Si no eres de vaporizadores, sino de quemar marihuana, quizá tengas un problema con los restos de la combustión que se impregnan por las paredes o los tejidos de tu casa. Esto puede suponer una molestia si se comparte vivienda o hay alguna visita indeseada. Sin embargo, existen varios consejos caseros que ayudan a disimular el olor de la hierba y cigarrillos: desde los clásicos ambientadores y velas hasta las rústicas bolsas de congelados o un simpático filtro fabricado con toallitas de secadora. Te explicamos en qué consisten.

Llegas a casa y notas un cierto olor por las habitaciones. No parece un desagüe, el cubo de la basura o un escape de gas. Te lamentas en lo más profundo: es tu apreciada marihuana, que ha invadido toda la casa. Temes que algún vecino cotilla investigue o que alguna visita no demasiado tolerante se moleste cuando lo reconozca. Por suerte, existen muchas formas de enmascarar un perfume que, aunque muchas veces nos deleita, otras veces resulta un incordio para otros.

Y no hablamos de los cogollos o de las plantas en crecimiento, cuyo olor se puede disimular de varias maneras (por ejemplo, con filtros antiolor u ozonizadores). Es la marihuana ya curada o secada o el humo de los porros que fumas. Si usas vaporizadores, habrá menos olores y te salvarás de ese problema (el cannabis se calienta en vez de arder). En cualquier caso, aquí van unos trucos caseros que seguro te resultarán muy útiles. 

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el lugar donde fumemos ayudará a camuflar el olor; no es lo mismo hacerlo en la terraza que en el salón de casa. De igual modo sucede cuando conservamos la marihuana: debe hacerse en frascos herméticos y manipularla en un lugar ventilado. De esto último hablaremos más adelante.

También, existen variedades con un olor más penetrante que otras. Si prefieres que no impregne paredes, ropa o cortinas, en tu Grow Shop LaMota te recomendamos algunas de ellas. Por ejemplo, la Blue Dream, con unas notas muy ligeras a madera, tierra y frutas dulces.

Pero como no todo es cuestión de fumar junto a la ventana o renunciar a nuestra genética preferida, necesitamos otros trucos para el día a día. Por ejemplo, tirar de ambientadores. Los especialistas recomiendan los que se conectan a un enchufe, ya que son más fuertes que los que vienen en una lata o un recipiente de plástico. El paso de los días te dirá si es suficiente para enmascarar el olor o necesitas otro modelo. También puedes optar por velas aromáticas, con esencias tan naturales como el de pino. 

La elección de esencias naturales no es baladí: algunas artificiales no enmascaran bien los olores y, al final, se tiene una mezcla desagradable de cannabis con algo difícil de definir. Por tanto, escoge bien con qué quieres disimular. Por ejemplo, igual que sirve el de pino también te sirve el de otras plantas como el romero, la menta o el tomillo: plántalas si tienes terraza o balcón. De hecho, si cultivas marihuana en esos lugares, también te pueden servir para disimular el olor de las macetas cuando vuelvas a comenzar el ciclo.

Si el olor persiste, airea la habitación o la casa abriendo las ventanas. Otra opción sería usar un ventilador durante unos minutos. Todo esto es necesario hacerlo con cuidado, ya que al expulsar el olor podemos llevarlo a casa de los vecinos y tener un problema con ellos. También existe otro inconveniente: que salga de la habitación y regrese con una racha de viento. Para evitar esto, los expertos recomiendan abrir las ventanas y a la vez usar el ventilador: el aire y el cannabis se mezclan y es difícil que regrese al cuarto.

Otra opción, tan deliciosa como un buen cogollo, es cocinar platos cuyo aroma no te desagrade y que pueden enmascarar a la marihuana. Por ejemplo, usa cebolla o ajo, siempre y cuando te gusten. Las palomitas de microondas también suelen ser penetrantes y circulan por toda la casa. 

Tampoco hay que olvidar que la boca puede despedir algunos efluvios tras el consumo. Estos no invadirán toda la casa, pero sí pueden alertar a una persona algo conservadora que interactúe contigo. Si eso te preocupa, nada como mascar chicle tras terminar de fumar. También, lávate las manos con jabón o límpialas con algún tipo de producto.

Conservando una inodora marihuana

Aunque no estemos consumiendo, los porros o los cogollos también pueden despedir algo que queramos ocultar. Para ello, debemos guardarlos en recipientes herméticos, que los conservarán con todas sus propiedades sin levantar sospechas. En caso de que no los tengas en casa, también te pueden servir unos táperes o bolsas de congelados que, aunque no son eficaces al cien por cien, reducirán mucho los problemas. Por si las moscas, puedes colocar a su lado uno de los productos para el control del olor de los que hablábamos antes.

Estas bolsas también te pueden servir para proteger otros instrumentos relacionados con el cannabis, como ‘bongs’, y que después de su uso desvelarían lo que ha corrido por su interior. Antes de guardarlos, asegúrate de que están fríos.

Disimulando mientras se consume

Si quieres evitar los ventiladores o las ventanas abiertas después de haber fumado cannabis, quizá lo mejor es que comiences a disfrazar el olor incluso antes de hacerlo. Una buena opción son las varillas de incienso: si se usan para yoga o meditación, ¿por qué no para otro momento de relax? Antes de encender la pipa o el porro, enciende una de estas; así, cuando comiences a degustar la planta, el olor ya habrá avanzado por toda la sala. 

Si eres un manitas, también te puedes hacer un filtro antiolor casero. Es lo que se conoce en inglés con el nombre de ‘sploof’, una especie de pipa casera. Para fabricarla necesitas un rollo vacío de papel higiénico (hay quien también usa botellas de plástico), un par de toallitas para la secadora y unas gomas elásticas.

Coge una de las toallitas, estrújala hasta hacer una pelota con ella y colócala en uno de los agujeros del tubo de cartón. Luego, coloca la otra toallita en ese extremo y fíjala con las bandas. Ahora, cuando fumes, exhala el humo a través de él: el olor del humo que salga será diferente. 

Si el asunto te sigue preocupando, no te quedará otra que apostar por otros métodos, como el consumo de comestibles o los vaporizadores de los que hablábamos al comienzo. Pero antes prueba cualquiera de los métodos que te reseñamos. Con ellos, seguir disfrutando de tu planta favorita (y de tu casa) es posible.