Las plantas de cannabis necesitan de unas condiciones atmosféricas específicas para desarrollarse. Si cultivamos en interior será necesario habilitar el lugar con extractores, ventiladores y demás aparatos que nos permitan controlar aspectos claves como la temperatura, la humedad o el movimiento del aire. Conocer su utilidad y saber cuándo usarlos será fundamental para garantizar que tu cultivo llegue a buen puerto.

Cuando asumimos el reto de cultivar en interior, una de las primeras cuestiones que nos debe preocupar es conseguir las condiciones necesarias para que nuestras plantas crezcan fuertes y sanas. Más allá de buscar un espacio con capacidad para su desarrollo y un sistema lumínico que ayude a su crecimiento, también será preciso habilitar aquel para que la temperatura, la humedad y la ventilación sean las más adecuadas. 

Hoy, controlar estos parámetros nos resulta sencillo gracias a los múltiples aparatos que encontramos en el mercado: extractores de aire, control del clima, humidificadores, insonorización, silenciadores, tubos y conductos o ventiladores, entre otros. Sin embargo, tampoco resulta necesario invertir en exceso para conseguir unos buenos resultados. Lo principal será hacernos con un sistema de climatización adaptado a las necesidades de nuestro espacio de cultivo. Así, antes de lanzarnos a comprar, hay que evaluar sus características en cada momento.

Controlar la temperatura y la humedad

La temperatura y la humedad serán decisivas para lograr el éxito en el cultivo; sus parámetros irán cambiando según la evolución de nuestra planta. En la etapa de los plantones, la temperatura deberá situarse entre los 20 y los 25 ºC, mientras que la humedad deberá ser alta, entre un 65 y el 70 %. Esto permite que al no haber desarrollado todavía las raíces el agua se absorba a través de las hojas.

Sin embargo, en la fase siguiente, en el periodo vegetativo, la humedad deberá reducirse paulatinamente, un 5 % cada semana. Mientras, la temperatura puede incrementarse un poco, pero no es necesario.

A partir de esta fase será muy importante controlar la humedad, ya que un exceso provocaría la aparición de hongos y una deficiencia mermaría su desarrollo. Ya en la fase de floración, la humedad debe reducirse entre un 40 y un 50 % (nunca más de 60 %) y la temperatura situarse hasta unos 26 ºC.

Siguiendo esta guía, estos parámetros son ajustables con un buen sistema de ventilación que nos cree el ambiente ideal para el cultivo. Incluso es posible utilizar aparatos más específicos como un aire acondicionado, en el caso de que estemos ante temperaturas muy elevadas, o humificadores y deshumificadores, en función de las necesidades de humedad. Además, existen controladores de clima que permiten regular estos niveles en función de la temperatura detectada por los termostatos.

La importancia de un buen sistema de ventilación

Lo fundamental para los cultivos de interior es contar con un sistema de ventilación adecuado, no solo para garantizar las condiciones de temperatura y humedad sino para hacer que las plantas cuenten con el oxígeno necesario para su desarrollo. Conseguir que tus plantas tengan aire renovado mejorará su fotosíntesis, la absorción de nutrientes y su crecimiento en todos los ciclos.

Los sistemas más completos se componen de un extractor de aire, un ventilador y, a menudo, un intractor de aire. Aunque existen cultivadores que prescinden de alguno de ellos, lo idóneo es instalarlo en conjunto para aprovechar al máximo la utilidad de cada aparato.

Cómo elegir un extractor adecuado

Los extractores se encargan de renovar el aire del espacio de cultivo y deben situarse por encima de las copas de las plantas. También son utilizados para regular el clima del interior, su potencia deberá estar adaptada al tamaño del espacio de cultivo y a la intensidad lumínica empleada: cuanto más fuerte sea la potencia mayor tendrá que ser la del extractor.

En la tienda de LaMota encontrarás múltiples opciones de extractores. Uno de las más completos es el extractor ISOBOX de Airfan, también disponible para espacios que van desde los 500 hasta los 6000 metros cúbicos. Estos aparatos están equipados con ventiladores centrífugos insonorizados con gran efectividad y durabilidad, además de contar con un sistema de anclajes de goma que evita las vibraciones cuando está en uso. 

