Están las clásicas como sustituir el contenido de un cigarrillo de tabaco o usar un cuchillo caliente, pero también otras tan sorprendentes como servirse de caramelos masticables o fumar todo el cogollo directamente con las manos. Escojas la que escojas, quizá nunca más vuelvas a echar en falta una pipa o un librillo de papeles, porque con estos trucos caseros quien no fuma es porque no quiere.

Ha llegado uno de los momentos más esperados del día, ese en el que te deleitas en el placer de fumar marihuana. Solo, con amigos… Da igual: el objetivo es disfrutar. Sin embargo, a veces surgen inconvenientes: nos hemos quedado sin papel cuando los estancos están cerrados o no encontramos la pipa entre nuestra montaña de cachivaches.

Pero no hay que desesperarse. Hay muchas formas de fumar cannabis que no necesitan del papel, de la pipa o del vaporizador. Son ideales para los imprevistos y también para los manitas, pues algunas de ellas requieren de maña y esfuerzo. También, para los que quieren salir de la rutina de lo tradicional. Eso sí, la marihuana no se te puede olvidar, porque sin ella no somos nada.

Con el cigarrillo de tabaco de toda la vida

Para empezar, a falta de papel buenas son tortas. Aunque para algunos puede suponer todo un viacrucis, un clásico cuando escasea el material para liar es usar un cigarrillo de tabaco, vaciar su contenido rompiéndolo por el filtro e introducir en su lugar nuestra mezcla cannábica preferida. Eso sí, si no quieres que el efecto sea muy fuerte o no quieres ingerir demasiado humo, vuelve a poner el filtro o usa uno nuevo.

Sacando un cuchillo de la cocina

Si ni siquiera hay cigarrillos por casa puedes probar con un cuchillo: coloca en él algo de marihuana (aunque es mejor si lo haces con el hachís) y mueve en círculos una pequeña llama bajo esa superficie hasta que puedas inhalar el humo que se despide. Un método muy sencillo que seguro que hace que eches de menos el papel, pero menos es nada. Sin embargo, ten cuidado para que no se te caiga y manche tu ropa o el suelo o bien te quemes las manos.

Con el rollo del papel higiénico

Hay otros métodos no tan sencillos pero que sorprenden por su locura. Por ejemplo, usando un cilindro de cartón como los del papel higiénico. Haz un agujero con un bolígrafo cerca de uno de los bordes: ahí pondrás un cuenco fabricado con papel de aluminio cuya forma harás tomando la de la punta del bolígrafo. Para aspirar el humo, tapa uno de los extremos con la mano (debe mantenerse así siempre), quema la hierba y chupa por el otro extremo, en el que puedes colocar papel higiénico para tapar y destapar a conveniencia. Este método obliga a estar atento al rollo, ya que podría arder sin pretenderlo. Y nadie quiere aspirar el humo del cartón quemado…

Una pipa de hielo

En cambio, si tu pipa o ‘bong’ han pasado de repente a mejor vida, te puedes construir una casera (o algo parecido)… con hielo. Eso sí, ten en cuenta que se terminará derritiendo, aunque será un proceso muy lento si la temperatura del exterior no es alta.

Para ello, necesitas paciencia y dotes de artesano. En primer lugar, congela dos boles llenos de agua, en cuyo centro habrás colocado sendos boles de diámetro menor, fijados con cinta adhesiva en el centro, para que así quede la forma cóncava del ‘bong’. Retira las formas conseguidas y únelas derritiendo un poco los bordes en una sartén. Vuelve a congelar para así conseguir la base del ‘bong’. Para el cuello, busca un molde cilíndrico; por ejemplo, vasos de plástico con un tubo de PVC en el medio. Llénalo de agua y congélalo. Según la altura que quieras para el cuello, quizá tengas que hacer varios moldes cilíndricos. No te preocupes: para unir las piezas, repite la operación de derretir un poco los bordes e introduce de nuevo en el congelador para fijarlas.

Ahora toca unir el cuello y la base. Con ayuda de un encendedor, haz un agujero en el centro de la esfera hasta llegar al interior; ahí colocarás la pieza del cuello. Luego, repite el proceso en el ángulo que desees para la boquilla de la marihuana. Te advertimos de que ambos serán procesos lentos, pero la espera te permitirá tener una pipa de lo más original. Que se lo digan a los usuarios que decidieron arriesgar y, en vez de usar boles, optaron por una calavera y consiguieron este resultado:

Con papel de aluminio

Si no tienes tanto tiempo y prefieres algo más rápido, puedes crear un recipiente con papel de aluminio. Eso sí, has de tener en cuenta que son recomendables para un solo uso y siempre y cuando no haya otra opción mejor. Para ello, corta un trozo de papel (limpio y lo más liso posible) de unos 30 centímetros de largo y de ancho. Dóblalo por la mitad dos veces, procurando que no se rompa, hasta que te quede un cuadrado o un rectángulo de unos 15 centímetros de largo. Ahora, enróllalo haciendo un cono; te puedes ayudar colocando un lápiz o un bolígrafo en lo que sería el vértice y que luego te ayudaría a doblar el cono para hacer una forma curvada. Ahí deberás colocar el material para fumar.

