En los fríos y oscuros días del prohibicionismo más implacable, la iconografía cannábica era una suerte de señal silenciosa; un lenguaje compartido entre consumidores de mota que daba sutiles pistas sobre dónde había la posibilidad de fumarse un canuto tranquilamente o las personas con quién podías hacerlo. Su uso, desde las representaciones de la hoja de la marihuana, al llamado 'porno verde'; desde las canciones pro-legalización de Peter Tosh hasta las letras gamberras de Cypress Hill o a partir de las primeras y enclenques pipas hasta los grandes bongs de metacrilato, ha sido un código compartido por los amantes de la hierba para buscar 'buenos humos'.  

De la hoja de marihuana al 'porno' verde

La hoja de marihuana, símbolo iconográfico y señal universal de entendimiento para los consumidores de hierba de las últimas décadas del siglo XX, dio paso al llamado 'porno' verde, como se conoce a las llamativas instantáneas donde aparecen atractivas plantas y lujuriosos cogollos.

La representación de la planta ha evolucionado del dibujo de la hoja a los más variados 'posados'.


De la china 'tesoro' al hachís casero, pasando por el costo apaleado

Uno de los objetos de mayor culto para los amantes de la hierba –su propia china– ha pasado por un sinfín de transformaciones. Al principio de la cultura del cannabis en occidente, durante los años 60 y 70, la denominada 'china' era una pequeña postura de hachís, que nuestros amigos nos podían traer desde Amsterdam o Londres. Ya en los años 80 y 90, las típicas placas de costo procedentes de Marruecos, bastante o muy adulteradas, coparon el mercado. Según su grado de infumabilidad, se acercaban a más o menos al adjetivo 'apaleado', con el que se etiquetaba este polen de origen marroquí. Solo, es ahora, en los albores de era la legalización, cuando la tendencia al costo industrial decae para dejar paso a las sofisticadas exquisiteces cannábicas, elaboradas por el propio consumidor, vía Ice o Lator, por ejemplo.

El polen de baja calidad, típico de los 80 y 90, y una muestra de 'chocolate' casero.


De Peter Tosh, Fela Kuti o Pink Floyd a Cypres Hill, Snoop Dogg o la electrónica psicodélica

La música es un complemento excelente para fumarte un canuto. Desde los inicios de la cultura cannábica en occidente, ha sido uno de las artes que más casaban con la marihuana, a la par que un reflejo de la sociedad, donde se colaban referencias y demandas sobre la planta. Uno de los primeros en abogar por ella y convertirse en un icono de la legalización fue Peter Tosh. Con sus melodías alegres como un buen sativazo matinal y sus letras a favor de la legalización, se convirtió en un icono para millones de fumetas de todo el mundo, seguido por muchos otros, desde los oníricos Pink Floyd o el vibrante Fela Kuti hasta los actuales, gamberros e inspiradores Cypres Hill o Snoop Dogg, pasando por el viaje psiconaútico de la electrónica psicodélica.

Tanto Peter Tosh como Snoop Dogg, se han convertido, cada uno en su generación, en referentes cannábicos dentro de la industria musical y el mundo mediático.

De la sutil y pequeña pipa al todoterreno bong

Otro de los elementos en el rico imaginario cannábico es la pipa. Una herramienta básica en el cajón de todos los amantes de la marihuana y símbolo ancestral de su consumo. Muy usada durante los años 60 y 70 por su pequeño tamaño, que era perfecto para dar unas caladas rápidas y furtivas, al amparo del sigilo. Su uso, se vio eclipsado por la llegada del bong, cuyo diseño habían copiado los soldados americanos de la pipa de bambú tradicional vietnamita, el baung. Si la pequeña y grácil pipa era una herramienta perfecta para dar unas caladas rápidas y furtivas, el bong era todo lo contrario: pesado, grande y aparatoso, toda una declaración de rebeldía por parte de sus consumidores, quienes ya no querían fumar de 'escaqueo' con sus pequeñas pipas.

De la caladas rápidas y furtivas de la pipa, a las reposadas y profundas inspiraciones del bong.


De las pelis de amigos fumetas de los setenta... a las pelis de amigos fumetas actuales

Las producciones tópicas de Hollywood sobre un par de amiguetes que durante un 'colocón' viven una serie de surrealistas e inconexas aventuras, han mantenido similar esquema durante casi los últimos cuarenta años, creando casi un género en sí mismas, y un referente cannábico en el mundo del cine. Desde las aventuras de Cheech y Chong en la setentera Como Humo se va, hasta las actuales y delirantes peripecias de los protagonistas de Superfumados, las tornas no han cambiado mucho y la industria del cine sigue proyectando a los fumetas, como unos vagos algo limitados, eso sí, con mucha gracia.

En Hollywood, el arquetipo de los amigos fumetas apenas ha cambiado en los últimos 40 años.


De los cárteles prohibicionistas a las pegatinas propagandísticas

La imagen publicitaria ha sido un sendero de dos direcciones para los amantes del cannabis: de arma arrojadiza, utilizada por los detractores de la planta para difundir increíbles y horripilantes mensajes sobre la planta –del tipo: ¡Si fumas te convertirás en un asesino!–, a transformarse en los últimos años en un eficiente soporte para todo tipo de campañas pro-legalización. Que se han llevado a cabo a través de múltiples formatos: desde murales, carteles, o camisetas, hasta imágenes digitales o contenidos en las redes sociales, transfigurándose en una herramienta eficaz para difundir las cualidades de la hierba y abogar por su libre acceso a todos los ciudadanos.

La publicidad ha sido una poderosa arma para crear iconos y significados, tanto a favor como en contra de la planta.


Del hippie a la persona normal y corriente

En las décadas pasadas, se solía representar – y pensar– en el consumidor de cannabis como un tipo con una larga melena y una barba de diez años y una voz muy pausada, que llevaba siempre en la mano un incombustible canuto. El estereotipo exagerado de un hippie. Con el paso de los años, esa imagen ha ido cambiando y el icono del fumador de truja al estilo Moisés bíblico, ha desaparecido para dar paso al reflejo de una persona normal y cabal, que entre otras muchas otras cosas, consume cannabis.

Ya no se percibe al fumador de mota como un manso hippie, sino como una persona común y normal.

Del icono solitario al apoyo de numerosas celebridades

Los defensores mediáticos de la hierba, durante las últimas décadas del siglo XX, eran personajes muy marcados y escasos, como Bob Marley o Peter Tosh, que se ganaban un hueco en el rincón de la casa de cualquier fumador de hierba, por su valentía, en un mundo que no se pronunciaba, y por la honestidad de su palabras, cuando el resto del mundo callaba. Ahora, las cosas han cambiado: los personajes mediáticos que defienden la legalización se han convertido en una legión que tiene visos de seguir creciendo.

Macy Gray repasa los iconos del cannabis en el videoclip de su tema Stoned.