La marihuana se encuentra entre nosotros desde hace miles de años. De hecho, la planta ha repartido sus beneficios desde antes del año 0, es decir, antes de era cristiana. Ya en esa época, los hombres de la Antigüedad disfrutaban de las propiedades recreativas y medicinales que les ofrecía el cannabis. Lo que no se sabía hasta ahora es que la marihuana también podría haber tenido fuertes connotaciones espirituales, tal y como indica un estudio realizado sobre una tumba en la que trece de estas plantas formaban la mortaja.

Las cualidades que se atribuyen a la marihuana son innumerables. Las más conocidas son sus efectos psicoactivos y sus amplios beneficios medicinales. Pero según un reciente descubrimiento, llevado a cabo por el arqueólogo Hongen Jiang y su equipo, el cannabis también podría haber tenido una estrecha connotación espiritual y usarse como parte de ceremonias vinculadas con el más allá. 

Según publica la revista Economic Botany, el grupo de arqueólogos chinos autores del estudio halló una tumba con marihuana en el antiguo cementerio Jiayi en Turfán, al noroeste de China. El sepulcro, de entre 2.400 y 2.800 años de antigüedad y situado junto a un oasis, contenía trece plantas de cannabis, depositadas en diagonal sobre el cuerpo del difunto. Según ha determinado la investigación, el esqueleto corresponde a un hombre de 35 años (en el momento de su muerte) y de rasgos caucásicos. 

Además, los científicos también apuntan a que se trata de un cementerio que pertenece a la cultura Subeixi, nombre que reciben las primeras personas que habitaron la árida cuenca de Turfán hace 3.000 años y que poco después conformaron la conocida economía de la Ruta de la Seda.

Sorprendentemente, la planta se encuentra intacta, debido a las condiciones de la zona. Tal y como explica el artículo científico, los tallos y las hojas han conservado su característica forma natural debido al clima extremadamente seco, pero han adquirido un color marrón amarillento, atribuido al paso del tiempo. La investigación ha servido para abrir nuevas vías en torno a los usos del cannabis en tiempos remotos. En este sentido, se trata de la primera vez que se atribuye una función espiritual a la planta, que en esta tumba – calificada como M231 – fue utilizada como sábana para cubrir el cuerpo del difunto.

Sin embargo, no es la primera vez que los arqueólogos se topan con marihuana en sus expediciones. Por ejemplo, en la tumba de la princesa de Ukok – hallada en la República de Altái y fechada también en el primer milenio antes de Cristo – se encontraron semillas de cannabis, presuntamente utilizadas por su propietaria para aliviar los dolores de un cáncer de mama. Dejando a un lado los beneficios medicinales, también se sospecha que la difunta podría haber usado la planta para experimentar un “estado alterado de la conciencia” e intentar comunicarse con los espíritus.

Por si fuera poco, investigadores de todo el mundo han encontrado tumbas con cannabis en su interior en los cementerios de Yanhai, perteneciente a la misma cultura Subeixi, y en el sur de Siberia, esta vez un lugar propio de la cultura Pazyryk. Con estos hallazgos, los arqueólogos han llegado a la conclusión de que la marihuana era una planta muy popular para los lugareños de Eurasia central en los tiempos anteriores a Cristo, especialmente gracias a sus dotes rituales y medicinales. No nos extraña, seguro que a alguno de nosotros también nos gustaría llevarnos el cannabis a la tumba.