El mundo de la hidroponía continúa siendo un ente extraño para muchos cultivadores, especialmente para los principiantes. Ya sea por desconocimiento o por miedo, es un gran enigma entre los más inexpertos. Para que deje de ser así y dominar esta técnica tan beneficiosa en nuestras plantas, a continuación os presentamos unos consejos básicos y muy sencillos de llevar a cabo.  

Se trata de un método de cultivo artificial pero no antinatural que se basa en los mismos principios que la naturaleza ha establecido como patrón para la vida: así define William F. Gericke, el fundador de la hidroponía moderna, esta técnica para cultivar marihuana. Aunque a bote pronto pueda resultar complicado, el cultivo hidropónico es un método muy sencillo que, si se emplea correctamente, puede sacar el máximo partido de nuestras plantas.

Consiste, básicamente, en un cultivo sin tierra. De esta manera, las raíces crecen y se desarrollan ancladas a un medio o sustrato inerte, como la arlita (arcilla expandida) o la lana de roca. Los nutrientes se añaden al agua o al sustrato a través del riego, de forma que las variables que puedan afectar a la planta quedan bajo el control del cultivador. Pero no te asustes, no conlleva demasiada responsabilidad si se sabe calcular la cantidad justa de nutrientes que necesita.

Cultivar en un medio totalmente inerte significa que debemos preparar una solución nutritiva que incluya todos los ingredientes necesarios para que nuestras plantas crezcan sanas y fuertes. Son las propias raíces las que absorben los nutrientes minerales, así que cuando se les proporciona este alimento disuelto en el agua, tienen mayor posibilidad de empaparse de él. Con la ventaja de poder controlar la nutrición, seremos también capaces de corregir los excesos o carencias de nuestro cultivo.

Otro de los beneficios de la hidroponía pasa por satisfacer las necesidades de la cepa cannábica en cada una de sus fases. Si bien se necesita una nutrición distinta en el estadio de vegetación y en el de floración, con este método es tan sencillo como vaciar el tanque que habíamos utilizado hasta el momento y volverlo a llenar con ingredientes nuevos. Asimismo, el proceso de floración se acelera, porque las plantas, en el momento en el que perciben el cambio en el alimento, captan la señal de que sus flores deben salir al exterior.

Por tanto, el cultivo hidropónico supone también ahorro, tanto en los nutrientes, que son directamente absorbidos y no se pierden en el sustrato, como en el agua, transpirada por la planta sin malgastar ni una gota en el suelo. Y no solo eso: en un sistema hidropónico, las raíces de necesitan menos hueco que con tierra, pues obtienen todos los nutrientes que necesitan en un espacio restringido. Por tanto, también utilizaremos una cantidad menor de sustrato.

Además, nos encontramos frente a un cultivo más limpio que el habitual y mucho más práctico: no hay que pasarse el día llevando sacos de un lugar para otro y resulta una muy buena medida para optimizar el espacio de cultivo.

El cultivo hidropónico es una opción muy recomendable para cultivar marihuana de calidad con éxito. Sin embargo, un error en el proceso se puede pagar muy caro. En los cultivos con tierra, si por equivocación se fertilizan demasiado las plantas o el pH no es el adecuado, los propios microorganismos que viven en el abono pueden ayudar a restablecer el equilibrio natural. En cambio, la capacidad de la solución nutriente para amortiguar este tipo de errores es muy limitada, y una mala decisión puede acabar con tus esfuerzos en cuestión de horas.

Algunos trucos

Resulta muy práctico y recomendable controlar la salud de las raíces. El color que deben presentar unas raíces sanas es el blanco, así que debes preocuparte si aparecen amarillentas o incluso marrones, porque es señal de que no están creciendo completamente fuertes.

Además, es importante mantener las plantas en una temperatura de entre 18 y 22 grados Celsius. Si se exceden los 26 grados, sus funciones metabólicas se ralentizan. A partir de 35, el resultado puede ser fatal. 

