La pasada semana, datos oficiales procedentes de Estados Unidos revelaban que la tasa de asesinatos en Denver (la capital de la ciudad más grande del estado de Colorado) se ha reducido un 52.9% desde que el uso de marihuana recreativa fue legalizado el pasado enero en ese estado. Esto se traduce en que, mientras entre enero y junio de 2013 fueron 17 las personas asesinadas solo en Denver, en 2014 el número se ha reducido a 8.  

Pero no solo eso, sino que además los asaltos con componente sexual han disminuido un 13.6%, los robos de automóviles un 36.3%, los robos en general un 4.8%, los delitos contra la propiedad un 11.4% y los asaltos con agravantes un 3.7%.

Según los expertos, aunque ha pasado muy poco tiempo desde que se legalizó la marihuana en el estado, los resultados no parecen fruto de una mera casualidad. Ès posible que la legalización no sea la única causa de la reducción de la violencia, pero tiene mucho que ver y, al menos, no ha causado el efecto contrario, como quisieron hacer creer los que rechazaban la despenalización.

De hecho, la publicación de estos datos supone un duro golpe para aquellos que se opusieron a la medida – incluido Michael Hancock, alcalde de Denver – alegando un posible aumento de la violencia en caso de que el consumo de cannabis fuera regulado. “Colorado es conocido por muchas cosas buenas, y la marihuana no debe ser una de ellas. Su legalización podría hacer que enviáramos un mensaje equivocado a los jóvenes haciéndoles pensar que las drogas están bien”, aseguraba John Hickenlooper, gobernador del estado, poco antes de la legalización.

A la luz de estas cifras, queda demostrado que las consecuencias son más positivas que negativas. La despenalización ha supuesto un fuerte golpe para los cárteles de la droga mexicanos, que controlan la mayor parte del comercio de sustancias ilegales que llega a Estados Unidos desde América del Sur.

El primer día de legalización, el estado de Colorado consiguió recaudar un millón de dólares derivados de la venta de cannabis. Dos meses después, en marzo, el Departamento de Ingresos del Estado informaba de que los ingresos por ventas de marihuana declaradas habían ascendido a 19.959.300 euros, cinco millones más que el mes anterior. También se habían recaudado 5 millones de euros en impuestos y se habían generado 8.8 millones por la marihuana medicinal. Se estima que las ventas legales de cannabis ascenderán a 1.888.179.000 euros durante este año en todo Estados Unidos.

Según los analistas, eso significa que miles de personas han dejado de recurrir al mercado negro. Ya no lo necesitan. Ahora pueden entrar libremente a las tiendas de ciertas zonas de Estados Unidos y comprar marihuana con todas las de la ley (siempre y cuando sean mayores de 21 años).

Antes, la situación era bien diferente. Los productos del mercado negro solían llegar a los Estados Unidos a manos de bandas mexicanas, a través de Arizona y del sur de Texas, hasta caer en manos de los distribuidores locales que luego vendían la mercancía en el país. La violencia que esos grupos generaban ha causado decenas de miles de muertes en México en los últimos siete años.

Los positivos datos han llevado a Colorado a revelar su intención de dedicar una amplia cantidad de los beneficios económicos generados por la legalización de la marihuana a educar en las escuelas sobre temas ligados a este ámbito. Además, las cifras llegan justo cuando un informe sobre las consecuencias de la legalización de la marihuana medicinal se ha publicado en la revista científica PlosOne.

En él, atendiendo a criterios como los ingresos per cápita, la edad de los residentes de un área determinada, su nivel educativo, el número de policías que vigilan la zona e, incluso, el consumo de cerveza, los investigadores han analizado datos de los 50 estados estadounidenses entre los años 1990 y 2006. La principal conclusión que se deriva de su análisis es que la legalización del cannabis no se relaciona con el aumento de los niveles de criminalidad de un lugar concreto sino que, incluso, puede reducirlos (como es el caso de Denver).

Mientras tanto, otros estados norteamericanos están empezando a pensar en la legalización del cannabis. Es el caso de Carolina del Norte, que ha introducido recientemente un proyecto de ley para la legalización de la marihuana medicinal. También el de Nueva York e Illinois, que están avanzando hacia la legalización del uso terapéutico.

Según las últimas encuestas, un 65% de la población estadounidense está a favor de la legalización del cannabis. Las nuevas y positivas noticias son un aliento para quienes trabajan en reducir y eliminar el estigma de la marihuana. Queda camino por recorrer, pero todo indica que los próximos pasos se darán por la senda de la legalización, al menos mientras siga comprobándose que la despenalización del cannabis no sólo no aumenta el número de delitos, sino que contribuye a reducirlos.

Algo está cambiando (para bien) en la nación más poderosa del mundo.

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Con información de: Hailmaryjane.com, Policymic.com, Thefreethoughtproject.com, Youtube, Hightimes.com, BBC.com, Plosone.org, Msnbc.com, rt.com y Denvergov.org.