Desde hace meses el fenómeno de 'El Niño' ha comenzado a afectar a zonas de California y de la costa oeste de Estados Unidos. Se prolongará hasta 2016 y ya perjudica a lugares de todo el planeta, causando desde lluvias torrenciales hasta largas sequías que hacen sufrir a los cultivos y a los agricultores. A pesar de todo, el cannabis es fuerte y, aunque necesita muchos cuidados, se adapta bien a la escasez hídrica y a los diferentes cambios climáticos. A continuación te explicamos cómo afecta la sequía a nuestras plantas de cannabis en exterior.

La falta de agua hace que la humedad del suelo se reduzca y que el terreno se endurezca, agriete y se vuelva menos permeable al líquido. De esta forma, cuando por fin se registren precipitaciones, por muy fuertes que sean, no se absorberán de manera eficaz, y el agua se escapará en grandes cantidades que las plantas no pueden aprovechar, perjudicando a los cultivos de exterior y llegando a causar inundaciones.

Las plantas de marihuana suelen necesitar bastante agua para crecer vigorosas, sobre todo desde mediados de verano hasta otoño. En un día de mucho calor, una marihuana de gran tamaño puede requerir hasta 60 litros de agua, casi el doble de lo que necesitarían otros cultivos. Por tanto, un periodo de 10 días sin agua provoca gran daño al cultivo.

La ausencia de precipitaciones afecta a la capa freática, es decir, a esa acumulación de agua subterránea que se sitúa muy cerca del nivel del suelo y que ayuda a las plantas a nutrirse. En caso de escasez de recursos, solo aquellas de raíz profunda podrán llegar a un nivel más bajo para abastecerse.

Ante estas circunstancias, los cultivadores de marihuana tienen que resignarse y reducir en gran medida los recursos de agua que aplican a su cultivo. Esto afecta a la calidad de las plantas y a su madurez, que dependen mucho de la humedad y de las condiciones del terreno.

Además, un clima demasiado seco aumenta las plagas, por lo que se debe invertir gran cantidad de dinero en atajarlas con productos específicos. Sin embargo, el THC es un repelente natural de plagas y, según investigaciones relacionadas, la planta produce más cuando está bajo estrés, en sequía o enferma, por lo que ella misma podría luchar contra las amenazas externas.

Habitualmente se recomienda realizar el cultivo en valles donde el riego natural es abundante. Hay que decantarse por otras opciones, como aspersores, riego por goteo o rociadores, y evitar regar con mangueras. Para reducir la evaporación se recomienda enterrar las macetas, con el fin de que sus lados no estén expuestos al sol.

También se aconseja a los agricultores utilizar medios para recoger el agua de la lluvia y almacenar de ríos y arroyos cuando su nivel sea más alto (en invierno y primavera) para aprovechar durante el resto del año. Desgraciadamente este tipo de sistemas pueden ser muy caros. Por ejemplo, la sequía de este año en California está aumentando el coste del agua, mientras que los cultivadores tienen dificultades para subir el precio de sus productos.

Otra de las recomendaciones para hacer frente a periodos de sequía es seleccionar las genéticas que se cultivarán en exterior y elegir aquellas que suelen crecer de forma autóctona en zonas más secas. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, las variedades indica tienen las hojas grandes, por lo que evaporan la humedad con más facilidad. Por tanto, es preferible decantarse por sativas.

Además, las indica suelen producir cogollos densos y compactos que son más sensibles al calor, lo que puede hacer que aparezca moho. En caso de no tener más opción que cultivar estas variedades habría que podarlas para obtener cogollos más pequeños y limitar ese riesgo. El agricultor también deberá usar otras estrategias como incorporar polímeros al sustrato para mejorar la capacidad de retención de agua o paja en la superficie de la tierra para limitar la evaporación (aunque si dispone de grandes hectáreas de cultivo este será otro gasto añadido).

También es recomendable hacer todo lo posible para proteger el sistema reticular. Una opción es cultivar en macetas claras y cubrirlas con lona blanca para evitar la acumulación de calor. Otra opción es disponer el cultivo en un terreno sombreado. La floración no será tan abundante como si estuviera en contacto directo con el sol pero se reducirá el consumo de agua, que es el objetivo.

A pesar de los inconvenientes, las plantas de marihuana pueden adaptarse a lugares áridos y a condiciones adversas debido a una capacidad especial de sus genes que les permite defenderse bastante bien ante la sequía. Concretamente, puede actuar en situaciones de estrés ambiental como bajas temperaturas, alta salinidad o falta de agua. Algunos de sus genes activan la producción de proteínas durante condiciones adversas, lo que contribuye a que las células vegetales sigan cumpliendo con sus funciones vitales en cualquier momento.

Aunque el cannabis suele acostumbrarse a la cantidad de agua que se le suministra, su aplicación debe ser controlada puesto que, si el riego es abundante, la planta crecerá con fuerza, pero necesitará la misma cantidad durante toda la fase de crecimiento. Si esa planta se hace grande y se reduce el aporte de agua de forma brusca, la mayor parte de sus hojas morirán. No obstante, durante esa fase de crecimiento es cuando la hierba soporta mejor los periodos de sequía.

Si demanda agua continuamente será necesario aumentar el riego para asegurar un buen crecimiento. Esto no será posible cuando haya que cumplir con las restricciones de agua en cada zona. La falta de líquido será muy perjudicial durante la fase de floración, cuando más cantidad necesita. Por el contrario, cuando la marihuana se ve expuesta a una aplicación abundante y repentina de agua (durante, por ejemplo, lluvias torrenciales), la oxigenación del suelo será muy baja y el crecimiento del cannabis quedará afectado.

Los expertos aseguran que el cambio climático está ayudando a que la marihuana sea más fuerte y pueda aguantar la escasez de recursos mejor que otras plantas. Aunque suele requerir grandes cantidades de agua para crecer fuerte, no necesita mucha para sobrevivir. Esta es una de las plantas que mejor se adapta a casi cualquier clima, lo que explica que se haya conservado desde hace millones de años. O sea, que aunque su calidad se vea afectada por agentes adversos, es tan fuerte que siempre sale vencedora.