En aquellos países en los que el cannabis medicinal ya está permitido, cada vez son más los pacientes que dejan de lado otros medicamentos como los opioides. Y no es para menos. Según los últimos datos, se calcula que más de 100 personas mueren cada día en Estados Unidos por culpa de estos medicamentos, de ahí que cada vez sean más los que prefieran optar por otras soluciones a sus problemas de salud. Un nuevo estudio ha comprobado que más de dos tercios de los pacientes de Canadá que sufren dolor crónico, y que pueden acceder legalmente a los productos médicos en cuya base se encuentra la marihuana, han cambiado los opioides por el cannabis medicinal.

Resulta imposible negar las evidencias. Aunque las autoridades de multitud de países todavía se muestran reticentes a apostar por el cannabis medicinal, en aquellos lugares donde los dirigentes y gobernantes son más tolerantes, los ciudadanos ya están empezando a aprovechar las ventajas que la marihuana les ofrece para paliar sus dolencias. Empujados, muy probablemente, por las recomendaciones de sus allegados, cada vez son más los que dejan de lado los fármacos tradicionales y recurren al cannabis para tratar de aminorar los efectos del dolor crónico que, por una u otra causa, les aflige.

Los opioides, un camino no recomendable

Que este tipo de medicamentos no son aconsejables es algo que ha quedado probado. Sin embargo, varios estudios han venido a demostrar cuál puede ser la solución. En estas investigaciones se ha demostrado que el uso de opioides es menor en los estados donde los médicos pueden recomendar el cannabis medicinal. 

Con todos estos argumentos sobre la mesa, es más que razonable que sean cada vez más los pacientes con acceso a la marihuana medicinal los que recurran a este tipo de remedios para paliar los síntomas de sus patologías y dejen de lado otros más perniciosos para su salud. El problema lo tienen aquellos enfermos cuyas autoridades gubernamentales y sanitarias no les permiten recurrir a los medicamentos en cuya base se encuentra el cannabis. Es el momento de revertir la situación y aceptar la realidad, para hacer más llevadera y saludable la vida de quienes padecen dolores crónicos en lugar de arrastrarlos a agresivos fármacos que, en lugar de contribuir a su mejora, pueden acabar por encerrarlos en una adicción fatal.