Por otra parte, hay que tener en cuenta que los sistemas de cultivo hidropónico pueden suponer un coste inicial más elevado, aunque a largo plazo será una inversión que habrá merecido la pena. El balance final es muy satisfactorio: gracias a este sistema y al control que otorga al cannabicultor, las plantas crecen con más vigor y la producción aumenta considerablemente. 

Diferentes técnicas de cultivo hidropónico

Como en todo, no existe una única opción para cultivar marihuana a través de la hidroponía. La realidad es que contamos con varios métodos diferentes y lo más recomendable es elegir uno u otro según el grado de dificultad al que nos podamos enfrentar.

Para los principiantes la mejor opción es establecer un cultivo hidropónico de raíz flotante. En este método se prescinde de cualquier soporte y las plantas crecen suspendidas y en contacto con la solución nutritiva. Sin embargo, aunque se trata de la técnica más extendida por los cultivadores, existen otras opciones.

Por ejemplo, el método de Película Nutriente o NFT (por sus siglas en inglés), que consiste en que la solución circula por un tubo o bandeja apenas inclinados para que fluya el líquido. De esta forma, las plantas crecen manteniendo siempre su raíz debajo del agua. El sistema es completamente cerrado, lo que permite recircular la solución sin que pierda más del 1 % o 2 % por el proceso de evaporación.

Otro método más específico es la aeroponía, que consiste en rociar regularmente a las raíces con los nutrientes. Para ello, se sirve de un soporte que suspende las plantas en el aire y deja las raíces colgando por debajo de la estructura. Este ambiente favorece el desarrollo de microbios que las hacen crecer de forma sana y con un desarrollo pleno. Además, al encontrarse las raíces en un espacio cerrado, dentro de un recipiente, es más fácil prevenir sus enfermedades y la aparición de plagas.

La importancia del sustrato

Aunque estos tres métodos son los más comunes, existen otros a gusto del cultivador, como la recirculación, el flujo y reflujo, la cultura de las aguas profundas (DWC, en inglés) o la acuaponía. Si bien cada uno de ellos cuenta con unas características diferentes, en todos hay que tener en cuenta un parámetro muy importante: el sustrato que mantiene las plantas.

Lo primero que hay que saber es que el sustrato es un elemento que vamos a utilizar independientemente del método que hayamos elegido. El sustrato, por definición, es cualquier elemento que retenga bien la humedad y proporcione un soporte inerte. Además, debe estar muy bien lavado y que haga mantener las raíces en completa oscuridad. Si bien hay algunos que prescinden de emplearlo, lo más recomendable es usar alguno, sobre todo en las primeras experiencias. 

Un buen sustrato debe tener gran resistencia al desgaste y a la meteorización, y es preferible que no contenta sustancias minerales solubles que puedan alterar el balance químico de los nutrientes de la planta. Además, el material no deberá llevar ninguna forma viva para no poner en riesgo la salud de esta y de aquellos que la vayan a consumir.

Los sustratos pueden dividirse en tres categorías. En primer lugar, los sustratos inorgánicos, que son aquellos que cuentan con partículas mayores a dos milímetros de diámetro. En este grupo aparecen la lana de roca, las arcillas expandidas, la vermiculita o la perlita.

La segunda categoría está formada por los sustratos orgánicos, que son aquellos productos de desecho de alguna actividad agropecuaria o industrial, así como de productos importados de otros países. Los más comunes para el cultivo de marihuana son la fibra de coco, el aserrín y la cascarilla de arroz.

Por último se encuentran los sustratos sintéticos, la mayoría geles, que han desaparecido progresivamente del mercado, ya que no han sido muy bien recibidos por muchos cultivadores.

Estos son algunos principios básicos, técnicas y trucos para empezar con buen pie en el mundo del cultivo hidropónico. Toma nota de ellos y verás como con la práctica podrás convertirte en un cultivador experto en ello. Sin duda, tus plantas lo agradecerán.