Josep Pàmies se ha convertido en pocos años en una celebridad gracias sobre todo a internet, un émulo de su tocayo José Bové al otro lado de la frontera. La fama del activista payés desbordó las previsiones más optimistas de los organizadores de la charla 'Plantas que curan' en Ibiza. Las 250 butacas del auditorio del centro cultural de Jesús se quedaron cortas para los más de 400 asistentes y hubo que realizar una sesión doble de Pàmies y su acompañante en la minigira, el naturópata Paulí Boada.

El discurso de Pàmies no defraudó a un auditorio entregado: su conocida reivindicación de la medicina natural y su suspicacia contra las multinacionales farmacéuticas fue aderezado con unas dosis de conspiranoia en la que no faltaron ni los chemtrails ni los “atentados de falsa bandera” (sic). Tampoco podía faltar la mención a la marihuana, una de las plantas medicinales que promueve Dulce Revolución y que ya ha costado al payés algún problema con la justicia, tal y como Dinafem informó en su día: “Prefiero suicidarme con marihuana que hacerlo con quimioterapia”, aseguró Pàmies, muy crítico con los tratamientos convencionales contra el cáncer.

En la página web de Dulce Revolución puedes encontrar una detallada explicación de cómo preparar extractos y tinturas de marihuana. Sin embargo, no es posible adquirir plantas, por los problemas legales que ya conocemos, aunque el agricultor insiste en sus vídeos en que cualquiera puede acudir a sus terrenos en Balaguer (Lleida) para llevarse una planta.

La relación de Pàmies con la “Santa María” ha ido evolucionando con el tiempo, tal y como cuenta en el libro biográfico 'Una dulce revolución'. Si bien, al principio se dejó influir por los mensajes alarmistas de los medios y las autoridades acerca de los peligros de la “droga”, con el tiempo ha concluido “que se ha etiquetado como droga una planta que en realidad tiene grandes propiedades medicinales”.

Su diametral cambio de perspectiva tuvo lugar a raíz de conocer el caso de Joan Alay, un enfermo de escleriosis múltiple que logró curarse tras abandonar completamente el tratamiento médico, cambiar de dieta y empezar a consumir infusiones de marihuana. “Ojo, con esto no estoy animando a que se abandone el tratamiento médico, porque aún no está claro que esto sea lo apropiado, pero sí debemos llamar la atención sobre la proscripción de la investigación con la planta”.

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