Rojos, transparentes, con formas aterciopeladas… Los tricomas, las glándulas que se forman en la epidermis del cannabis (y de otras muchas plantas), pueden llegar a ser muy fascinantes. Aunque su tamaño microscópico hace que no se puedan observar a simple vista, sus colores y formas crean ilusiones ópticas durante la etapa de maduración y son el mejor indicador para saber cuándo comenzar la cosecha.

Si la naturaleza es sorprendente, las plantas de marihuana no van a ser menos. En este caso nos detendremos en los tricomas, las glándulas que brotan en los cogollos y las hojas cercanas y son las responsables de los efectos psicoactivos y medicinales del cannabis. En su interior se guardan sustancias como los terpenos o los cannabinoides. De estos últimos, los más conocidos son el CBD, con múltiples beneficios y efectos más relajantes, y el THC, encargado de activar el organismo y alucinar en algunos de los viajes cannábicos.

Por lo general, su estructura se componen de un tronco y una glándula y su tamaño es muy reducido, incluso microscópico. Por ello es muy posible que aun teniendo una planta en casa no hayas reparado en sus espectaculares formas, que solo podrás ver con una buena lupa, un microscopio o en unas fotos macro como esta recopilación de los tricomas más espectaculares.

Los más transparentes

Como si estuvieran hechos de cristal, estos tricomas de la variedad cannábica Blue fueron captados con una cámara Nikon compacta con un zoom óptico x10. Su glándula translúcida y su tallo, también transparente con algunas motas de diferentes colores, lo convierten en una formación de gran belleza solo a vista macro.

Como si fueran ramas

También a la genética Blue pertenecen estos impresionantes tricomas. La imagen está tomada con la misma cámara y óptica, aunque en esta ocasión el fotógrafo ha preferido otra perspectiva para conseguir una imagen más armónica.

De rojo intenso

Las plantas de cannabis no son, ni mucho menos, las únicas especies vegetales que desarrollan tricomas glandulares. En esta foto vemos un ejemplo en el capullo de una rosa (muchas gracias por la aclaración, Mario). La intensidad de sus colores, en una y otra parte, es tal que parece que la formación estuviera pintado con minucioso cuidado.

Con dos cabezas

En esta ocasión, la naturaleza nos hace un regalo para la vista: un tricoma con un gran tronco capaz de sostener dos cabezas de glándula. Además, su tallo con un color violáceo la convierte en un tricoma más especial si cabe. Simplemente impresionante.

Con una vista microscópica

La imagen de los tricomas a través del microscopio también es para destacar. Las diferentes formas de estas glándulas forman estructuras de caos muy particulares. Además, la combinación de los colores translúcidos con el verde de la misma planta convierten a la imagen en digna de ser contemplada.

Con resina y en vídeo

Si ver los tricomas en fotografías ya es todo un deleite para la vista, contemplarlas en vídeo aumenta su belleza. En este caso, la resina roja comienza a verse en la base del tronco, lo que demuestra que está próxima a su maduración.

A punto de madurar

Aunque no es una fotografía macro sí muestra una panorámica sorprendente. En esta ocasión, se trata de la variedad Huckleberry Kush, perteneciente al banco de semillas Dynasty Genetics y a la que, según mencionan en el texto y se ve en la imagen, todavía le queda un poco por madurar.

El clon más sorprendente

La variedad Cherry Pie no solo destaca por su olor y sabor a pastel de cerezas, sino que la belleza de sus tricomas también merece una mención. Como se puede ver en la imagen, las glándulas se agolpan formando una especie de piña difícil de resistirse a fotografiar.

Según la perspectiva

Esta particular perspectiva de los tricomas de la Gorilla Glue muestra a las glándulas actuando como una pequeñas lentes. De este modo y como se puede ver en el vídeo, las formas y los colores cambiarán radicalmente según el ángulo desde el que que las miremos.

¿Cuántos tipos de tricomas existen?

Aunque lo más común es ver un tricoma formado por un tronco y su glándula, también existen aquellos que prescinden de alguna de las dos partes. Por ejemplo, los tricomas compuestos solo por la glándula, llamados glandulares, suelen aparecer de vez en cuando en el envés de las hojas y contienen muy pocos cannabinoides. Mientras, los tricomas formados solo por el tronco suelen verse como pelos y, aunque aportan cannabinoides, sí cumplen la función vital de proteger a la planta de factores externos.

Ahora bien, aunque las plantas de cannabis forman espectaculares tricomas a lo largo de todo su ciclo vital, si tu objetivo es conseguir la mejor cosecha de marihuana será preciso que estés muy pendiente de estas glándulas: serán un indicador infalible para saber el momento preciso para la recolección. 

¿Cómo controlar la maduración de los tricomas?

Cuando la planta se acerca al final de su vida y entra en la etapa de maduración, comienza a sufrir una serie de cambios a los que debemos estar atentos. Es entonces cuando a simple vista observaremos que los pistilos (los pelos de las flores) cambian de color. Mientras, a nivel más interno, las formas químicas de los cannabinoides también sufren transformaciones.

Lo más interesante es cosechar en el momento en que los índices de THC, el cannabinoide con efectos psicoactivos por excelencia, está en su punto más álgido. Si lo haces antes, la hierba tiende a ser muy potente, mientras que si se corta más tarde proporcionará un efecto menos intenso y más narcótico y relajante. 

Ahora bien, para conocer el momento exacto será necesario estar muy pendiente de su color. Cuando los tricomas comienzan a desarrollarse, su cabeza será de color transparente, debido a que todavía no han acumulado el THC necesario. En una segunda fase, según vayan madurando, dejarán de ser traslúcidos para mostrarse más blanquecinos, incluso con un tono lechoso. Es entonces cuando han adquirido la cantidad suficiente de THC y es buen momento para cosecharlos. 

Si nos despistamos y pasan a una tercera fase, con colores rojizos y marrones y con estética opaca, ya estaremos hablando de una sobremadurez donde los niveles de THC han descendido considerablemente, la hierba perderá la fuerza psicoactiva al ser consumida y obtendrás beneficios más relajantes y medicinales. Eso sí, si ves tricomas muy oscuros o negros significará que están muy pasados y no aportarán nada al consumo. De este modo, según el efecto que buscas con la planta, establecerás tu cosecha en un momento u otro con la garantía de saber que la hierba se ajustará a tus necesidades y gustos.

También existen algunos casos particulares en función de las variedades del cannabis. Por ejemplo, podremos ver tricomas rojos, bien en su base o en todo el tallo en el caso de las variedades Purple. En estos casos, tan solo deberemos atender a la coloración de la glándula y ver si tiene apariencia lechosa para establecer el punto exacto de recolección.

Sin duda, los tricomas de la marihuana son todo un espectáculo para la vista que, además de deleite para los fotógrafos, se convierten en imprescindibles para cualquier cultivador que quiera conseguir la mejor cosecha de cannabis.