Hablamos con Joan Carles March sobre marihuana medicinal, sobre el confinamiento y sobre el miedo de los políticos a tomar medidas audaces ante el “problema” de las drogas.

Joan Carles March puso en marcha un programa pionero de dispensación de heroína a toxicómanos en Andalucía. Era la "heroína-medicina" frente a la "heroína-droga" que tantos estragos ha provocado en España y sigue provocando en muchas partes del mundo. March fue defenestrado tras aquel programa, pero mantiene su puesto como profesor en el Servicio Andaluz de Salud y prosigue su activismo por la despenalización de las drogas desde los medios de comunicación y las redes sociales. March estuvo vinculado a otro proyecto pionero que no llegó a cuajar: la fundación de una empresa pública de cannabis en Rasquera (Barcelona), en 2012.

¿Qué pasó con el programa de heroína del SAS?

Fue una intervención que salió bien, a pesar de las dificultades, creo que una institución de salud pública que piensa que hay que hacer algo en las desigualdades sociales, con gente de la heroína que estaba a punto de caer por un precipicio.

Luego es cierto que las instituciones pasaron del proyecto y no han hecho nada, ni unos [PSOE], ni mucho menos estos [PP, Cs, Vox]. Me cortaron la cabeza por no aceptar una serie de propuestas que yo consideré impresentables.

¿Cuál es tu postura en el caso del cannabis?

En el caso del cannabis es una posición más intelectual, no tengo ningún proyecto detrás. Me posicioné a favor del proyecto Rasquera, soy una persona pública en el sentido de que tengo muchos seguidores en redes sociales, y yo utilizo y defiendo esta posición, no me escondo. Pero no creo que este posicionamiento les preocupe lo más mínimo.

En este sentido, tú haces política desde la intervención en el debate público.

Efectivamente. Yo tengo una posibilidad pública de que mis comentarios en distintos medios y periódicos, lo utilizo para promocionar, difundir y aspectos que me parecen relevantes. En estos momentos, para la revista Gaceta Sanitaria he hecho durante el covid-19 más de 40 entrevistas, 3 semanales, con personas de la salud pública, españoles, europeos y de EE.UU. Creo que es una necesidad.

Se ha hablado de los supuestos efectos positivos que puede tener el consumo de marihuana para el covid. ¿Qué opinas?

Todo lo que se pueda decir en estos temas hay que verlo. Todos los temas que van ligados a sustancias y medicamentos que ayudan en el covid necesitan el refrendo de la investigación, a ser posible con un estudio clínico. Si no, sólo podemos hablar de intuición e hipótesis. Sé que hay gente investigando este tema, y creo que es importante que se haga. Cosas que no han funcionado, como la hidexicloroquina. En este caso, habrá que ver.

¿Qué ha supuesto el confinamiento para los enfermos que utilizaban marihuana medicinal?

Ese ha sido un tema mal trabajado por parte de las autoridades sanitarias. Cuando se toma la decisión de promulgar la alarma sanitaria, se toma la decisión de que se siga vendiendo tabaco en los estancos. Si haces eso, tienes que hacer lo propio con el cannabis. En España, los clubes cannábicos dan un servicio para proveer de cannabis a personas que lo necesitan para su salud: la espasticidad, el dolor y otras situaciones. Yo creo que es un tema no pensando, probablemente nadie las vio venir: que los clubes cannábicos pudieran seguir funcionando. Es cierto que sobre el cannabis necesita de programas de prevención para los adolescentes, pero también es cierto que es útil para determinadas patologías y es útil plantearlo para esas perspectivas. Si sólo ves su aspecto recreativo, no ves esta otra faceta, tan importante.

¿Crees que el movimiento cannábico no ha puesto suficiente énfasis en este aspecto medicinal de la planta?

Creo que el tema del cannabis se trata siempre desde los problemas con la juventud o las redadas. El énfasis en el uso del cannabis medicinal es una vía poco reforzada. Desde el punto de vista terapéutico es más fácil entrar que desde el punto de vista recreativo. Lo importante es darle el valor de la utilidad que tiene, hay que trabajar la investigación y prevención entre la población adolescente. Creo hay que dar la vuelta a la historia: el uso del cannabis medicinal está sirviendo para que cientos de miles de personas con una patología determinada (cáncer, esclerosis múltiple o un proceso espástico) les ayuda a tener una mejor calidad de vida. Si no nos enganchamos a la imagen de cannabis-problema.

Parece que cuando somos jóvenes sienten una gran atracción por lo prohibido. ¿Qué enseñanzas podemos sacar de Portugal, país en el que la despenalización de todas las drogas ha provocado que se reduzca el consumo?

Muy importante el caso de Portugal, allí está el Observatorio Europeo de Drogas. Creo que la despenalización es un ejemplo esencial. Si no despenalizamos el uso y el consumo de drogas seguirá siendo una fruta prohibida. Creo que tenemos que buscar una forma diferente de abordar el tema de las drogas. España tiene que trabajar el tema de las drogas en general, más despenalización y menos prohibicionismo.

¿Crees que la prohibición tiene una base científica o es puramente moral?

En todo el prohibicionismo hay una idea moral. Cambiar el punto de vista moral por el punto de vista científico es absolutamente necesario. Necesitamos poner ciencia donde otros ponen moral. Es necesario romper esa dinámica: el cannabis es bueno porque hay gente a quien le ayuda a mejorar su calidad de vida, no es un juicio moral, es un hecho: hay estudios que lo afirman y además detallan en qué aspectos lo hace. Probablemente hay otros beneficios del cannabis que forman más de la leyenda.

Porque, además, la ciencia tiene una metodología y unos resultados, al contrario que la moral, que es elástica por definición. 

Por eso es necesario replantear que en los aspectos en los que la ciencia pueda decir algo, lo diga. Por eso, el planteamiento de Rasquera era, por un lado, generar unas plantaciones y, por otro, generar líneas de investigación que nos ayuden a conocer mejor los efectos del cannabis y sus posibles beneficiarios.

¿Por qué crees que la despenalización del cannabis está en algunos programas electorales (Unidas Podemos y Ciudadanos, por ejemplo) pero luego no aparecen en la agenda cuando son elegidos los representantes?

Creo que hay demasiado miedo. Yo lo he discutido con políticos en activo y los miedos marcan su posicionamiento. Tienen miedo que al legalizar una determinada sustancia, genere el efecto llamada. En el caso del cannabis, puede que para UP tenga algún valor, pero lo cierto es que está en séptima fila de las prioridades del gobierno. Le falta mucho para llegar a la primera fila. En este caso, la moral va ligada a los votos: si yo abro a determinadas sustancias, puedo perder votos en determinados entornos.