La Secretaría de Turismo de la isla caribeña ha puesto a trabajar a un grupo de expertos para conocer las posibilidades de usar la marihuana medicinal como reclamo para los viajeros que quieran visitar el país. La intención de las autoridades es planificar e instaurar un plan de expansión turístico basado en la hierba y que comenzaría por la costa sur-oeste del país. Una zona con una gran tradición cannábica que se vio beneficiada cuando el Parlamento del país despenalizó la planta en 2015.

El cannabis abre las puertas a muchos negocios. Algo que Jamaica, uno de los lugares del planeta con más arraigo a la marihuana, quiere aprovechar para utilizar como un atractivo turístico del lugar. Así lo ha hecho saber a principios del mes de mayo el ministro de Turismo, Edmund Bartlett, durante la segunda edición de CanEX, un evento creado para promover la colaboración, la educación y la expansión del mercado de cannabis legal en la isla caribeña. En sus declaraciones, Bartlett ha asegurado que se está estudiando que la planta sirva para darle aún más vida a Jamaica gracias a los productos medicinales derivados de la marihuana

En este sentido, Bartlett destacó que la industria turística podría beneficiarse de la venta y utilización del aceite y demás derivados de la planta, así como de su aplicación médica directa. Incluso apuntó una posible zona para el desarrollo de estos productos. Se trataría de un área de la costa sur-oeste de Jamaica, donde se comenzaría este negocio turístico dada su tradición cannábica. “Esto no quiere decir que no haya posibilidades en otros lugares, pero es necesario planificarlo, estructurarlo y ordenarlo de forma razonable para crear riqueza en su expansión y desarrollo”, aseguró Bartlett. 

Por el momento, un grupo de expertos en el sector turístico está evaluando las posibilidades y configurando un plan de implantación con el que la isla se pueda aprovechar de su tradición cannábica, generar puestos de trabajo y reducir su tasa de desempleo situada en torno al 15 %, según datos oficiales.

En este sentido, Bartlett es consciente de las controversias que genera la hierba y apuntó que, aunque el cannabis sigue estando clasificado en la Lista I (la categoría más restringida) de la ley de sustancias controladas en Estados Unidos, el Gobierno jamaicano está convencido de los beneficios de su valor medicinal e incluso de su importancia a nivel económico, social y cultural.

En el acto también estuvo presente Robert Luke Browne, el ministro de Salud, Bienestar y Medio Ambiente de San Vicente y las Granadinas, afín al cannabis y a las múltiples posibilidades para su país.

Dos años desde la despenalización

A pesar de lo que muchos podían crear, el cannabis era ilegal en Jamaica desde hacía más de siete décadas. Fue en abril de 2015, coincidiendo con el año en que se celebraba el 70 aniversario del nacimiento de Bob Marley, cuando el Parlamento despenalizó por fin la marihuana. Así, se permitía el cultivo particular de hasta cinco plantas y el consumo de pequeñas cantidades hasta 56 gramos. 

Además, se establecieron las bases para regular su comercialización con fines medicinales, con la posibilidad de que los turistas con licencias de consumo terapéutico expedidas en otros lugares del mundo pudieran comprar la hierba en Jamaica sin ningún problema. El Gobierno pretende aprovechar esta medida para generar más ingresos en el país. Además del uso medicinal, la nueva ley también permite el consumo de cannabis para uso religioso e investigación. 

La noticia de la despenalización de la hierba suscitó una oleada de chistes y comentarios graciosos que bromeaban sobre el consumo y venta libre en Jamaica. “Por fin se puede fumar en Jamaica. ¡Qué hemos estado haciendo todo este tiempo!” o “¿En Jamaica era ilegal fumar hierba? ¡Anda ya!”, son algunos de los comentarios que se podían leer en Twitter el mismo día del anuncio.

El reconocimiento a la comunidad rastafari y menos delitos

A pesar de lo extendido de su consumo, la decisión de despenalizar la marihuana ha conllevado una serie de consecuencias. La más reseñable ha sido el reconocimiento de las autoridades de libertad religiosa para la comunidad rastafari, que utiliza la ‘ganja’ (término con el que se refieren a la marihuana) para un uso sacramental. 

Con el músico Bob Marley como gran exponente hasta la fecha, los rastafaris no podían fumar libremente durante sus ceremonias. El Gobierno de Jamaica reconoció en 2003 al culto rastafari como religión, pero no despenalizaba el consumo de la planta en los rituales hasta hace dos años.

El aperturismo hacia el cannabis también sirvió para aliviar la tensión social en la isla. Según informó el ministro de Seguridad Nacional de Jamaica, Peter Bunting, el número de detenciones sufrió una fuerte caída. Aunque no aportó datos, sí reflexionó sobre las consecuencias: "Antes las comunidades veían cómo hombres jóvenes, que no estaban considerados como criminales, eran arrestados, multados y algunas veces sentenciados por poseer marihuana. Eso les creaba un registro criminal que limitaba sus oportunidades en la vida". 

Un país con una gran tradición cannábica

La relación de Jamaica con el cannabis data de tiempos inmemorables. Los primeros signos de cultivo de marihuana se encontraron a mediados del siglo XIX. Entonces fue importada desde la India sin ni siquiera imaginar que aquellas primeras semillas serían el preludio de toda una cultura alrededor del cannabis.

El movimiento rastafari que se desarrolló durante los años 30 la convirtió en una planta sagrada, al integrarla en sus rituales y considerarla un purificador espiritual, aunque la conocida ‘ganja’ no se permitía en la isla desde 1913. Su prohibición estuvo vinculada directamente con el racismo y no con ningún aspecto negativo de la planta. Según Maxine Stowe, consultora internacional del Rastafari Millenium Council, al mezclarse México y las otras culturas del Caribe con el movimiento afroamericano se decidió que la planta sería ilegal. Aun así, la hierba era cotidiana en las calles del país: se cultivaban grandes extensiones de terreno y se consumía.

Con la llegada del movimiento rastafari, también caracterizado por la música ‘reggae’ y las rastas en el pelo, la popularidad del cannabis creció. Su consumo para los seguidores de esta religión estaba basada en los versículos bíblicos, principalmente el Génesis, los Salmos, el Cantar de los Cantares y el Apocalipsis, donde se hacía referencia a la caña aromática y que se interpretó como el cannabis. Además, para los rastafaris esta hierba natural había sido enviada por su dios Jah para otorgar salud a todas las naciones. 

Jamaica quiere aprovechar su cultura en torno al cannabis para atraer a turistas y así quizás generar los ingresos necesarios para reducir los altos niveles de pobreza del país. El tiempo nos mostrará si la estrategia tiene éxito.