El cannabis medicinal se ha convertido en un gran aliado para muchos pacientes que necesitan un pequeño impulso para recuperarse y seguir viviendo con energía. Las náuseas, los desórdenes intestinales, las convulsiones, la depresión o el insomnio son solo algunos de los problemas de salud más habituales que encuentran remedio en la marihuana. Te explicamos cómo lo logra.

Náuseas y pérdida de apetito

Una de las dolencias que pueden combatirse gracias al cannabis son las náuseas y la falta de apetito, que nos dejan sin energía, debilitados y con dificultades para curarnos en caso de que padezcamos otras enfermedades. 

El cannabis es una sustancia única para conseguir la sanación y la recuperación temprana, contribuye a estimular el apetito y a suprimir las náuseas. Muchos estudios sobre los efectos del THC han documentado que algunos enfermos que tienden a perder peso suelen recuperarlo cuando se medican con marihuana. 

Desórdenes digestivos

Se ha demostrado que la presencia de receptores cannabinoides en el cuerpo ayuda a regular los jugos gástricos y el tránsito intestinal. De esta forma el sistema digestivo se relaja y no intenta deshacerse de sobrantes de forma continua. Tomando derivados de marihuana se consigue una función digestiva más regular y suave.

Dolor

Uno de los efectos más estudiados de la marihuana es su capacidad para reducir y bloquear el dolor (también el crónico). Produce efectos en el cerebro y en el sistema nervioso como la euforia, y levanta el estado de ánimo. Para cualquier paciente que sufra este tipo de dolores la marihuana es una herramienta única: no provoca adicción y sus efectos son positivos, nada que ver con remedios más extremos como la morfina.

Inflamación

Los receptores CB2 desempeñan un papel fundamental en nuestro sistema inmunológico, para calmar y evitar la inflamación que en ocasiones se produce como respuesta fisiológica natural a lesiones o infecciones. Lo que ocurre es que, cuando esa inflamación es excesiva, llega a causar incomodidad o a provocar daños en la zona donde ha surgido. Ingerir medicamentos basados en cannabis proporciona un efecto analgésico que ayuda a disminuir esa inflamación. 

Convulsiones y espasmos

Algunas enfermedades provocan episodios compulsivos de forma habitual, que desgastan y debilitan a quienes los sufren. Está más que demostrado que la marihuana actúa contra las convulsiones hasta reducirlas o hacer que desaparezcan. Concretamente, lo hace el cannabinoide CBD, principal responsable de combatir los síntomas de enfermedades como la esclerosis múltiple o la epilepsia.

Son numerosos los ejemplos de personas que, medicándose con cannabis, han reducido casi al 100% las convulsiones, y han podido dejar de lado terapias que hacían uso de medicamentos tóxicos para la salud y que no tenían apenas efectos sobre los espasmos.

Depresión

Los efectos psicoactivos del cannabis se producen principalmente por medio de los receptores CB1, que se encuentran en el cerebro. Se ha demostrado que esos receptores afectan al estrés y a la depresión, y que los cannabinoides pueden alterar positivamente la salud mental para mitigarlos y mejorar el estado de ánimo. Recientes estudios indican que los consumidores habituales de marihuana experimentan niveles más bajos de la llamada “enfermedad del siglo XXI”.

Ansiedad

Otro de los efectos positivos que habitualmente relacionamos con la marihuana es su poder calmante y tranquilizante. Los investigadores han demostrado que el sistema endocannabinoide actúa en el cerebro en situaciones de estrés y miedo a través del CBD para reducir la ansiedad que esas situaciones generan.

Insomnio

Dormir bien es fundamental para tener un estilo de vida saludable, pues la falta de horas de sueño provoca cansancio y puede degenerar en una fatiga crónica, contribuir a la pérdida de memoria y afectar al razonamiento y al control emocional. 

La marihuana medicinal ayuda a muchos pacientes, y les da la posibilidad de encontrar el sueño reparador que su enfermedad les ha robado. No obstante, esto depende de la cepa que se utilice puesto que hay algunas que generan un efecto estimulante (el contrario al deseado en este caso). Otras, como la ‘Bubba Kush’, pueden ser incluso sedantes. 

Artritis

En una fase avanzada, la artritis es una enfermedad crónica que incapacita a quien la sufre para hacer una vida normal. El dolor, la hinchazón y el malestar son síntomas habituales. El THC tiene capacidad antiinflamatoria, por lo que quienes sufren artritis pueden encontrar en él un calmante para su dolor y un aliado para retrasar el progreso de la enfermedad. Se recomienda tanto ingerir la marihuana como aplicarla en las zonas afectadas en forma de ungüento. 

Migraña y dolor de cabeza

Las migrañas, además de causar un dolor intenso y de larga duración, provocan calambres y náuseas. El cannabis actúa sobre la serotonina, una sustancia que se encuentra en el cerebro, para prevenir la aparición de ese dolor de cabeza, y muchos enfermos de migraña que usan cannabis medicinal aseguran haber ido reduciendo su dolor y sus efectos con un consumo prolongado en el tiempo. 

Tratamiento para el cáncer 

La radiación y la quimioterapia siguen siendo terapias muy agresivas para combatir el cáncer. Son pruebas duras para quienes lo sufren, por lo que la planta puede ser una buena aliada con la que mitigar algunos de sus efectos secundarios: alivia el malestar, las náuseas que provoca y el dolor físico que acompañan a la enfermedad. 

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Con información y gráficos de Vidacannabis.com