Si has notado la presencia de unas extrañas y pequeñísimas manchas en las hojas, seguro que te hacen sospechar. ¿Falta de nutrientes? Mucho peor: puede que tengas una plaga de araña roja, un diminuto insecto que chupa la savia y puede provocar la muerte de una planta en muy poco tiempo. Afortunadamente, hay varios métodos y productos para hacerles frente. Tener ventilado y limpio el espacio de plantación también ayudará. Incluso las mariquitas se pondrán de tu parte.

Tu plantación de cannabis crece con éxito. Sin embargo, siempre existe el riesgo de que surja cualquier plaga que estropee todo el buen trabajo. Es lo que sucede con la araña roja. Bastante común, su acción es rápida y muy mortífera: en apenas unos días podría haber afectado a todo un invernadero. Afortunadamente, si se detecta a tiempo no todas las plantas se verían afectadas. Para ello, hoy te vamos a dar unos muy prácticos consejos con el fin de que la araña roja no se te resista

¿Cómo se detecta la presencia de la araña roja? Cuando veas pequeñas manchas blancas en la hoja, pon modo de alarma: son las marcas que quedan de los mordiscos de la araña y por las que succiona todo el contenido nutritivo de la hoja. También pueden ser motas negras o amarillas, más dispersas, en la cara frontal o trasera.

El problema de que sean tan pequeñas es que a veces son difíciles de percibir; en ocasiones la plaga ya está demasiado extendida cuando se ve y es difícil proceder. Además, las manchas se pueden confundir con una falta de nutrientes y llevarte a actuar para paliar esta carencia, cuando en realidad el problema es que hay una plaga. Incluso, las propias arañas son tan diminutas (unos cinco milímetros las macho y cuatro las hembra, con un color que varía del marrón al rojo anaranjado) que se pueden confundir con otro tipo de manchas. Hay que ponerlas bajo un microscopio para descubrir sus cuatro pares de patas y su cuerpo en forma de óvalo y sin antenas.

Para hacernos una idea de lo rápido que actúan, se dice que una sola araña adulta realiza un millón de mordiscos en menos de un mes; y varios de estos ácaros (la araña roja pertenece a la especie de ácaros Tetranychus urticae) pueden acabar con una plantación en una sola noche. Además no hay que bajar la guardia, porque cuando uno cree que ha acabado con ellas vuelven para seguir haciendo daño. Incluso aunque se hayan eliminado del todo pueden dejar una especie de seda o tela encima de las hojas que estropearía toda la cosecha. Y lo que es peor: a veces se vuelven inmunes a los productos fitosanitarios que utilicemos.

Por ello, cuando se traten las plantas para erradicarlas, no hay que olvidar que la habitación o invernadero también deben ser tratados de alguna manera. Puede haber arañas todavía en fase larvaria o poniendo huevos, ocultas para comenzar un nuevo ‘ataque’. Hay quien recomienda tratar todo el área con un insecticida de amplio espectro, pero solo cuando el problema sea de muy difícil solución o se reproduzca continuamente, así que habría que evitarlo en la medida de lo posible.

Manos a la obra

Para comenzar a combatir esta indeseable plaga, lo primero es inspeccionar la planta por ambos lados. El examen ha de ser muy minucioso. Para ello, quizá deberías hacerte con una lupa o un microscopio de mano. En cuanto se encuentren arañas o huevos se debe actuar con algún producto específico. También es posible usar estos antes de detectar la plaga.

En la tienda ‘online’ de LaMota puedes encontrar algunos de ellos, para antes o durante. Está, por ejemplo, Ecotenona , un insecticida y acaricida eficaz contra la araña roja y que puedes guardar para otras plagas, como el pulgón y la mosca blanca. Para usarlo se diluyen 2 mililitros de Ecotenona por cada litro de agua usado. La mezcla se aplica en las hojas de la planta y actúa sobre el sistema nervioso de la araña cuando esta se alimenta.

