Un polvo de resina de efecto muy potente y muy fácil de obtener de cogollos y hojas de cannabis: el kief es uno de los mejores concentrados que se pueden obtener de la marihuana, como bien saben en Marruecos, donde se fuma mezclado con un tabaco local. Tan solo es necesario un grinder para obtenerlo. Sus usos son múltiples, desde para consumir en pipas hasta los comestibles, pasando por otros como condimento de un café o líquido para un vaporizador.

El kief es uno de los concentrados de cannabis más atractivos y con más historia que existen. Que se lo digan a los marroquíes, que lo usan en abundancia desde hace muchos años. Su principal característica es que es un concentrado de tricomas muy potente que, además, se puede usar de numerosas formas, no solo fumándolo.

El significado de kief

Kief procede de la palabra árabe ‘kayf’, que significa ‘placer’, y a veces también se puede ver escrito como ‘keef’ o ‘kif’. Como saben los amantes del cannabis, se trata de los tricomas que se recopilan en el fondo de un recipiente con tamiz, como un grinder: se trituran los cogollos y los tricomas van cayendo a un compartimento que está debajo del principal. No hace falta que el ‘grinder’ tenga un espacio especial, aunque también es verdad que existen algunos con varias cámaras para ayudar en esta labor. Su historia se remonta a la antigua China: existen escritos que hablan de un uso de la seda para tamizar cannabis, lo que podría ser un buen antecedente de lo que hoy se hace para conseguir el kief.

En cuanto a los materiales, es recomendable usar grinders de acero inoxidable u otros materiales metálicos. En cualquier caso, lo prohibido sería usar aquellos acabados con pinturas acrílicas, ya que nuestro producto se podría mezclar con algún ingrediente venenoso de la pintura.

Ahora bien, usar un grinder es una tarea algo lenta para tener una cantidad considerable: puede que necesitemos muchos cogollos (y por tanto mucho tiempo) para obtener una cantidad aceptable. Por ello, existen otro método para recoger kief, más rápido: usando una caja con criba o tamiz. Estas cajas están divididas en tres partes, una de las cuales tiene un filtro. La marihuana se coloca en la bandeja superior y se agita para que los tricomas se separen y caigan al fondo. En cualquier caso, se consiga mediante ‘grinder’ o mediante tamiz, el resultado siempre se ha de guardar en un lugar fresco, seco y oscuro.

El kief, un polvo de marihuana

La principal virtud de este polvo es que, una vez pasado por una fuente de calor, su contenido en THC es mayor que el de los cogollos que acabamos de triturar (hay quien también lo hace con hojas que puedan tener tricomas). Visto así, es uno de los concentrados más fáciles y baratos de conseguir, sin necesidad de butano, alcohol o disolventes químicos; de hecho, es anterior a otros métodos como ‘shatter’ o BHO. El color también nos indicará si es bueno: un tono tenue o amarillo es sinónimo de calidad, mientras que si es verde hay mucho material orgánico de la planta.

En Marruecos, el kief es el nombre con el que también se conoce un tipo de tabaco mezclado con marihuana, muy popular entre las tribus del país y que se fuma en una ‘sebsi’, una pipa tradicional de gran longitud. En la mezcla se pueden encontrar incluso pequeños trozos de hojas y ramas.

De hecho, en el país africano está permitido cultivar cannabis para obtener el kief. En el norte del país hay numerosos pueblos granja cuya economía depende de este cultivo y procesamiento. Es más, existe un paquete turístico que permite visitar los campos de cultivo y hacerse fotos, a la vez que adquirir una pequeña cantidad.

La permisividad con el kief es tal que, a pesar de que el consumo, tenencia y venta de cannabis están prohibidos en Marruecos, muchos creen que deberían darse pasos para la plena legalización de la planta, también para enfrentarse a los narcotraficantes que hacen su negocio en el país.

Usos y efectos del kief

En un par de meses, suele haber el kief suficiente en un ‘grinder’ como para comenzar a fumarlo. Lo normal es que se prense en forma de pequeñas pastillas. Sin embargo, como decíamos al comienzo, hay otras formas de consumir este potente concentrado más allá del simple cigarrillo.

Por ejemplo, se puede convertir en hachís prensado que se utiliza en comestibles. Para ello, consigue papel vegetal o de horno, en el que pondrás el kief. Dobla y prensa con una plancha del pelo caliente el tiempo suficiente como para que el polvo se derrita pero con cuidado para que el papel no se queme. Este se puede usar para disolver en té (hay quien incluso sugiere hacerlo en café) o como acompañamiento en otros platos.

De hecho, muchos recomiendan el kief para las comidas debido a que su sabor, más ligero que el de los cogollos, no tapará el de la receta original. Con muy poca cantidad, menos de la que usaríamos si hubiésemos triturado unos cogollos, podemos hacer mantequilla cannábica, ‘brownies’ o galletas. Otra opción es añadir kief a cannabis triturado para usar en estos comestibles, con el fin de buscar un efecto más potente.

¿Qué hacer con el kief?

Para aquellos a los que moleste el humo de los cigarrillos, otra opción es consumirlo vaporizado. Para ello, hay que mezclarlo antes con glicerina vegetal y propilenglicol, un alcohol insípido. A la hora de hacerlo, necesitaremos también un papel de filtro, unas jeringas y algo para hervir al baño maría. Si se desea, también se pueden añadir algún aroma para cigarrillo electrónico.

Se mezclan dos partes iguales de glicerina vegetal y propilenglicol en el recipiente y luego se introduce el kief. Se calienta hasta que esté derretido y con una consistencia regular. Ese es el momento para que, si se desea, se añada el aroma. Tras ello, se filtra para eliminar los restos y ya se puede usar en el vaporizador, rellenando el recipiente con ayuda de la jeringuilla.

Y si ninguna de estas formas te convence, recuerda que siempre te queda la opción de fumarlo. Lo ideal, ya que el kief es muy fino, es mezclarlo con cogollos triturados antes de liar el cigarrillo. También puedes meterlo en una pipa si no quieres juntarlo con los cogollos, pero no uses demasiada cantidad debido a su potente efecto. Y una forma que se ha puesto últimamente muy de moda es hacer con él las llamadas “rocas lunares” (moonrocks), cogollos de marihuana empapados en aceite de cannabis y rebozados en kief, como si fueran croquetas. ¡Toda una bomba de THC!

Como puedes comprobar, hay múltiples formas de usar el kief, uno de los concentrados más simples de obtener y, encima, con una potencia muy digna. Y una vez te introduzcas en su mundo no querrás salir del atractivo que ofrece. Si los marroquíes lo usan tanto, será por algo