La empresa One Colombia se ha asociado con inversores israelíes para construir una factoría en la región de Cauca, en la que se cultiva el 50 % de la producción ilegal de todo el país. De esta manera, sus agricultores podrían salir de la situación irregular y contribuir al desarrollo de la zona. Se espera que en unos meses comience la venta de hasta 85 productos diferentes.

En diciembre del año pasado, Colombia aprobó la legalización de la marihuana terapéutica. Desde entonces, las buenas noticias han aparecido poco a poco: el pasado mes de julio se concedían las primeras licencias para cultivar y recientemente se ha sabido que el departamento de Cauca, en el suroeste del país, acogerá la primera fábrica colombiana de productos derivados del cannabis medicinal. Y no será una fábrica cualquiera.

Se espera que la factoría de One Colombia, una de las tres compañías que han recibido licencias de cannabis terapéutico, sea la mayor del mundo. Pero no solo eso: también se confía en que, una vez que se ponga en marcha, dé trabajo a 1500 colombianos que ahora operan de forma irregular.

"Esta es una oportunidad para que más de 1500 cultivadores ilegales que tenemos en la región puedan tener la posibilidad de legalizarse", opina Eduardo García Sánchez, alcalde de Corinto, la ciudad donde se situará esta fábrica. Solo en el norte del Cauca, donde se encuentra Corinto, se cultivan de forma ilegal 300 hectáreas de marihuana, el 50 % de la producción ilegal de todo el país.

De momento, la planta de One Colombia pretende distribuir hasta 85 medicamentos, suplementos y alimentos con base en un cannabis rico en CBD. En menos de seis meses se realizará la primera recolección de la hierba, que se obtendrá de tres hectáreas ya sembradas. Se calcula que la planta podría procesar más de 300 toneladas de marihuana al año. 

Los indígenas y campesinos también han visto con buenos ojos la iniciativa, ya que daría más puestos de trabajo a la zona: "La idea es organizar a las comunidades para que podamos comercializar este producto de manera medicinal y de forma lícita", dijo Albeiro Ciclos, que pertenece a Caucannabis, una cooperativa de marihuana con 150 asociados interesados en participar en este nuevo proyecto. Los alcaldes de localidades próximas a Corinto también han mostrado su visto bueno a la fábrica, que ayudaría al desarrollo de todo el departamento.

El objetivo es que los agricultores, que ya habían plantado cannabis de forma ilegal, lo utilicen ahora para esta fábrica. Para ello recibirán apoyo en forma de conocimiento, ya que habría que sembrar unas variedades distintas a las que ya crecen en la zona (unas treinta) y buscar la máxima productividad.

El proyecto cuenta con una inversión inicial de 1,5 millones de dólares (1,34 millones de euros). Parte de esa financiación procede de empresarios israelíes y, según One Colombia, la inversión a medio plazo podría ascender a los 10 millones de dólares (9 millones de euros). 

“Con los inversionistas de Israel hemos venido trabajando en este tema y vemos la oportunidad de comenzar el negocio acá. La idea es tener una planta muy moderna que atienda el mercado local, pero también el internacional”, ha dicho Carlos Silva, presidente de One Colombia, una compañía que ya tiene experiencia en productos parecidos, pues comercializa cosméticos con propiedades beneficiosas para la piel. Ahora solo falta que la nueva fábrica sea un éxito.