Una de las peores pesadillas de cualquier fumeta es viajar a algún sitio y no tener nada para fumar… Estás en una ciudad diferente a la tuya o un país extranjero y toca buscarse la vida… Según el país en el que te encuentres sabes que encontrar algo para fumar será misión imposible.

Si estás en un país prohibicionista e intolerante con duras penas por posesión de drogas, la mejor solución es no llevar nada, no consumir nada y no comprar nada si no quieres terminar en un talego de mala muerte con las “mejores” compañías imaginables… o lo que es peor… bueno, o lo mejor según como se mire, con la cabeza separada del cuello… o sea guillotinado.

Por diferentes motivos he viajado bastante por el mundo, y claro, siempre me he interesado por la situación local de nuestra planta preferida, la marihuana. En algunos sitios he desistido pronto en la búsqueda de algo para echar a los pulmones, las condenas y multas pueden ser muy grandes y no da muy buen rollo, como ejemplo Singapur y su tolerancia 0… mejor fumar un poco de tabaco de liar… unos porritos psicológicos… En estas situaciones, una de las cosas que más te alegra la vuelta es saber que rico va a estar y que bien te va a sentar ese cogollito que te espera en tu caja de curado al lado del sofá… grrrrrr….

En la mayoría de los lugares del mundo en los que he estado, tan variados como Chile o Estambul pasando por Jamaica y Pekín, he encontrado cosas a veces ricas y otras no tanto para fumar; también me he llevado gratas sorpresas y más de un amigo… ¡Lo que une la hierba no lo separa nadie!

Cuando eres guiri y vas por el mundo buscando marihuana, normalmente pagas por la hierba más de lo debido, a veces ni siquiera encuentras y/o lo que encuentras más que OG Kush será HOJA kush… Pero otras veces… Los astros se alinean y te encuentras alguna maravilla… Nunca se me olvidará aquel costo hecho con mallas de Pollinator que vete a saber cómo llegaron a manos de aquel pescador perdido en el caribe, el caso es que terminé fumando en su barquito delante de una playa de arena blanca y aguas turquesas uno de los mejores hachises que he fumado nunca. También es verdad que estaba en la isla de Bob Marley y Usain Bolt.

No sé qué tendrán los barcos pero también fumé otro costo impresionante navegando por el Nilo viendo ciudades y ruinas egipcias, era un costo rojo importado de Líbano, el maravilloso y mítico rojo libanés. Polen rojizo, suave y dulce, con un humo espeso,… Aún se me hace la boca agua…

Otra de las veces que más suerte he tenido fue cuando al llegar a un aeropuerto de una gran ciudad de Sudamérica y coger un taxi veo que en la guantera el taxista lleva una lata de Dinafem… ¡Aleluya! ¡No puede ser! Después de tantearle un poco y hacer todo lo posible porque no le pareciera demasiado atrevido por mi parte, le pregunto sobre la lata y el taxista suelta una carcajada, me dice que es cultivador y militante, un trabajador por los derechos de los cultivadores, consumidores y los usuarios de cannabis en su país. Al final ni me cobra la carrera, me invita a un cogollito de Moby Dick y terminamos tomando una cerveza juntos: ya tengo un amigo para siempre en esa ciudad.

Alguna vez también he cometido alguna pequeña temeridad por conseguir flores de marihuana, como terminar en las favelas de otra gran ciudad de noche, solo y con desconocidos para conseguir dentro de una bolsa de basura una de las peores hierbas que he visto nunca, paraguayo le llamaban… una mezcla de hojas de marihuana con moho, semillas, tierra, piedras, duro como una roca y de un olor y un sabor indescriptibles ¡Evitar el paraguayo siempre que podáis! Creo que es la peor cosa que he visto fumar a nadie en mi vida. Os recomiendo no hacer nunca algo parecido, a mí no me salió mal, pero aquello no era el sitio más seguro del mundo.

En las ciudades Europeas es relativamente fácil encontrar cosas para fumar, hachís marroquí, hierba más o menos decente,… los universitarios de la zona son tus amigos para encontrar algo para fumar en estas ciudades, si necesitas cogollos pregúntales y seguro que te ayudan encantados a conseguir algo a cambio de compartir una birra y unas caladas, este método nunca falla.

En Holanda aún perduran los viejos coffee shops, con sus decenas de variedades de hierbas y hachises para elegir. Y en Dinamarca siempre nos quedará Cristiania y su “Pusher street” o la calle del camello. (Cristiania no pertenece a la Unión Europea, aunque no hace falta que lleves pasaporte) I love Cristiania! Se respira buen ambiente, armonía y paz por sus calles. En Barcelona los Clubs cannábicos también hacen su labor, no está de más pertenecer a alguno si se visita la ciudad Condal con asiduidad.

Si viajas no te la juegues, infórmate sobre las legislaciones locales y las consecuencias de consumir marihuana allá donde estés, piensa que por pasar unos días sin fumar no pasa nada, es bueno para tu salud y sobre todo… Que el primer porro después de unos días sin fumar es el que mejor sabe y mejor sienta. ¡Salud!