Con una botella de plástico

Otra opción es coger una botella de plástico como las de agua o refresco y hacer dos orificios. Uno de ellos, con la ayuda de un destornillador u otro objeto punzante (utiliza un encendedor si es necesario), en el tapón, el lugar que hará las veces de cuenco de cerámica para portar la hierba; otro, tal vez con un cigarrillo o con un encendedor y unas tijeras, en el cuerpo de la botella, a la altura que desees y no muy grande. Coloca aquí un tubo como el de un bolígrafo y fórralo con chicle o cinta aislante para que no se escape el humo.

Ahora, sobre el agujero del tapón, coloca papel de aluminio, que hará las veces de particular cuenco de cerámica. Apriétalo sobre el agujero que has hecho y haz otros nuevos para que el humo siga pasando a la botella. Quema la hierba y aspira por el tubo del lateral. Otra opción es colocar la hierba y el cuenco en el lateral y aspirar por la boca.

Un ‘bong’ de gravedad

Una modalidad sorprendente con botellas es lo que se conoce en el mundillo como ‘bong’ o pipa de gravedad. Se llena una botella de agua (que tiene un pequeño agujero tapado con un dedo) hasta la mitad y se hace el cuenco con la hierba en el tapón, como se explica en el ejemplo anterior. Lo sorprendente es que el humo y el agua nunca se mezclan, como se ve en el vídeo superior. Para aspirarlo, hay que desenroscar el tapón y comenzar a inhalar: es el agua el que empuja el humo hacia arriba. La otra diferencia con el método anterior es que el agua del ‘bong’ de gravedad ayuda a refrigerar el humo.

Usar frutas y verduras

Los alimentos del mercado de tu barrio pueden hacer perfectamente las veces de pipa. La que más triunfa entre las frutas es la manzana, que le dará un toque dulce a tu fumada. En este caso, haz un orificio en el centro de la manzana hasta el corazón y luego inserta el tubo en posición horizontal y perpendicular en uno de los laterales, hasta que ambos ‘túneles’ se unan. Luego, coloca la hierba en el centro y empieza a quemarla. Ahora solo te queda aspirar el humo que saldrá por el tubo. En YouTube puedes encontrar a usuarios que te enseñan a hacerlo:

Otra opción es utilizar hortalizas, como los pepinos, las patatas o las zanahorias. Una opción tan verde que incluso agradará a aquellos a los que no les gusten los vegetales.

Con caramelos masticables

Se te pegaban a los dientes y probablemente dejaste de comerlos cuando eras un niño. Sin embargo, ahora los verás de otra forma gracias a un uso más divertido, loco y sorprendente. Hay quien utiliza los caramelos masticables como un recipiente muy particular, y te puede venir bien saberlo para una urgencia. Une varias unidades hasta tener un rectángulo y haz un agujero con un bolígrafo en una de las caras largas, sin llegar hasta el otro extremo; ahí colocarás la marihuana. Luego, haz otro agujero en el centro de la cara pequeña más opuesta al otro agujero hasta unir los conductos. Tras ello, mételo en el congelador para que los caramelos queden bien pegados. En unas horas podrás fumar marihuana que sepa a queso, a petróleo, a notas florales… o a los sabores de tu infancia.

Directamente del cogollo

Pero hay quien pasa de frutas, hortalizas, cuchillos o virguerías de hielo y directamente fuma del cogollo, como muestran los siguientes ‘youtubers’. Es simple: se toma el cogollo, se quema uno de sus lados con un encendedor y se aspira por la parte opuesta cuando se crea conveniente. Si crees que el cogollo se está apagando, vuelve a usar el encendedor o sopla para avivarlo. Eso sí, conforme se vaya consumiendo puede que te quemes los dedos, así que te convendría insertarlo en un palo. Es una forma muy loca de consumir marihuana, ya que el cogollo se acaba en apenas unos minutos, pero hay gente que lo ha probado:

En definitiva, métodos y materiales para salir del paso hay muchos, tan solo hay que tener un poco de iniciativa u optar por trucos más simples y tradicionales. En cualquier caso, nunca jamás volverás a temer el momento de quedarte sin papel o que se te rompa esa pipa tan preciada: fumar es fácil con todo de lo que disponemos en casa.