Otra opción es el insecticida orgánico Dislike, que actúa como tratamiento preventivo. Combinación de cinco aceites esenciales, hay dos opciones para aplicarlo: diluyendo entre 4 y 8 mililitros por cada litro de agua y rociando la mezcla una vez por semana o, si ya se han descubierto los insectos, sumergiendo la planta en 2 mililitros por cada litro de agua. Urtiprot (Insecticide) y Naturscrop son otras dos opciones para tratar las hojas y cuya aplicación está recomendada con una cierta periodicidad.

También tienes otras herramientas más caseras, como una mezcla de alcohol y agua, que mata a los insectos y que no debería dañar a las hojas siempre y cuando la solución contenga al menos un 40% de agua. Para aplicarla sobre las plantas, usa un espray o un atomizador.

En el mercado también existen tiras que despiden un vapor que mata a la araña roja. Sin embargo, si vas a estar dentro de la sala de cultivo hay que tener cuidado, ya que el vapor es tóxico para los humanos. Así, pueden resultar ideales para un invernadero pero no para usarlas en un domicilio. En cualquier caso, uses el producto que uses, lee las instrucciones cuidadosamente y presta atención a todas las advertencias.

Una vez que apliques cualquiera de estos métodos, repítelo cada dos o tres días y prueba uno diferente para matar los huevos y los adultos que hayan podido sobrevivir. Es importante tener en cuenta que los ejemplares adultos que han permanecido serán más resistentes a las nuevas aplicaciones, de ahí que se aconseje probar con algo nuevo. Es más, hay algunas arañas que resisten mejor a unos tratamientos que a otros. Por ello, este paso se debe repetir una vez más cuando creamos que hemos erradicado la plaga por completo.

Preparando la habitación para combatirlo

En un cultivo de interior, el mejor método para evitar que estas plagas aparezcan o se reproduzcan es, sin lugar a dudas, tener un espacio bien limpio y seguro. Muchas plantaciones se ven perjudicadas por tener clones infectados o porque sus cultivadores visitan plantaciones donde se encuentra esta araña y, sin querer, la llevan a sus macetas.

En caso de que lleves plantas o clones a un invernadero que ya tiene cannabis, somete antes a aquellas a una especie de cuarentena: manténlas aisladas y límpialas con cualquiera de los métodos que te hemos enseñado antes, hasta que te cerciores de que están completamente sanas. Si has visitado algún invernadero recientemente, antes de entrar al tuyo o a algún otro cámbiate de ropa y, a ser posible, dúchate.

La misma limpieza en tu cuerpo debes trasladarla a quien visite tu plantación y a lo que pasa dentro de esta: quita todas las hojas secas y retíralas del cuarto (no vale apilarlas en cualquier rincón). Evita que los animales entren a ella, porque podrían tener algún insecto en su piel, ya no solo la araña roja. Y una vez coseches y antes de comenzar una nueva siembra o floración, limpia y desinfecta todo el espacio.

Además de limpia, la habitación debe estar también ventilada, ya que las arañas proliferan cuando el aire está viciado. Si creamos un buen sistema de ventilación, evitaremos las arañas rojas e incluso la aparición de hongos; cuando el aire provenga del exterior, hay que contar también con un buen filtro que pueda detener a cualquier insecto. Por último, controla la temperatura y humedad interiores, ya que unos niveles altos tampoco ayudan a luchar contra la plaga.

Las mariquitas, un aliado en el cultivo de exteriores

En caso de que tu cultivo sea en exterior, aplica los mismos consejos de limpieza personal y busca un aliado de lujo: las mariquitas, que contribuyen a eliminar las arañas rojas y otras plagas. Además, crea alguna especie de barrera que aísle la tierra de elementos externos. Igualmente, haz que corra el aire: recuerda que el aire viciado ayuda a la proliferación de insectos.

Si sigues todas estas indicaciones evitarás que la plaga llegue o conseguirás que no se propague. Tus plantas seguro que te lo agradecerán.