Desde que se corta la planta de marihuana hasta que termina de secarse y curarse, el cultivador debe ser meticuloso con los tiempos y los utensilios que debe usar, ya que todos estos procesos serán determinantes en el aroma, color, sabor y potencia del producto final. Igual de crucial es disponer de los envases adecuados para la conservación de los cogollos una vez hayamos acabado la cosecha y no queramos perder las propiedades de nuestro cannabis. En LaMota puedes encontrar muchos productos que te ayudarán a todo ello.

Cuando nos estemos acercando a la fase final del cultivo, con la planta en su máximo esplendor, es vital estar bien preparado para la cosecha, con todos los artículos y conocimientos necesarios, puesto que no es difícil arruinar en esta fase todo el tiempo y el esfuerzo empleados. La técnica más útil para evaluar si la planta está lista es observar el porcentaje de tricomas que han cambiado de color en los cogollos: cuando al menos un 40 % de los tricomas esté de color marrón anaranjado, podremos ponernos manos a la obra y preparar la poda final.

‘Trimming’, el arte de limpiar y cortar la planta

Una vez creamos que los cogollos estén listos para la cosecha debemos hacer frente a ello tijera en mano. Antes de eso es importante estar bien equipado con unos guantes de goma o de látex de buena calidad, ya que vamos a estar manoseando la planta un rato, y unas tijeras de podar limpias y afiladas. En cuanto a las tijeras, es mejor utilizar unas de precisión que unas normales; la marca Hortigarden ofrece un modelo ergonómico y del tamaño idóneo para realizar los cortes de forma rigurosa y limpia.

Es importante asegurarse de que la tijera esté limpia antes de empezar la poda, puesto que la resina del cannabis se quedará pegada a las hojas de corte de la herramienta. Los guantes evitarán que se adhiera a las manos y así se retirará con más facilidad tanto de la planta como del filo de las tijeras, con el fin de convertirla luego en hachís. 

Lo primero es cortar las ramas grandes para ir podándolas por separado. Una vez se retiran las hojas que más sobresalen hay que pasar a podar con cuidado las más pequeñas, que suelen estar pegadas a los cogollos. Para este segundo proceso es bueno hacerse con una lupa o un microscopio, pues estamos cortando en un espacio muy pequeño y es relativamente fácil estropear algún cogollo sin querer. La marca Lumagny ofrece este tipo de productos con luz incorporada para trabajar la planta con más minuciosidad. 

El resultado final son todas las ramas limpias de hojas, solo con los cogollos. El ‘trimming’ lleva su tiempo, por lo que cuando se trata de un cultivo grande los productores de cannabis prefieren hacerse con una máquina cosechadora que les ahorre horas de este delicado proceso.

Las cosechadoras, como las de marca Trimpro, utilizan el movimiento de vaivén y rotación sobre una rejilla para ir retirando el exceso de hojas y a la vez ir cortando los tallos. Sea cual sea el proceso escogido es importante disponer de herramientas profesionales para evitar que los cogollos lleguen dañados al secado.

Secado y curado, en busca de la fragancia adecuada

Una vez tengamos los cogollos limpios lo ideal para el secado es colgar bocabajo las ramas en una cuerda de tender la ropa o similar y en una habitación oscura y ventilada. Esto es importante, ya que la luz afecta al THC, demasiada humedad podría causar moho y mucho calor secar demasiado rápido el cannabis y dejarle un mal sabor. La habitación debe mantener una temperatura agradable entre 18 y 24 ºC y un poco de corriente natural o con ventiladores a baja potencia. 

La etapa de secado suele durar 3-4 días, aunque hay quien la extiende hasta 10-14 días para evitar la fase de curado. No obstante, esta fase es crucial para dar a nuestro cannabis todo el potencial de fragancia y sabor que alberga. Una vez estén casi secos, los cogollos se separan del tallo y se introducen en frascos de vidrio o cajas de madera para que la marihuana vaya desprendiendo el olor. De los mejores artículos que se pueden encontrar en el mercado (y que tenemos en LaMota) son las cajas de madera 00 Box, ya que incorporan un higrómetro que mide el grado de humedad interna y un humidificador para mantenerla en torno al 60 %. La mejor forma, en definitiva, de evitar que la hierba se reseque y así conservar su sabor natural.

Durante dos semanas estaremos abriendo entre uno y dos minutos al día nuestro recipiente para que entre aire y se mejore el curado. Habiendo pasado entre 2 y 4 semanas el cannabis estaría listo para el consumo, pero un segundo nivel de curado que se mantendría hasta los 6 meses suele dar grandes resultados. Este proceso de envejecimiento hará que los efectos sean más potentes y que el sabor se vuelva más suave. El cannabis estará totalmente curado cuando su humedad esté entre el 8 % y el 10 % y cuando esté seco, crujiente y esponjoso al mismo tiempo.

Pesado: bascular de forma correcta el producto

Cuando la cosecha esté lista y curada, muchas veces toca distribuirla; para ello también hay que disponer de los utensilios adecuados. Para racionar la marihuana es necesario contar con una buena báscula, con el fin de controlar con precisión los gramajes y pesos de nuestros cogollos-

Las básculas más extendidas hoy son las digitales, y la marca Oh Balance ofrece una amplia gama de ellas. Dependiendo de la cantidad de cosecha que manejemos será más conveniente utilizar una balanza con bol, que tiene una capacidad de 8 kilos, o una pequeña y portable, con capacidad entre 150 y 300 gramos. Aunque quizás los productos estrella de esta marca sean las balanzas camufladas, unos instrumentos de precisión para los más discretos que se encuentran con forma de lata, de calculadora o de espejo de maquillaje.

Almacenar, conservar y transportar el cannabis en las mejores condiciones

Para guardar la cosecha hay que tener claro que el lugar más apropiado no es cualquier bolsa de plástico; en ella, los cogollos se aplastarán con cualquier movimiento que hagamos. Además, el olor permea fácilmente el envase, por lo que perderemos el aroma y el sabor de la hierba sin darnos apenas cuenta. Por ello, lo mejor es almacenar nuestro cannabis en envases de cierre hermético, como puede ser un bote de cristal, y en un lugar fresco que no supere los 25 ºC de temperatura.

El problema es que los rayos UVA pueden ser muy dañinos y arruinar nuestra cosecha de marihuana. Por lo tanto, los botes de cristal tienen sus riesgos, sobre todo a la hora de moverlos de un lugar a otro. No obstante, existen en el mercado botes herméticos de PVC como los famosos Tightvac, que protegen el contenido y mantienen los cogollos secos e inalterados. Dentro del bote no debe haber demasiado espacio libre, puesto que haría que se llenara de aire y la marihuana se secara, pero tampoco se debe apretar en exceso para que los cogollos no pierdan la resina. Por ello, Tightvac ofrece envases que pasan por todo tipo de capacidad, desde 1,3 a 0,6 litros. 

Otro aspecto que tener en cuenta en la conservación es la humedad del aire, que debe oscilar entre un 59 % y 63 %. Para ello existen bolsas de control de humedad como las de Boveda, un envase que la mantiene al 62 %. Se trata de un método innovador para mantener la humedad relativa constante en el interior del recipiente. Por ello en La Mota también ofrecemos un kit de conservación con bote hermético y bolsa de control de humedad, con el fin de cerrar la producción con las máximas garantías.

Con todo esto, queda claro que con los métodos y herramientas adecuados se puede sacar el máximo rendimiento a la cosecha de cannabis. Ahora solo es cuestión de ponerse en práctica con los mejores productos que te ofrecemos en LaMota.