Esta planta se cultiva desde hace más de 12.000 años, y desde entonces se han desarrollado muchas técnicas e innovaciones para mejorar su calidad y satisfacer las necesidades de las poblaciones humanas. Pero ha sido en los últimos cincuenta años cuando se ha logrado que su calidad, diversidad y potencia adquiera una especial relevancia gracias a estos cultivadores.

Imagen: Jorge Cervantes

Muchos criadores o ‘breeders’ han logrado mejorar el cultivo del cannabis, experimentando para lograr nuevas variedades, investigando y aportando datos o divulgando sus conocimientos entre el resto de cultivadores. Sin embargo, son muy pocos los que han obtenido reconocimiento y han salido del anonimato por su particular forma de hacer las cosas. Aquí os presentamos a algunos ejemplos de cultivadores consagrados cuyas técnicas de trabajo realmente cambiaron las tornas en el mundo del cultivo de marihuana.

George Van Patten (Jorge Cervantes)

Desde hace más de 30 años, George Van Patter, bajo el seudónimo de Jorge Cervantes, ha vendido más de un millón de libros sobre el autocultivo del cannabis. Con ellos ha proporcionado una buena formación a aquellos que han querido iniciarse o consolidar sus conocimientos.

Jorge Cervantes comenzó su interés por el cannabis en los años 80, cuando estudiaba en México. Al principio se interesó por los tipos de iluminación, especialmente las lámparas de halógenos, que comenzaban a despuntar. Tras graduarse se instaló en California, y con un socio inició un proyecto de paisajismo botánico y jardinería. Allí, en el bosque nacional Los Padres, plantaría marihuana de forma clandestina. Entonces se percató de la falta de conocimiento de los cultivadores, que gastaban mucho dinero en instrumentos que no sabían utilizar correctamente o que no eran útiles.

En 1983 publicó su primer libro, ‘Indoor Marijuana Horticulture: The Indoor Bible’, conocida como la biblia del cannabis. Para hacerlo creó una editorial llamada Interport USA. Ante el interés despertado por su libro y la expansión del cultivo de interior, diseñó una gama de sistemas de luz de descarga de alta intensidad para el cultivo de marihuana. En 1989, la DEA cerró su local y respondió reescribiendo su libro y publicándolo en 1995, con el título ‘Jardinería de interior con tierra y cultivos hidropónicos’. Uno de sus últimos proyectos ha sido la publicación en 2015 de ‘The Cannabis Encyclopedia: The Definitive Guide to Cultivation & Consumption of Medical Marijuana’, con diversos especialistas.

El cultivo sin semilla

El cultivo del cannabis sin semillas es una de las grandes innovaciones en la producción de marihuana. Consiste en separar las plantas femeninas y masculinas. El motivo es que solo las flores femeninas producen una resina con suficiente THC, pero dejan de hacerlo si son polinizadas. Con este método se logra que las flores femeninas produzcan más resina y, en cambio, no generen semillas.

Según la tradición popular, esta forma de cultivo comenzó en México, mientras que otros lo sitúan en en el condado de Humboldt. Los expertos señalan que es muy anterior, como demuestra la existencia de fotos antiguas de los campos en India y Marruecos.

En cualquier caso, en Estados Unidos se popularizó en los años 70, y en poco tiempo pasó a ser el principal método de cultivo doméstico, gracias a dos cultivadores que divulgaron masivamente esta técnica. En 1976, Jim Richardson y Arik Woods publicaron un libro llamado ‘Sinsemilla Marijuana Flowers’. Su principal aporte fue explicar que, si el cannabis se podía cultivar sin semillas, sería posible que una hembra seleccionada fuese fertilizada con polen de un macho también seleccionado para producir semillas de parentales conocidos.

Mahmoud ElSohly

Estados Unidos mantiene una legislación federal muy restrictiva con el cannabis, aunque haya algunos estados con leyes más avanzadas. En este contexto solo hay un lugar en el que se cultiva cannabis con la licencia federal otorgada por la DEA. Este espacio, que consiste en una granja de 5 hectáreas y una instalación totalmente adaptada, se encuentra en la Universidad de Misisipi. Se inauguró en 1968 y durante todo el tiempo ha sido supervisada por el NIDA, un instituto federal sobre el uso y abuso de determinadas sustancias. Desde aquí se suministra la marihuana necesaria para el desarrollo de investigaciones en todo el país.

Este centro está dirigido por Mahmoud ElSohly. Este doctor de origen egipcio compagina la docencia con la investigación en el Centro Nacional de Productos Naturales. Posee más de 30 patentes relacionadas con el procesamiento, análisis y detección de abuso de sustancias, así como sobre productos y composiciones naturales contra enfermedades como el cáncer. Ha escrito más de 250 artículos académicos y ha realizado más de 200 presentaciones en reuniones científicas de sociedades profesionales.

Con sus investigaciones demostró que muchos estudios realizados por el NIDA eran subjetivos e imparciales, y los manipulaba para demostrar que el cannabis no era beneficioso para el tratamiento de enfermedades. Por tanto, Mahmoud ElSohly ha sido una figura relevante para que el cannabis vea reconocida su función terapéutica.

Ed Rosenthal

Ha sido considerado como un referente para ayudar a aquellos que se iniciaban en el cultivo. Su columna ‘Pregúntale a Ed: tus preguntas sobre las marihuanas respondidas’, publicada en la revista ‘High Times’, es la base de su fama. Aquella columna, más de 40 años después todavía se publica. Además, Rosenthal edita libros propios y de otros expertos con su editorial Quick Trading Publishing.

En 1999 las autoridades de su ciudad natal le pidieron que cultivara cannabis para abastecer a los enfermos locales. La administración federal no lo vio con buenos ojos, destruyó el cultivo y lo arrestó. Finalmente solo fue condenado a un día de prisión, aunque la Corte de Apelación anuló la condena. Su papel, por tanto, ha sido importante tanto desde el ámbito del cultivo, produciendo y divulgando, como de la defensa de los derechos civiles.

Uno de sus últimos logros fue el diseño de la semilla Ed Rosenthal Super Bud, un híbrido que combina la gran productividad de la Big Bud y la calidad de la Skunk. Esta variedad da más de 1 kilo de cogollos de gran tamaño cubiertos de resina y por su carácter narcótico es muy útil para la relajación y abrir el apetito.

Profesor Afghani

Por culpa de las prohibiciones, o gracias a ellas, que tanto han condicionado la producción de marihuana, se han desarrollado técnicas para el cultivo interior. En este ámbito han existido importante referentes, pero los primeros que se lanzaron a ello tuvieron que experimentar e innovar para lograr producciones de calidad. Al principio, con formas muy rudimentarias, se conseguían resultados muy pobres, pero el ingenio de algunos permitió mejorarlo poco a poco.

Uno de los referentes para este progreso fue el profesor Afghani, que utilizando este pseudónimo en 1996 publicó en la revista ‘High Times’ un artículo titulado ‘The Million Dollar Growroom’. En él se explicaba cómo había logrado un sistema de cultivo automatizado, casi de laboratorio, y que era capaz de producir una gran cantidad de cannabis de alta calidad.

La identidad real del profesor Afghani nunca trascendió, pero gracias a sus aportaciones, el cultivo interior de marihuana dio un paso cualitativo como nunca hasta el momento. Como él, otras muchas personas lo han hecho y no debería extrañarnos que lo hicieran en el futuro.