Gran parte de lo que nos une como consumidores de cannabis es la comunidad y el intercambio. Sin embargo, mientras vivimos la actual pandemia de coronavirus, todos deberíamos ser más conscientes de nuestras prácticas cotidianas y de cómo las elecciones que hacemos no solo nos afectan a nosotros, sino también a aquellos que nos importan.

Desde hace siglos, la práctica social de compartir cannabis ha sido algo común. Pero dado lo que sabemos sobre el COVID-19 y su transmisión, sería consciente detener este comportamiento durante algún tiempo.

El coronavirus se transmite a través del contacto de persona a persona, mediante partículas que permanecen en el aire cuando una persona infectada habla, tose o estornuda. Eso hace que sea arriesgado compartir porros, vaporizadores, pipas, bongs u otros dispositivos utilizados para consumir marihuana; o incluso estar demasiado cerca de alguien que tose después de fumar o vapear.

Recuerda que poner en la boca un objeto que acaba de estar en la boca de otra persona resulta altamente contagioso. En este caso, una forma económica de eliminar los gérmenes o patógenos de las piezas es limpiarlas con alcohol isopropílico con una concentración de al menos 90 %.

Si bien los comestibles son una excelente manera de compartir el cannabis y reducir la propagación de enfermedades, todavía existe algún riesgo por el hecho de llevarnos las manos a la boca. También son muy populares las tinturas y aceites de cannabis en forma de gotas. En este punto, puedes imaginar que chupar el gotero que alguien tenía en su boca hace unos segundos es una manera perfecta de propagar el coronavirus. Por esta razón, también se recomienda no compartirlos, sino verter gotas en vasos separados de cualquier bebida.

¿Es un buen momento para dejar de fumar?

Además, debido a que COVID-19 es una enfermedad respiratoria, muchos usuarios pueden aprovechar para limitar o evitar su exposición al humo de combustión, ya que esto puede generar un estrés excesivo en los pulmones. Los dispositivos de suministro alternativos, como los vaporizadores, pueden mitigar significativamente la exposición al humo por combustión, pero tampoco es una práctica exenta de riesgos.

Porque cuando los pulmones de alguien están expuestos a una gripe u otras infecciones, los efectos adversos del tabaquismo o el vapeo son mucho más graves que entre las personas que no fuman ni vaporizan, ya que disminuye la capacidad de las vías respiratorias superiores para eliminar los virus.

De hecho, las probabilidades de que un caso de COVID-19 se vuelva más severo, y en el más extremo, que conduzca a la muerte, fueron 14 veces mayores entre las personas que tenían antecedentes de tabaquismo en comparación con las que no fumaronsegún un estudio publicado en el ‘Chinese Medical Journal’ revisado por expertos en febrero.

En la medida en que puedas, también es conveniente saber de dónde proviene nuestra marihuana. La procedente del mercado negro puede contener mohos, pesticidas u otros adulterantes que podrían obstaculizar el sistema inmunológico. Siempre que sea posible, intenta obtener un producto de confianza o procedente del muy noble arte del autocultivo, aunque entendemos que la mayoría de las personas en nuestro país todavía viven en un estado que impone la prohibición y esta no es una opción realista.

Fake-news: el cananbis no cura el coronavirus

También alentamos a todos a estar atentos a la información errónea que se transmite por internet, como cualquier anuncio de que el cannabis o CBD puede ayudar a curar o proteger contra este virus. ¡Cuidado con los posibles estafadores que vierten informaciones similares para lucrarse! Actualmente el cannabis no puede prevenir ni curar el COVID-19, aunque sí permite tratar los síntomas de diversas formas (siempre que no se inhale por los pulmones, insistimos) gracias a las enormes propiedades terapéuticas de esta planta.

La ironía es que el cannabis podría llevarnos a nuevos medicamentos antivirales capaces de combatir las epidemias como el flamante coronavirus, ya que hay cada vez más evidencia de que los componentes del cannabis podrían tener grandes virtudes para tratar las infecciones virales persistentes. Pero también existen estudios que indican lo contrario y que afirman que los beneficios antiinflamatorios de los cannabinoides podrían de hecho suprimir la respuesta inmune en infecciones virales agudas, cosa que no querrías que suceda en un paciente de coronavirus. De hecho, las autoridades sanitarias ya han advertido que esto podría ocurrir con fármacos comerciales como el ibuprofeno.

Así que la conclusión es clara: continuar con los estudios de cannabinoides para encontrar el camino hacia nuevas terapias antivirales y antibióticas, que podrían trabajar codo con codo con los tratamientos más tradicionales en pacientes con enfermedades tan devastadoras como este COVID-19. Y mientras damos con la clave farmacológica, adaptar nuestros hábitos de consumo a la situación excepcional que vivimos.