simple como parece. Internet puede ser una buena escuela, pero también todo un universo de mentiras. Muchas de las sugerencias que puedes encontrar por ahí no están basadas en hechos científicos corroborados, sino que más bien son mitos. Nos hemos propuesto ayudarte para que ganes la batalla. Aquí va una lista de leyendas sobre el cultivo de marihuana que debes evitar o tener en cuenta. ¡Atento!

Orinar en las raíces para reponer nutrientes

En este caso estamos ante un mito mitad verdadero, mitad falso. Por un lado, la orina diluida con agua es capaz de recomponer algunos nutrientes como el nitrógeno, que pueden ser beneficiosos para el crecimiento del cannabis. Pero la cantidad de estos compuestos en la orina cambia en función de diversos factores que no son sencillos de medir, y por ello algunos productores terminan alimentando la planta en exceso.

Así, te aconsejamos explorar otros fertilizantes y estimuladores para dar nitrógeno a la planta sin tener que miccionar en ella. La orina como abono no debería utilizarse a no ser que se trate de un caso de fuerza mayor o de forma experimental; si este es tu caso, adelante, no tienes nada que perder.

Acelerar la maduración con una manzana

Es cierto que hay determinadas frutas que son capaces de hacer madurar a otras o a verduras una vez han sido recolectadas. Esto ocurre gracias al etileno que algunas desprenden y que puede agilizar el proceso de maduración de la manzana o la pera, entre otras. Sabiendo esto, no resulta tan descabellado pensar que colocar una manzana en medio del brote de cogollos podría hacer que estos maduren antes. 

Sin embargo, esto es falso: a los cogollos no les afecta este gas. Puedes poner todas las manzanas que haya en el supermercado alrededor de los cogollos cortados, que no habrá ningún cambio. Eso sí, esto te viene de maravilla si quieres, por ejemplo, hacer madurar un kiwi.

Retirar las hojas para que penetre la luz

Estamos ante otra leyenda muy sonada. Muchos piensan que quitando las hojas de los cogollos estos se impregnan mejor de la luz natural y que así la cosecha se enriquece. En este sentido, está claro que la fotosíntesis es vital para las plantas: deben absorber los rayos del sol y el gas carbónico para producir glucosa. Pero la luz sobre los cogollos no influye en el desarrollo; lo que sí debe importarte es que incida en las raíces y hojas.

Además, las hojas producen clorofila y, si las cortamos, estaremos obligando a la planta a fabricar los nutrientes más adelante; esto disminuirá su crecimiento. ¿Qué hacer entonces? Emplear la técnica de cultivo de doblaje, que posibilita que llegue más luz a las áreas más bajas de la planta sin tener que quitar las hojas. Permite también que las ramas secundarias crezcan más grandes y que puedas conseguir el objetivo base final: aumentar la cosecha. Pero no te conformes, hay más maneras de conseguir tu meta jugando con la luz. ¡Investiga cuál va mejor con tu planta!

Hervir las raíces de la planta y secarla boca abajo para aumentar el THC

Este es, probablemente, el mito más común. Algunos cultivadores piensan que haciendo esto la savia sube y el efecto psicoactivo de los cogollos aumenta. Mentira. La savia de la planta no tiene THC, ni ningún otro cannabinoide. El THC se crea en el follaje, no en las raíces, por lo que hervir las raíces de la planta, que deben quitarse para su correcto secado, no tiene sentido. De hecho, lo único que provocará colgar la marihuana boca abajo y con las raíces es fastidiar y manchar tu cosecha.

Mejor corta la planta al nivel de la base del tronco y ponla cabeza abajo para favorecer la salida del agua y, con ello, el secado. Esto hará también que las pequeñas hojas protejan los cogollos y que estos no se aplasten, secándose poco a poco y mejorando así su sabor, textura, olor, color o temperatura.

Oscuridad en la última etapa de floración para mayor efecto psicoactivo

Algunos cultivadores intentan aumentar la producción de resina desechando la luz en la última fase del proceso, porque piensan que dicha resina incrementa la capacidad de colocón de la cosecha. Otra mentira: nada tiene que ver con el nivel de THC en la planta, y tampoco esa etapa de oscuridad hace que los cogollos sean más fuertes. De hecho, la única ventaja que puede darte esta práctica es un ahorro energético durante unos días, que no está mal. Pero si decides llevar esto a cabo, ten en cuenta el paquete completo: la humedad puede hacer de las suyas y el moho puede echar a perder el cultivo.

Regar las plantas con bebidas alcohólicas

Y no solo alcohol. Algunos son más imaginativos y le añaden zumo de frutas para dar sabor a la marihuana. También, LSD con agua, con la intención de añadir efectos psicoactivos. Si a ti también se te ha ocurrido probar algunas de estas ideas, sentimos decirte que ninguna va a hacer que te coloques antes o que el cannabis sepa mejor. La marihuana no es capaz de asimilar el alcohol, la fructosa u otras sustancias. El único resultado que obtendrás será insectos alrededor de la planta por la llamada de su olor dulzón o bien la muerte directa del brote

En el caso de buscar un olor o sabor más afrutado, lo que puedes hacer es utilizar una mezcla de agua y un extracto natural como el jugo de limón o la esencia de vainilla en lugar de zumo de frutas, aunque tampoco es recomendable para la planta. Lo mejor es que disfrutes del brote que cultives tal y como es.

Endulzar los cogollos al regarlos con azúcar

El azúcar disuelto en agua sobre los cogollos es, al parecer, una fórmula infalible para algunos que buscan conseguir un cannabis más dulce. Pero todos los intentos que hagas serán inútiles, porque la planta no es capaz de asimilar el azúcar por su estructura química. 

No obstante, lo que sí funciona es un preparado a modo de melaza (un derivado muy viscoso del azúcar refinado que se extrae de la caña de azúcar), pero en la tierra, no en la planta, durante la etapa de crecimiento. Esto actúa como fuente de carbohidratos para los organismos del suelo y dará como resultado una cosecha más dulce.

Algunas melazas no tienen toda la calidad que nos gustaría, por eso es muy importante que consigas una orgánica adecuada para el uso en jardines. Eso sí, es más cara. Todo depende de cuánto estés dispuesto a gastar en tu cultivo. 

Utilizar papel de aluminio dentro del armario de cultivo

Hay gente que emplea esta práctica para optimizar la reflexión de la luz. No van tan desencaminados, porque el aluminio refleja casi un 80 % de ella. El problema que tiene son las arrugas que se forman en él; por eso, es mejor pintar las paredes del armario de cultivo con pintura blanca mate o utilizar papel mylar, un material que aumentará casi un 30 % más la iluminación de la sala utilizando la misma electricidad. Esta herramienta refleja la luz sobre tu cultivo con un rendimiento que puede llegar hasta el 98 %. Tiene una apariencia similar al aluminio, es resistente a las roturas o pliegues y es duradero. Por lo tanto, de entre todas las opciones es la más recomendable para una cosecha de interior fructífera.

Se recomienda forrar invernaderos o armarios caseros de metal o madera con papel mylar, usando al mismo tiempo aislantes térmicos que mantengan la temperatura adecuada para la cosecha.

Ya sabes un poquito más sobre lo que no hay que hacer. Cultivar marihuana es sencillo; solo es cuestión de ponerse a prueba y error, así que no te desanimes con los mitos que aparecen por ahí. Ten un ojo avizor y disfruta de tu cultivo mientras tanto. Ya verás cómo irán mejorando tus conocimientos. Y si aún no has empezado, ¡consigue unas semillas y atrévete!