Otra opción recomendable son los extractores helicoidales de Hortigarden, que sirven tanto para la extracción como para la intracción de aire en los ‘indoor’. Aunque muchos de estos sistemas ya cuentan con insonorización integrada, también podrás colocar silenciadores que te harán evitar cualquier conflicto con los vecinos.

Además de contar con aparatos de calidad, los cultivadores más expertos recomiendan cambiar los tubos y conductos después de cada cosecha. Esto se debe a que en su interior se instalan suciedad y bacterias que pueden provocar enfermedades. Para su renovación existe una gran variedad de tubos y conductos de diferentes tamaños adaptables según las necesidades de cada cultivador; los de aluminio son los más resistentes.

Consejos para seleccionar un ventilador de calidad

Junto a los extractores, los ventiladores son otros aparatos fundamentales para garantizar una buena atmósfera de cultivo. Están pensados para simular la acción del aire de los cultivos exteriores. De este modo, gracias a ellos se consiguen tallos y ramas más resistentes para aguantar el peso de los cogollos al final de la floración, se favorece el intercambio de gases al remover el aire y se reduce la humedad relativa causante de la aparición de algunos hongos y enfermedades.

Ante la gran variedad de opciones, también será necesario elegir los más adecuados en función de las características del cultivo. Si contamos con un espacio pequeño, la mejor opción es elegir un ventilador de pinza. Por ejemplo, este ventilador clip de 15W de Hortigarden de gran calidad cuenta con dos velocidades diferentes y permite la regulación manual de su inclinación. También hay cultivadores que utilizan este tipo de ventiladores para colocarlos en los reflectores y que no llegue tanto calor directo a nuestras plantas.

Otra alternativa son los ventiladores de pie. Estos son los más utilizados en cultivos con dos o más focos, ya que su oscilación proporciona una brisa más uniforme que incluso abarca mayores espacios. En este caso te recomendamos este ventilador de 40W de Hortigarden con tres velocidades diferentes, posición de parada y un giro de hasta 180 grados. Lo más común es ubicarlos frente a las plantas a una distancia de dos metros y con la mínima velocidad.

Al instalarlo hay que mantener el flujo de aire por encima y por debajo de las copas de las plantas; por ello, lo más adecuado es colocar un ventilador más alto y otro más bajo. Eso sí, es importante que una vez que lo coloques compruebes que el aire llega a todas las partes del cultivo por igual. Incluso si fuera necesario también dispones de cajas de insonorización para evitar el ruido.

El dióxido de carbono, un complemento muy útil en los ‘indoor’

El CO₂ o dióxido de carbono se encuentra de forma natural en el ambiente, aunque aumentar su presencia en los cultivos de interior hará que su producción se incremente. Para ello podrás utilizar bombas desechables de dióxido de carbono, especialmente en la fase de floración. Eso sí, será importante ajustarse a los parámetros recomendados, porque un exceso de CO₂ puede producir el efecto contrario y acabar con plantas amarillentas y sin apenas producción de flores.

Este gas se encuentra en el aire y no tiene color ni olor. Tampoco es inflamable. Durante la fotosíntesis las plantas absorben la luz del sol y logran transformarla en energía química. A partir de esta luz solar y del dióxido de carbono, son capaces de fabricar su propio alimento. El CO₂ se encuentra de forma natural en el aire, con una concentración aproximada que oscila en torno al 0,03 % y el 0,04 %. Aunque parezca una cantidad muy pequeña, es la suficiente y necesaria para que las plantas sean capaces de sobrevivir y crezcan sanas y fuertes. Como cultivador de marihuana en interiores, es imprescindible medir el nivel de CO₂ del armario o la sala donde esté creciendo el cannabis. Si las plantas no cuentan con el suficiente gas, pueden crecer más lentamente o incluso llegar a morir.

Por tanto elegir los complementos de climatización y ventilación que mejor se adapten a nuestro cultivo será primordial para crear el ambiente más adecuado para su desarrollo. De lo contrario, no estaremos sacando el máximo provecho a nuestra plantación.